14 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

El QR como fórmula de pago: la revolución del punto de venta

Es una tecnología cada vez más integrada en nuestro día a día y ya no parece novedosa. Sin embargo sus orígenes no se remontan a solo unos años atrás, sino que el uso de este sistema va a cumplir 30 años en 2024.

Hablamos del código QR, una evolución del código de barras que pasó a ser tremendamente popular a partir del año 2020. Este sistema, que se utilizó por primera vez en Japón a mediados de la década de los 90 del pasado siglo, nació con una utilidad totalmente diferente a la que tiene ahora, pero el devenir de los tiempos y el impulso tecnológico lo ha transformado en una herramienta útil que nos rodea en nuestro día a día.

De hecho, prácticamente no hay momento en la que no nos topemos con algún cuadro con matrices de este tipo. Puede ser en algún restaurante, en un cartel publicitario, en un correo electrónico, en televisión o en las instrucciones de un electrodoméstico.

En todos estos casos, el código QR tiene un marcado carácter informativo o publicitario. Es decir, vemos un anuncio en televisión donde aparece una de estas pantallas y la escaneamos. Posiblemente el resultado sea el acceso a una landing page o a un vídeo promocional. Y si hacemos lo propio con la carta de un restaurante, lo que nos encontraremos será justo eso, las propuestas y los precios que ofrece el local.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, un invento como ha sigo el código QR creado en 1994 por la empresa japonesa Denso-Wave, subsidiaria de Toyota, está evolucionando el punto de venta. Ya hay multitud de empresas que plantean utilizar esta tecnología como fórmula de pago.

¿Cómo funciona el QR como sistema de pago?

AECOC, la asociación de fabricantes y distribuidores con más de 33.000 empresas asociadas, está trabajando en la introducción de un código QR estándar para conectar fabricantes y consumidores, además de información en productos de peso variable (fecha de caducidad, número de lote, precio por kilo, seguimiento de la trazabilidad).

La idea es que el código QR funcione como un sistema de pago más y que también sirva al cliente y a los negocios para consultar toda la información sobre los productos y servicios en la compraventa.

Es una idea que cada vez gana más partidarios. Según un representante de QRFY.com, empresa líder en soluciones de codigos QR en España, “El uso de códigos QR en las empresas ha registrado un incremento del 28% anual desde 2020, y se espera que esta tendencia continúe con un aumento previsto del 15 al 20% anual en la adopción de esta tecnología en los próximos cinco años.

Esta progresión se debe en gran medida a la eficiencia y seguridad que los códigos QR aportan a las transacciones sin contacto y a las operaciones comerciales, además de ser una herramienta potente para el marketing digital. En QRFY.com ven un futuro donde los códigos QR se integran como una práctica estándar en diversas industrias, potenciando así la digitalización empresarial a nuevos niveles.

Mercadona, BonArea o Mango ya están probando los beneficios de este sistema de identificación. La fórmula es sencilla, en lugar de que el escáner lleve a una web informativa o promocional lo que hace es dirigir esa información hacia una app de pagos, para que la transacción quede completada con éxito.

¿Existen riesgos con el sistema de pago QR?

Como toda tecnología digital, los códigos QR también presentan ciertos riesgos, pero esto son controlados. En los últimos años se ha activado el fenómeno del Qrishing, que es similar al phishing pero utilizando este canal de comunicación.

En el phishing lo que hacen los ciberdelincuentes es intentar robar datos, información confidencial o incluso dinero a través de correos electrónicos fraudulentos. El qrishing sigue la misma fórmula pero utilizando los códigos QR.

Hay alternativas más trabajadas y otra un poco más básicas, pero frente a todas ellas hay que protegerse. Una muy popular es incluir un código QR falso, fraudulento. Es una práctica que consiste en colocar otro código sobre el original sin que se aprecie que es una pegatina.

Esto sucede a menudo en restaurantes o lugares con publicidad exterior. Los delincuentes utilizan estos códigos falsos para robar datos de tarjetas bancarias o para acceder a información confidencial de los usuarios. Una segunda fórmula, esta más cuidada, es crear un QR que aparentemente funciona como forma de pago, pero en realidad en lugar de abonar dinero lo que hace es solicitarlo.

No obstante, estos intentos de estafa no deben hacer dudar de las posibilidades de la tecnología QR. Solo hay que permanecer atentos y activar protocolos de seguridad que garanticen el buen manejo de la información o los fondos económicos. Todo avance tecnológico conlleva riesgos, pero las ventajas de implantarlo siempre decantan la balanza hacia el lado positivo.

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