El ensanche de Tetuán, reflejo del urbanismo español en el norte africano

El próximo 19 de octubre, en la sala María Moliner del Círculo de Bellas Artes de Madrid, el doctor en Historia del Arte y urbanista, Mostafa Akalay Nasser, presentará su obra  ‘El ensanche de Tetuán: síntesis de su historia urbana y arquitectura’ (Ensayos Saharianos). El libro revisita el pasado de una aventura arquitectónica española en Tetuán que durante 95 años formó parte del diálogo intercultural hispano- marroquí, pero que sigue estando casi ausente de la historiografía marroquí.

Tal y como explica Akalay Nasser para elcierredigital.com, la arquitectura española y, sobre todo, su urbanismo en tiempos del Protectorado de Marruecos es “un patrimonio compartido omitido y ninguneado”, pues según el historiador del arte y urbanista “se suele estudiar más la gestión urbanística francesa y sus aciertos en la zona en la que ejercían su influencia, mientras que  las obras de influencia española apenas tienen reconocimiento”.

Según sostiene Akalay Nasser, este trabajo pretende tumbar un muro de silencio y ser “una reivindicación del valor del urbanismo español, no olvidemos que aunque no sea muy reconocido, goza de preciosismo. Este patrimonio está menguando y es hora de que la gente tetuaní reconozca su patrimonio, porque es suyo también”, explicó Akalay Nasser durante una charla con elcierredigital.com.

“Comencé este proyecto como tema de mi tesis doctoral hace años en Francia, aunque lo terminé y presenté en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Granada”, explicó Akalay Nasser para este medio sobre el origen de su obra.

“Este libro es el culmen de más de 40 años de investigación”, sostuvo el historiador. Es un arduo trabajo de campo in-situ, complementado con profunda investigación en varios archivos y bibliotecas. Es una obra con la que Akalay Nasser pretende abrir frentes y “crear nuevas líneas de investigación que ayuden a comprender el valor del patrimonio con el que contamos”, explica él mismo. Con todo ello, este libro, contribuye a un mejor conocimiento del ensanche de Tetuán.

Para Akalay Nasser, auténtico apasionado del arte y el urbanismo, “esta obra es una deuda que tenemos con la historia, recuerdo ir a Madrid a Nuevos Ministerios y ver exposiciones sobre arquitectos exiliados, y en cierta manera me dolía no ver un reconocimiento en ninguna parte a la labor de los arquitectos y urbanistas españoles en el norte de África".

Por otra parte, el historiador del arte y urbanista ha destacado “los lazos que nos unen entre ibéricos y marroquíes, tenemos que reconstruir ese eje ibérico y marroquí, ya se ha empezado con el fútbol (refiriéndose a la sede compartida entre Portugal, España y Marruecos para el Mundial de fútbol de 2030), esperemos que el próximo paso lo den los políticos”, añadió Akalay Nasser para este medio.

Paralelamente, está previsto que en la presentación del libro, el próximo 19 de octubre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, estén presentes Juan Miguel Hernández León, presidente del Círculo de Bellas Artes, Carlos Asencio Wandossel, profesor de proyectos de la Escuela de Arquitectura de Toledo, José Maria Lizundia, director-editor de Ensayos Saharianos, Jaume Amills, editor de la revista Urban Beat, y por supuesto el autor Mostafa Akalay Nasser.

Sobre el ensanche de Tetuán

El ensanche de Tetuán, conocido popularmente como ensanche español, es una zona de la ciudad de marroquí de Tetuán que  fue diseñada y construida durante la época del Protectorado español de Marruecos y, además, constituye el mejor ejemplo del urbanismo español en el antiguo protectorado.

La ciudad de Tetuán, situada a unos 40 km de Ceuta, ha estado  estrechamente ligada a la cultura española durante varios períodos de su historia, especialmente desde que sefardíes y moriscos se asentaran en la ciudad a partir del siglo XV. 

Posteriormente, en 1860, la ciudad es tomada por el general Leopoldo O'Donnell, aunque la relación entre Tetuán y España no fue intensa hasta 1913, cuando se estableció el protectorado español en el norte de Marruecos. Elegida como capital del protectorado y una vez pacificada la zona, entre 1927 y 1956 la ciudad experimentó una intensa transformación urbanística por la que sus barrios y edificios adquieren una imagen muy similar a los de otras ciudades españolas de la época.

A diferencia de los ensanches desarrollados por los franceses como núcleos aislados en ciudades como Fez o Marrakech, la estructura del ensanche de Tetuán se configura como una continuación de la ciudad existente, adaptándose y relacionándose con el entramado urbano antiguo. 

Su estructura se organiza en torno a una gran plaza circular, actualmente llamada plaza de Muley el Mehdi (antiguamente llamada plaza de Primo de Rivera), donde convergen seis grandes ejes viarios y donde se asentaron edificios notorios como la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria o la sede de Correos. La morfología del ensanche es la característica de este tipo de actuaciones urbanísticas. Los edificios son predominantemente de tres alturas más el bajo y ático retranqueado.

El eje más importante del ensanche es la avenida de Mohamed V, antiguamente conocida como avenida del Generalísimo, que atraviesa el ensanche transversalmente en dirección oeste-este.  Esta vía conecta la mezquita de Hassan II con la plaza de El Jala, principal punto de conexión con la medina, y concentra numerosos comercios y cafés, además de edificios singulares y representativos como el Casino Español.

En su diseño trabajaron arquitectos de gran renombre, como  Carlos Ovilo, que dejaron su impronta en edificios singulares, perfectamente reconocibles, en un trazado urbano en el que se mezclan diversas tendencias y estilos: el Movimiento Moderno, la arquitectura franquista, los estilos con influencias regionalistas, pasando por elementos neomozárabes, historicistas o neoherrerianos. En palabras de Akalay Nasser: “Es imposible que esto no se reconozca y que no se aprecie”.

Ahora, más de un siglo después,  la Medina y el Ensanche de Tetuán constituyen un ejemplo excepcional de interacción entre dos modelos urbanos, que dan a la ciudad un carácter monumental perfectamente reconocible y único. Esta singularidad ha hecho que en 1997 la Medina de Tetuán fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Pocos años después, en 2015, el Ensanche fue declarado Patrimonio Nacional de Marruecos. 

Ya en 2022 comenzaron los trabajos para solicitar la ampliación de la Declaración de la Unesco, incluyendo en la misma al Ensanche de Tetuán, esta parte excepcional de la ciudad, diseñada y construida durante la época del Protectorado español.