El secreto mejor guardado de Madrid: Aquí descansan las tumbas de los grandes ilustres

Escritores, arquitectos, artistas, santos y reyes rompieron moldes. Algunas de las personalidades más relevantes de nuestra historia yacen en las iglesias de la capital madrileña.

Hasta el siglo XIX, estas fueron lugar de enterramiento habitual de muchos ciudadanos pudientes. Algunas de estas tumbas, sepulcros y cenotafios son obras de arte de incalculable valor y otras son el testimonio en piedra del paso del tiempo.

El cuerpo incorrupto de San Isidro Labrador, patrón de Madrid, descansa hoy junto al de su esposa, Santa María de la Cabeza. Lo hacen en la colegiata que lleva su nombre.

Francisco de Vargas fue secretario del rey Católico. Su hijo Gutierre de Vargas y Carvajal fue uno de los teólogos más influyentes de su época y obispo de Plasencia. De aquí el nombre que lleva la capilla de la Iglesia de San Andrés que encargó a Francisco Giralte en 1547 para enterrarse junto a sus padres.

De la misma época son los sepulcros de una pareja en la que confluyen las dos grandes virtudes del Renacimiento según Castiglione. Son el éxito en las armas y la vocación por las letras. Se trata de Francisco Ramírez, apodado «El artillero», su esposa, Beatriz Galindo. 

Ella era la preceptora de Isabel la Católica y de sus hijos, a los que enseñó gramática y latín, de aquí el nombre de «La Latina». Con este nombre ha acabado conociéndose el barrio en el que ella misma fundó un hospital. Los restos de la humanista están en las Concepcionistas Jerónimas de Boadilla.

Es durante el Siglo de Oro, en los arrabales que había detrás de la tapia de la Puerta del Sol, se localizaba un punto de encuentro de la farándula. Aquí no sólo estaban los corrales de comedias de la Cruz, la Pacheca y el Príncipe. Además la esquina de la calle del León con la del Prado fue el Mentidero de Representantes, lugar en el que se cerraban los contratos de la época.

El lugar de descanso de los ilustres de las letras

En el nuevo barrio, que empezó a llamarse de «Las Letras», vivieron Quevedo, Góngora, Lope de Vega y Cervantes. El autor de El Quijote fue inhumado en el vecino Convento de las Trinitarias en 1616 por expreso deseo del mismo. Además, entre estas paredes, vivió en clausura su hija natural, sor Isabel Saavedra.

Aquí coincidiría la joven con otra descendiente de personas ilustres. Son Sor Marcela San Félix, nacida de la unión entre Lope de Vega y la actriz Micaela de Luján, y también ella ilustre escritora como el padre. Ambas descansan hoy en la cripta de la iglesia.

Por su parte Lope de Vega, el «Fénix de los ingenios», fue enterrado en la parroquia de San Sebastián. Esta contaba con una capilla perteneciente a la Cofradía de los comediantes de la Virgen de la Novena.

Las tumbas de arquitectos y artistas

No podemos abandonar la Iglesia de San Sebastián sin visitar la preciosa Capilla de Nuestra Señora de Belén. Allí yacen las dos figuras más importantes de la arquitectura española del siglo XVIII. Son las de Juan de Villanueva y Ventura Rodríguez, motivo por lo que a este panteón también se le conoce como la «Capilla de los arquitectos».

Velázquez, aposentador real de Felipe IV, fue enterrado en la iglesia de San Juan Bautista, de la que hoy sólo quedan los cimientos en la Plaza de Ramales. Se demolió en tiempos de José Bonaparte para ventilar el viejo Madrid de los Austrias.

Fue en una época en la que también se sacaron los cementerios de la ciudad. Una cruz recuerda que aquí estuvo el cuerpo del autor de Las Meninas.

Goya, retratista de Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, murió en Burdeos y allí fue inhumado junto a su amigo Martín Miguel de Goicochea. En 1919 trajeron sus restos mortales por iniciativa del cónsul español, Joaquín Pereyra.

Hoy, su tronco y sus brazos yacen en la Ermita de San Antonio de la Florida. Él mismo la decoró con unos frescos que narran uno de los milagros del santo lisboeta.

Por su parte, el músico Tomás Luis de Victoria fue enterrado en el Monasterio de las Descalzas Reales. Allí fue organista durante más 24 años, muchos de ellos al servicio de la emperatriz María de Austria.

En la iglesia de San Millán y San Cayetano se encuentra la sencilla tumba de Pedro de Ribera. Está a los pies de la capilla del Rocío que recuerda su actividad en esta parroquia. Este arquitecto, que vivía en la casa frontera con la Iglesia y fue feligrés de la misma toda su vida.

En la Iglesia de las Salesas también se encuentra el monumento funerario de Leopoldo O’Donnell, ministro en varias ocasiones durante el reinado de Isabel II. Obra del escultor Jerónimo Suñol, esta tumba evoca a algunas de las más hermosas del Renacimiento. Si bien antes nos referíamos a la Capilla del Obispo.

En el siglo XIX dejó de ser frecuente enterrarse en las iglesias. Pero todavía la Basílica de la Concepción, un edificio neogótico en pleno barrio de Salamanca, se construyó con una cripta.

Allí reposan los cuerpos de algunos miembros destacados de la burguesía y la nobleza. Algunos de ellos son la escritora Emilia Pardo Bazán. O el del periodista Torcuato Luca de Tena, fundador del semanario Blanca y Negro y autor de la popular novela Los renglones torcidos de dios.

Los secretos que albergan la Catedral de la Almudena y otros museos y monasterios

En la Catedral de la Almudena se encuentra enterrado el Marqués de Cubas. Fue el primer arquitecto de un edificio que finalmente se levantó gracias a la perseverancia infatigable de la María de las Mercedes.

Esta es también la historia del Doctor González Velasco, fundador en 1875 del Museo Nacional de Antropología. Se trata de un templo para la ciencia con pórtico de columnas incluido. Tal era el amor del médico por su proyecto que quiso enterrarse en este edificio.

En 1943, a los conservadores debía parecerles poco decorosa la idea de tener una tumba en el museo. Por eso sus restos fueron trasladado al Cementerio de San Isidro, junto a los de su esposa e hija.

El Panteón de Hombres Ilustres, es una valiosa muestra de colección de escultura funeraria, sino también son testimonio en piedra de la historia de España. En él podemos encontrar los mausoleos de políticos y militares como Sagasta, Cánovas del Castillo, Dato, Ríos Rosas, Canalejas o Gutiérrez de la Concha.

Se encuentra en el Barrio de las Letras, conocido como el Monasterio de San Ildefonso y San Juan de la Mata. Fue fundado inicialmente en 1612 en torno a una modesta iglesia, donde fue enterrado el escritor Miguel de Cervantes en 1616. El edificio fue derribado y el arquitecto Marcos López se encargó de la construcción del templo barroco actual en 1668.

Fue en el 2015, cuando se encontraron los restos de Miguel de Cervantes, y desde entonces estos descansan en un monumento erigido en su honor en el interior de la iglesia.

Los restos de Francisco de Quevedo fueron depositados durante la noche de este viernes en la capilla de la Virgen de la Soledad. Esta se encuentra en la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol, de la localidad de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real). Concretamente en la cripta en la que originariamente fue enterrado en 1645.