La energética Holaluz, en caída: 'Alardea' de recortes pero no logra financiarse
El próximo 28 de junio la líder de la compañía barcelonesa se enfrenta a la Junta ordinaria de Accionistas más difícil.
El precio de la acción de Holaluz arrancó el año por encima de los tres euros y este martes no alcanzaba la mitad. La comercializadora energética barcelonesa quintuplicó pérdidas en 2023, hasta los 26,1 millones de euros, y a finales del pasado año su deuda ascendía a 58,8 millones de euros (lo cual duplica su valoración bursátil).
Su fundadora, Carlota Pi, busca un socio industrial o, al menos, "varios préstamos de distintas instituciones y una potencial ampliación de capital con inversores privados, por un importe de 20 millones de euros" (dicen en la compañía) para evitar entrar en preconcurso de acreedores.
Al menos, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) archivó la pasada semana el procedimiento administrativo sancionador abierto el pasado 30 de abril a Holaluz a cuenta de una denuncia de Iberdrola por una supuesta situación de impago de peajes de acceso.
Holaluz dice que "se encuentra al corriente de pago de los importes reclamados y, por tanto, concluye que no hay hechos constitutivos de infracción" y explica que está "inmersa en un proceso de eficiencia operativa que ha permitido reducir su estructura de costes en más de 30 millones de euros a lo largo del pasado ejercicio como resultado de las medidas de transformación que ha implementado".
Esta empresa parece haber olvidado su espíritu fundacional, que hablaba de cuidar el planeta y a las personas, ya que este recorte de estructura de costes está apoyado principalmente en el despido del 30 por ciento de su plantilla.
Pi aseguró hace unos meses que lamentaba "profundamente haber tenido que tomar esta decisión". "Creemos firmemente que nuestro propósito es más válido y necesario que nunca y, con esta adaptación a la situación temporal del mercado, seremos capaces de mantener nuestra posición de fortaleza para que, cuando la coyuntura lo propicie, sigamos liderando la transición hacia un modelo energético 100% verde", añadió.
La falta de un plan de comunicación para Holaluz, identificada en demasía con su fundadora (tal y como subraya el portal especializado Dircomfidencial), no ayuda a cambiar el paso, pese a que la empresa asegura que obtuvo en el primer trimestre de 2024 un EBITDA positivo de 3,1 millones de euros.
"El grupo sigue funcionando con normalidad y continúa instalando energía solar en los hogares en su propósito de liderar la transformación del sector energético español, apostando por un modelo de negocio innovador y disruptivo que produce y comercializa energía limpia, con una clara vocación de cuidar el planeta y el entorno", apuntan desde la empresa catalana.
El próximo 28 de junio Pi se enfrenta a una Junta General de Accionistas más que complicada, en la que promete presentarles una "auditoria de las cuentas del grupo sin salvedades y con unos datos financieros esperanzadores".
Ante esta situación, un agente autorizado de la propia empresa Holaluz se ha puesto en contacto con elcierredigital.com para expresar su visión sobre su situación: "Queremos aclarar que estas afirmaciones son completamente infundadas y no reflejan la realidad de la situación de nuestra cliente. Holaluz ha confirmado que no se ha aprobado, presentado, ni se está considerando presentar dicho concurso".
Horas bajas
El frenazo del autoconsumo y algunos problemas de gestión están golpeando a Holaluz, que en 2023 despidió a más del 30% de su plantilla y sufre una deuda que podría rondar los 65 millones de euros (de los cuales alrededor del 70% estarían respaldados por el ICO).
La empresa liderada por la mediática Carlota Pi salió al quite de algunas informaciones que señalan presuntas deudas y asegura que están "al corriente de pago de todas sus obligaciones con las empresas distribuidoras de electricidad y opera con normalidad absoluta".
Es cierto que el fondo de maniobra negativo que sufren les sitúa al borde del preconcurso de acreedores si no son capaces de obtener liquidez a través de créditos (el Institut Català de Finances sopesa prestarles 10 millones de euros si presentan garantías) o incluso ser rescatadas (Repsol o el magnate José Elías habrían sido sondeados por Pi, según El Confidencial). Esto ha sido desmentido por la propia Holaluz.
En las propias cuentas de 2023 auditadas por E&Y se vislumbran los problemas. "Estas circunstancias indican la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento", señala la auditora.
Algunos accionistas de Holaluz se habrían revuelto contra Pi, que está sufriendo la situación energética. Y es que la apuesta de la compañía por el autoconsumo eléctrico le está pasando factura porque el mercado ha encallado por sus altos costes, la elevada competencia, el mantenimiento del precio de la factura, las dificultades para acceder a las subvenciones o la aceptación de los altos precios de la luz por parte de la ciudadanía, tal y como detecta la Unión Española Fotovoltaica.
"Los tipos de interés elevados y una falsa sensación de moderación de precios debida a su subvención, así como a la capacidad de las compañías petroleras y gasistas de ofrecer energía muy por debajo del precio de mercado en el corto plazo, han ralentizando toma de decisión de los clientes residenciales sobre la inversión en instalaciones solares", reconoció el pasado año la propia Holaluz.
Carlota Pi y 'La Revolución de los tejados'
Esta ingeniera barcelonesa que estudió en la Politécnica de la Ciudad Condal saltó a la fama con la ayuda de la OCU, que organizó una compra colectiva de electricidad que disparó a la entonces minúscula Holaluz desde los 2.500 clientes hasta los 25.000.
"Quiero cambiar el mundo, en cómo se consume la energía. Estamos en plena transformación de los tejados solares. El planeta lo necesita y en España hay mucho por hacer en instalaciones fotovoltaicas y en tejados", señalaba Pi el pasado año en una entrevista concedida a El País.
Pi también afirmó que "España apuesta por la electrificación en el sector residencial y el transporte como estrategia de descarbonización, tal como se establece en el Plan Nacional de Energía y Clima. Pero estos planes actualmente no se están materializando. Al mismo tiempo, Europa, en el contexto de la actual crisis geopolítica y energética, ha instado a los Estados miembros a revisar sus estrategias para alcanzar metas más ambiciosas, con un enfoque en la seguridad del suministro".
"En este contexto, el potencial del modelo de energía distribuida y la electrificación de la demanda para transformar a España es enorme, respaldado por la cantidad de luz solar, las redes existentes y los patrones de consumo. Gracias al modelo de energía distribuida y electrificación de la demanda, estimamos que las familias podrían ahorrar más de 85.000 millones de euros al año", remató.
En 2021, Holaluz decidió comprometerse plenamente con la producción solar distribuida a través de 'la Revolución de los tejados' y convertirlo en la piedra angular de su estrategia con el objetivo "de ofrecer a las familias españolas una propuesta de valor única de energía verde, barata y fácil y, por tanto, crear una ventaja competitiva sostenible para ganar el mercado".
En 2022 Holaluz decidió dar un paso más e invirtió en los tres grandes pilares necesarios para sustentar la transición energética: infraestructura, tecnología y marketing. La división de solar pasó de ser capaz de ejecutar 50 instalaciones mensuales en enero de 2022 a instalar más de 500 en octubre del mismo año.
La empresaria creía que el autoconsumo iba a seguir creciendo y, por ello, en 2022 compró las instaladoras Katae Energia, Serna Energía y GHC con el objetivo de disparar su capacidad de instalación.
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