El BBVA ve la mano del Santander en una guerra sucia que señala a su filial turca
El Banco Santander, presidido por Ana Patricia Botín, sigue sin reponerse de la información de 'Financial Times'
La cúpula del Banco Santander sigue en shock a pesar de que ha pasado una semana desde que aparecieron las informaciones del Financial Times que probaron que su filial en Reino Unido cobijó cuentas ligadas a Irán a pesar de las sanciones internacionales que pesan sobre el Régimen.
Otros escándalos similares relacionados con fallos de seguridad que favorecieron a Irán le costaron sanciones a bancos como Standard Chartered, que tuvo que pagar más de 1.000 millones de dólares, y UniCredit, que tuvo que abonar 1.300 millones.
Lo cual invita a pensar que se avecina una durísima sanción contra el Santander, que dice que "no ha incumplido la normativa estadounidense sobre sanciones impuestas a terceros de acuerdo con nuestra investigación". Y afirman que "el banco cuenta con políticas y procedimientos para asegurar que se cumplen los requisitos relativos a las sanciones".
Informaciones sensibles ligadas a WikIran
El pánico del Santander se ha extendido al BBVA, ya que varios medios han publicado que su filial turco Garanti cobijó cuentas bancarias del Régimen de Teherán, tal y como denuncia el portal opositor WikIran.
Fuentes cercanas al BBVA puntualizan que "en caso de confirmarse el caso, no es lo mismo que una situación de este tipo se dé en Turquía que pase en un país con un alto nivel de seguridad bancaria como Reino Unido", que es donde sucedió el caso que golpea a Ana Patricia Botín.
En la compañía presidida por Carlos Torres creen que la mano del Santander "se encuentra detrás de las informaciones que buscan extender la polémica con la intención de rebajar su culpabilidad a nivel mediático y posiblemente la sanción recibida". Turquía, recuerdan esas voces, no tiene un régimen de sanciones ni impone la obligación de seguir otros.
Fuentes oficiales del BBVA señalan que las declaraciones recogidas en el texto "no son las de la dirección del banco, que no se ha pronunciado sobre el tema".
"Guerra sucia"
Otras voces del BBVA creen que el Santander aprovecha su poderío para iniciar una "guerra sucia" que no esconde la debilidad de los Botín en materia de seguridad pese a que en el Santander alardean de la misma.
Cabe recordar que el BBVA obtuvo un beneficio neto de 8.019 millones de euros en 2023, lo cual supone un nuevo récord histórico con el que se dispara un 26,1% respecto a 2022.
El caso del Santander
El Financial Times desveló la pasada semana que la filial británica del banco presidido por Ana Patricia Botín, Santander UK, cobijó una cuenta bancaria que facilitó que el Régimen iraní sortease las sanciones internacionales para mover dinero a nivel global.
El Gobierno de Estados Unidos lleva varios años denunciando que Irán extiende su poder a nivel global utilizando a empresas petroquímicas pertenecientes al Régimen islámico, que cuenta con empresas pantalla en países occidentales que se nutren de operaciones surgidas en Asia.
Tal y como informó el emblemático diario británico, Santander UK y su principal competidor (el banco Lloyds) tuvieron una cuenta de Pisco UK, que supuestamente era propiedad en su totalidad de un ciudadano británico llamado Abdollah-Siauash Fahimi y, tal y como ha probado la web opositora iraní WikiIran, Pisco está bajo el control de Petrochemical Commercial Company (PCC).
Esta última empresa es propiedad del Estado iraní y "formaba parte de una red a la que EEUU acusa de recaudar cientos de millones de dólares para la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Iraní y de trabajar con agencias de inteligencia rusas para recaudar dinero para las milicias iraníes", cuenta el Financial Times.
El medio explica que la división británica de PCC ha seguido operando desde una oficina en Grosvenor Gardens, en el barrio londinense de Belgravia, recurriendo a una compleja red de empresas pantalla en Gran Bretaña y otros países.
Un informe de Bankinter explica que "el problema es que este tipo de noticias suele conllevar una investigación por parte del supervisor bancario que audita los procedimientos de control y cumplimiento normativo de las entidades", lo cual facilita que se muestren "deficiencias en el control de las operaciones, lo que podría traducirse en sanciones económicas".
Cabe recordar que el Santander estaba de dulce tras presentar un beneficio atribuido de 11.076 millones de euros en 2023, un 15% más en euros corrientes que en 2022, gracias al fuerte crecimiento de los ingresos, especialmente en Europa, al aumento del número de clientes y al control de costes.
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