El último aviso de la Seguridad Social a algunos pensionistas: ahorrarás mucho

A partir de este año, algunos pensionistas podrán despedirse del temido IRPF. Mientras la mayoría de los ciudadanos deben cumplir con sus obligaciones fiscales, existen ciertos casos en los que Hacienda permite que no se pague.

Entre las excepciones más destacadas están las pensiones de incapacidad permanente. Y otros beneficios sociales que protegen a los más vulnerables.

El fin del IRPF para algunas pensiones es un alivio para muchas personas que dependen de estas ayudas. Pues pueden dedicarse plenamente a su recuperación sin preocuparse por las cuentas pendientes con Hacienda.

Las pensiones de incapacidad permanente

La pensión por incapacidad permanente es una de las principales que está exenta de pagar el IRPF. Esta se otorga a personas que, debido a un accidente o enfermedad, no pueden seguir ejerciendo su profesión. La Seguridad Social se asegura de proteger a estos trabajadores, eliminando su obligación de tributar a Hacienda.

Existen diferentes grados de incapacidad, pero es la incapacidad permanente absoluta y la gran invalidez las que están exentas de tributar. En ambos casos, la persona afectada queda incapacitada para realizar cualquier tipo de trabajo, lo que justifica esta medida.

Beneficios para las personas con discapacidad

Otro grupo que no tiene que enfrentarse al IRPF son las personas con un grado de discapacidad igual o superior al 65%. Estas personas, si reciben ayudas para su estancia en centros de día o residencias, no deberán tributar por ellas. Siempre y cuando acrediten que sus ingresos no superan el doble del IPREM.

Además, aquellos que se beneficien de los patrimonios protegidos para personas con discapacidad tampoco tendrán que pagar el IRPF por los rendimientos obtenidos.

Otras prestaciones libres de IRPF

No solo las pensiones por incapacidad están exentas de este impuesto. Existen otras prestaciones que tampoco tributan, como las ayudas por nacimiento o cuidado de menores, así como las pensiones familiares no contributivas.

Las prestaciones por orfandad, así como las pensiones a favor de nietos y hermanos menores de 22 años o incapacitados para todo tipo de trabajo, también están incluidas en este grupo. Esto supone un alivio considerable para las familias que dependen de estas ayudas para salir adelante.

¿Quiénes están obligados a tributar?

A pesar de estas excepciones, los trabajadores que ganen menos de 22.000 euros anuales, pero cuyos ingresos provengan de más de un pagador y superen los 15.000 euros, deberán seguir pagando.

Si los rendimientos recibidos del segundo o tercer pagador superan los 1.500 euros al año, se les aplicará el correspondiente IRPF. Es fundamental asegurarse de que la declaración de la renta se realiza correctamente, para evitar problemas con la Agencia Tributaria.

¿Qué implica la exención del IRPF para los pensionistas?

La exención del IRPF no solo implica un alivio económico, sino también la tranquilidad de saber que no habrá sorpresas fiscales a final de año. Esto es especialmente importante para personas con discapacidad o que enfrentan una enfermedad grave. Dado que permite centrar los recursos en lo realmente importante: el bienestar.

Para estos pensionistas, cada euro cuenta. Y la eliminación del IRPF significa que podrán destinar una mayor parte de su pensión a cubrir sus necesidades diarias. Sin la carga añadida de los impuestos.

El impacto en el futuro de las pensiones

La exención del IRPF en ciertos casos plantea preguntas sobre el futuro de las pensiones en España. A medida que la población envejece, las demandas sobre el sistema de Seguridad Social aumentan. Y es probable que veamos más cambios en la forma en que se gestionan los impuestos asociados a las pensiones.

Sin embargo, por el momento, aquellos que cumplen con los criterios pueden respirar tranquilos. El Estado sigue mostrando su compromiso con los más vulnerables, asegurándose de que no tengan que tributar por ayudas destinadas a garantizar su subsistencia.