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Retrato antiguo de un joven con camiseta clara.
CULTURA

Serie El Cierre Digital: Nino Buscató, pionero en lanzamientos a canasta

A sus 83 años, "Nino" Buscató da clases en el INEFC de Barcelona y es comentarista en la Cadena Ser.

La historia del basket español y de la selección no se pueden entender sin el impacto de Francesc Buscató, más conocido como Nino Buscató. Un base que, con apenas 1.78 de estatura y un físico limitado, fue uno de los pioneros en utilizar en España el lanzamiento en suspensión, un gesto técnico de gran efectividad que según el propio jugador “era el tiro del futuro porque era más sorpresivo”. Fue una figura emblemática del baloncesto español, que dejó una huella significativa durante la década de los 60, tiempo en el que el baloncesto se jugaba en canchas descubiertas, con piso de cemento, con tableros que eran de madera y balones pesados que complicaban el control del bote.

Su legado está respaldado por sus 222 partidos internacionales con la Selección, su participación en tres ediciones de los Juegos Olímpicos y en ocho Europeos, así como en las siete ocasiones que formó parte de la selección europea. En competición nacional, conquistó dos Ligas y dos Copas con equipos diferentes y puso el broche de oro a su carrera con una medalla de plata en el Eurobasket de Barcelona (1973). 

El apodo de “Nino” proviene del nombre del negocio familiar, la panadería Cal Nino, que compaginó durante muchos años con el deporte. Desde muy joven, participó en distintas disciplinas deportivas, "en un solo día llegué a disputar tres finales escolares, de fútbol, balonmano y basket", sin embargo, fue en el baloncesto donde empezó a destacar por su estilo de juego rápido, autoritario y ágil.

Su trayectoria como jugador profesional

Francesc debutó a los 15 años en el primer equipo del UDR Pineday, de su ciudad natal, en el que mostró unas condiciones prodigiosas en sus primeras dos temporadas, lo que le llevaría a competir en la Primera Catalana con tan solo 16 años. Como era de esperar, su talento llamó pronto la atención de los equipos grandes.

En 1957 fichó por el Barcelona, porque el encargado de las secciones del club, Antoni Palés, tenía tratos con la familia y "convenció a mi madre, que puso como condición que siguiera viviendo en Pineda y regresara allí cada noche". Cada día llegaba de entrenar a las doce de la noche y se ponía a hacer el pan hasta las siete.

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Nino Buscató con el Juventud de Badalona | El Cierre Digital

Estuvo allí tres años, hasta que el presidente Enric Llaudet decidió reconvertir las secciones en amateurs y el equipo se desmembró, "era el momento álgido de mi carrera y quería seguir jugando en Liga Nacional". Acabó en el Aismalíbar de Montcada y Reixach, donde se formó definitivamente durante cuatro años bajo la dirección del técnico que más le marcó a lo largo de su carrera, Eduardo Kucharski. Luego dio el salto al Joventut de Badalona (conocido por sus aficionados como la "Penya”), donde pasó once temporadas y vivió los mejores años de su carrera llegando a convertirse en el jugador más emblemático del basket catalán. 

Son de esta etapa algunas de las mejores anécdotas de su carrera, como la eliminatoria de la Recopa de 1970, cuando tuvieron que ir a jugar a Atenas ante el AEK en un viaje infernal, donde los jugadores fueron sometidos a una presión terrible desde que llegaron, “unas 500 personas nos perseguían constantemente allá donde íbamos. En el entrenamiento se quedaron al borde de la pista profiriendo insultos y amenazas, con cánticos constantes. En el partido se llegaron a juntar 40.000 espectadores en el estadio olímpico de Atenas, descubierto por supuesto. Había llovido hacía poco y estaba todo el suelo mojado, casi no se podía jugar. En la primera pelota ya me dieron un puñetazo en el vientre y el árbitro no hizo nada. Perdimos de 21".

Buscató siempre fue uno de los jugadores más pretendidos del mercado baloncestístico y el Real Madrid no dudó en intentar su fichaje en varias ocasiones, "Saporta llegó a ponerme un talón en blanco, pero para mí lo importante era seguir aprendiendo al lado del mejor entrenador que conocí, Kucharski".

La selección española, una retirada por todo lo alto

En la selección ejerció como líder del grupo de jugadores catalanes habituales y le tocaba negociar casi siempre las primas con Raimundo Saporta. "Si ganabas alguna 'pela' era con la selección y con eso los catalanes se ilusionaban. Los de Madrid ya estaban acostumbrados a ello, en cambio nosotros...".

El momento cumbre de la carrera internacional de Buscató llegó en el Eurobasket del 73, una cita crucial en la historia del baloncesto en este país, "fue el acontecimiento mediático que supuso el despegue del basket como deporte de masas. Durante diez días el país vivió basket a tope". Las cosas no pudieron ir mejor, el objetivo era alcanzar las semifinales y el equipo respondió, no sólo con lo consiguió sino también por derrotar a la URSS en un partido histórico que valió la clasificación para la final ante Yugoslavia. A pesar de que perdieron aquel partido, la participación de la selección española en ese europeo fue considerada todo un éxito.

Buscató aprovechó esta oportunidad para anunciar su retirada de la selección, “para mí era especial porque suponía la despedida y en Barcelona. Además, derrotamos al gigante ruso en un partido memorable". Tras Después del Eurobasket de aquel año siguió en activo durante una temporada más en el Joventut y después lo dejó definitivamente. Públicamente no dijo que se retiraba, pero todo el mundo lo interpretó así, “si me hubiera llegado algún equipo grande creo que hubiera sido útil porque estaba en forma".

Dos jugadores de baloncesto en acción durante un partido, uno de ellos sosteniendo el balón mientras el otro intenta bloquearlo.
Nino Buscató en un partido con la Selección Española | El Cierre Digital

Posteriormente inició su carrera como entrenador al lado de Kucharski y al frente del Joventut en la temporada 75-76, pero en ese mismo año ambos acabaron dimitiendo del cargo tras la eliminación europea. Más adelante, Buscató se hizo cargo del júnior del Barcelona, del Hospitalet en Primera B y, desde 1992, ostenta el cargo de seleccionador de Catalunya.

Desde hace 20 años, trabaja como profesor de baloncesto en el Instituto de Educación Física de Barcelona  y lo compagina con ser comentarista radiofónico para la cadena SER, “vivo bien, lo máximo que puedo. Estoy vinculado al mundo del basket haciendo lo que me gusta y soy feliz".

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