02 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

Ha vestido a toreros como Curro Romero, Paco Ureña o Juan José Padilla y a artistas como Rocío Jurado o Lola Flores

Justo Algaba, sastre taurino: "Fui el primero en sacar la ropa de torear a la calle y a las pasarelas"

El sastre taurino Justo Algaba
El sastre taurino Justo Algaba
Justo Algaba es un nombre fundamental cuando se habla de indumentaria taurina. Sastre por vocación y por destino, Algaba ha revolucionado la vestimenta de la Fiesta Nacional a base de estudiar sus orígenes para fusionarlos con la moda más exquisita. Del mismo modo, sacó los elementos de la vestimenta taurina fuera de la plaza para incorporarlos a la ropa de la “vida civil”. Hablar con Algaba, es hacerlo con un hombre que ama su profesión y que sabe cómo trasmitir ese sentimiento.

Un creador artesano que cuida su trabajo, sabedor de que lo que hace está rodeado de principio a fin de arte. Repasar la lista de sus clientes es pasear por la historia de la tauromaquia de las últimas cuatro décadas. Este albaceteño infatigable desde 1978 sigue el pie del cañón en su atelier de la Calle de la Paz, nº 4 en Madrid. Visite aquí su web. 

Este año está celebrando su 45 aniversario como sastre taurino. ¿Cómo empezó su carrera?

Soy una persona que cree mucho en el destino. En una ocasión, el 12 de septiembre de 1963 vi a una de las personas más influyentes de la Historia para mí, Manuel Benítez “el Cordobés” en mi tierra, en Albacete. Era un niño, crecidito de 12 o 13 años, pero niño. Entonces pensé “yo tengo que ser como él o tengo que hacer ropa para este señor”. Surgió de la emoción del momento. Cinco años después de eso me fui para ser piloto de la aviación militar como voluntario a la mili y cuando llevaba dos años ya sabía que eso no era para mí. Entonces en la prensa vi un anuncio en el que buscaban ayudantes de sastrería para trajes taurinos y recordé aquella promesa que me había hecho. Y así empezó todo. Se cruzó esta profesión en vida y hasta hoy.

Lo que resaltan muchos de su trabajo es que ha fusionado perfectamente el vestido de torear con la moda. Como cuando decidió que las medias no tenían que ser siempre iguales

Mira, el vestuario taurino tiene un grado de coquetería muy alto. Los colores, los bordados, lo diseños…Es el vestuario que más admite la variedad. Quedarse estancado en la línea clásica para mí era un retroceso. Lo que he hecho es que sin ser un vestuario para la pasarela y la vida lo he adaptado en su esencia. Fui el primero en hacerlo. Piensa que en estos vestidos caben cosas como camisas con chorreras, bordadas, las zapatillas que cada vez son más cómodas y ya no permiten que entre nada de arena… Con respeto a las medias. ¿Qué sentido tiene que sean siempre rosas? Todo debe tener una armonía. Todo se puede enriquecer más de lo que ya está.

Respecto a su relación con la pasarela, organizó un exitoso desfile de moda taurina en México. ¿Qué supuso esa experiencia?

He organizado muchos, pero a nivel internacional ese fue muy importante porque se volcó la casa Domec. Eso me dio mucha más visibilidad. A partir de ahí, hice interpretación del vestido taurino a vestidos para noche, para novias… Conseguí hacer cosas que nunca se habían hecho. Mi mente y mi vida se enriqueció mucho. Respetando lo que hay que respetar en una plaza de toros, esas vestimentas fuera de ahí embellecen y nos retrotraen precisamente al ambiente que se vive en ellas.

También resaltan los expertos que ha sabido recalcar y mezclar lo masculino y lo femenino que hay un vestido de torero

El vestido de luces es muy femenino y muy masculino. El amplio colorido que tiene sirve para fuera de la plaza llevar vestidos determinados. Por otro lado, dentro hay que tener en cuenta que el vestido de luces viene de la parte femenina. Por eso se llama vestido y no traje. Nace la idea cuando la XV duquesa de Alba prestó unos dorados para el traje de un matador. Al cabo de cincuenta años ya eso formaba parte de la tradición a la hora de vestir a los matadores. Dentro de lo masculino no hay que interpretar que un color rosa o salmón no es para hombres. Mientras embellezca y esté en armonía, claro.

El torero Juan José Padilla vestido de Justo Algaba

¿Para sus creaciones piensa más en el cuerpo del torero o en la personalidad?

Una vez me hicieron una entrevista cuando hacia la ropa para la ópera “Carmen”, la más taurina, para el Metropolitan de Nueva York yo dije que la ropa se podía hacer de tres maneras: “Una según el físico de la persona, otra el gusto personal y la tercera la coquetería y la forma de ser”. Paco Ojeda, el gran maestro, me llamó y me dijo: “he leído tu entrevista y quiero que me hagas un vestido sin preguntarme nada, sino interpretando como soy yo”. Entonces hice un vestido blanco y oro bordado con pensamientos. Cuando él lo vio y me preguntó el significado yo le expliqué que escogí el blanco por su pureza en el toreo, los pensamientos porque en los momentos de tensión delante del toro conseguía mantener la cabeza fría, como un gran pensador y el oro por la grandeza del toreo en sí mismo. Pensamiento, grandeza y pureza.

 

" Paco Ojeda me llamó y me dijo: “Quiero que me hagas un vestido sin preguntarme nada, sino interpretando como soy yo”. Entonces hice un vestido blanco y oro bordado con pensamientos."

 

También dicen de su trabajo que no oculta, sino que resalta la potencialidad erótica que tiene el vestido de torero. Imagino que dependerá del diestro. Con la planta de alguien como “El Juli” será más fácil que con otros, supongo.

Hay toreros que les tiras la ropa y se les queda puesta como un maniquí. Los seres humanos tenemos todo tipo de condiciones. Mi afán siempre ha sido superar todas las dificultades sean de la índole que sea. A todos los cuerpos hay que saberlos vestir. Cada trabajo requiere exigencias personales.

Luis Francisco Esplá me dijo: “Justo vengo a tu casa con unas ideas propias, pero si ves que no es posible me marcho y tan tranquilos”. Yo le contesté: “no me preocupa eso, sino defraudarte”. Nos pusimos a trabajar y así durante años. Él me pedía cosas, pero yo aportaba todo lo que podía para que fuera estupendo. Hubo una conjunción especial entre los dos. Además, él tenía cuerpo de torero antiguo. A raíz de eso vieron muchos diestros a pedirme el mismo tipo de trabajo, pero, claro, no se veían igual. Influye mucho lo que te piden, pero también como lo interpretas y lo adaptas a su físico.

De las grandes figuras que ha vestido ¿Cuál destacaría?

Me siento muy orgulloso de la inmensa mayoría de las figuras que recurren o han recurrido a mí. Voy a citar algunas, aunque me da rabia porque sé que alguno se me va a olvidar y no les va a gustar. Vaya por delante mi agradecimiento a todos lo que han confiado en mí. 
Le hecho ropa, por ejemplo, a Curro Romero al que le debo mucho. También me llenó de orgullo hacerle trajes a Rafael de Paula que fue un personaje extraordinario. Ahora le estoy haciendo un vestido que va a ser una maravilla a Paco Ureña. También le hice un trabajo muy bonito a Juan José Padilla cuando reapareció en Olivenza.

¿Quién le falta en su lista? ¿A quién le habría gustado vestir y no lo ha hecho?

Me hubiese gustado vestir a Paquirri pero me pilló muy joven, recién instalado.

Al margen del mundo taurino has realizado el vestuario para óperas y cine

He hecho casi todas las películas del mundo de temática taurina. Y óperas igual. En el Royal Albert Hall, el Arena de Verona, el Nacional de Australia… Y a muchos artistas los he vestido: Antonio Gades, Lola Flores, María José Cantudo, Rocío Jurado, Placido Domingo…En fin, a casi todos.

Rosario Flores vestida de torera por Justo Algaba en la película "Hable con ella" de Pedro Almdóvar

Respecto al mundo del cine, tú te encargaste de vestir a Rosario Flores para su papel de matadora en “Hable con ella” de Pedro Almodóvar. ¿Cómo fue esa experiencia?

Todavía tengo los patrones de los trajes para Rosario. Le hice, entre otros, un traje color tabaco y oro. Fue un diseño que después me ha servido como base para hacer vestidos para algunos toreros. Almodóvar tuvo una gran capacidad para ver las cosas desde el término que él lo hizo. Ahora haría falta gente así, progresista, que defendiera los toros. Él ya está por encima del bien y del mal y no le pasa factura. Es un artista a nivel mundial.

¿A quién le habría gustado vestir del mundo del cine?

Sin menospreciar a los que hay ahora, yo soy más del cine clásico. Charlton Heston era un hombre que me llenaba mucho por su entrega en la pantalla. Me hubiese gustado trabajar en alguna película de él. Me pasa lo mismo con Clint Eastwood. Tenían ese carisma que se necesita en todas las profesiones. Porque el carisma es como lo que cantaba Manolo Escobar del amor que ni se compra ni se vende. Y yo añado o se tiene o no se tiene.

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