Logo El Cierre Digital
Retrato de un hombre con vestimenta papal y un sombrero decorado con cruces negras sobre un fondo oscuro.
CULTURA

Los Papas más conflictivos de la Iglesia Católica (y VII): Alejandro VI, el Incesto

El Papa Alejandro convivió en el Vaticano con sus 4 hijos y dicen que tuvo amores incestuosos con su hija Lucrecia Borgia

En un episodio anterior de la serie de elcierredigital.com "Los Papas más conflictivos de la Iglesia Católica"  ya contamos la vida de Benedicto IX, el que vendió la silla de San Pedro por 1.500 libras para casarse con una de sus amantes. También hemos conocido el escándalo del papado de Juan VIII, quien en realidad fue “la papisa Juana”, una mujer que dio a luz cuando presidía una procesión en el Vaticano.

Tampoco podemos olvidar el repaso a los papas de la “pornocracia”, con la increíble y pecaminosa vida de las amantes Teodora y Marozzia, madres, esposas y amantes de varios pontífices. Ni las vidas y escándalos de los papas “marionetas”, con quienes supimos cómo se compra un papa. O la escandalosa vida del incestuoso y fornicador Juan XII.

Ahora, cerramos nuestra serie "Los papas más conflictivos de la Iglesia Católica" dedicándole especial atención al  papa Alejandro VI.

El papa más escandaloso, Alejandro VI

Alejandro VI sea quizás el más escandaloso de todos los papas de la Iglesia Católica. Aquel que residió y convivió en el Vaticano con sus cuatro hijos y que, según la leyenda negra, tuvo amores incestuosos con su propia hija, la famosa Lucrecia Borgia.

De nombre Rodrigo Lanzol y de Borja, en italiano Rodrigo Borgia, nació en Xativa, cerca de Valencia, el 1 de enero de 1431. Murió en Roma, el 18 de agosto de 1503. Sus padres fueron Jofre Lançol e Isabella Borja, hermana del cardenal Alfonso Borja, posteriormente papa Calixto III.

Retrato en blanco y negro de un hombre calvo con vestimenta clerical, visto de perfil.
Alejandro VI. | Cedida

Rodrigo Borgia fue elegido papa el 11 de agosto de 1492 bajo el nombre de Alejandro VI, tenía 61 años.  Pero, su elección fue tan sonada que quedó para la Historia.

La elección de Rodrigo Borgia como papa

La muerte de Inocencio VIII, el 25 de julio de 1492, dejó vacante el trono de San Pedro y entre los veintitrés cardenales que constituían el Colegio cardenalicio, sólo unos pocos eran los que podían considerarse merecedores de ese privilegio.

Entre ellos, figuraban el milanés Ascanio Sforza; el genovés Lorenzo Cibo, sobrino del difunto; el napolitano Giuliano della Rovere; y el valenciano Rodrigo Borgia.  Eran sin duda los cuatro más sólidos candidatos a ser el nuevo Papa, aunque, al no ser italiano, las posibilidades de Rodrigo Borgia eran escasas.

Para obtener el pontificado, alguno de los candidatos debía obtener el voto de dos tercios del colegio de cardenales, es decir, que siendo estos veintitrés, el nuevo papa debía contar con al menos dieciséis votos cardenalicios a su favor, para ser reconocido como tal.

De todos los aspirantes, Rodrigo Borgia resultó ser el ganador del pontificado por un escaso margen en la requerida mayoría de dos tercios. Esto llevó a rumores y acusaciones de simonía y sobornos para obtener la corona papal. Pero finalmente es proclamado papa.

Una escandalosa vida sexual 

Sin embargo, lo más importante de su vida política o de sus once años de Papado, fue, sin duda, su escandalosa vida sexual. Según la “leyenda negra”, los desatinos y traiciones, las compras y ventas de puestos, y supuestos amores marcaron su papado. No hay duda de que la familia Borgia fue un compendio de todas las pasiones.

Como se sabe y hemos comentado, tuvo cuatro hijos conocidos y legítimos. Pero hijos bastardos también. Ni se sabe cuántos, ya que según algunos biógrafos aquel papa lujurioso no podía pasar ni un solo día ni una sola noche sin tener a una mujer en su cama.

Llegó a decirse que en muchas ocasiones abandonaba reuniones con príncipes y cardenales para, en una habitación cercana, hacer el amor con quien los edecanes le habían preparado (curiosamente muchos años después de Napoleón el Grande llegó a decirse lo mismo).

Pero, por encima de todos los escándalos sexuales y de camas está, sin duda, el  escándalo incestuoso con su hija Lucrecia. Por su interés reproduzco un resumen de la biografía que escribió Florian Yubero en 2010: Lucrecia Borgia, hija y amante del papa Alejandro VI.

“Lucrecia Borgia, en italiano Lucrezia Borgia (1480 -1519), la hija de Rodrigo Borgia, el poderoso valenciano del renacimiento que llego al papado de la Iglesia Católica con en nombre de Alejandro VI, su madre fue Vannozza Cattanei, uno de sus hermanos fue el notorio déspota Cesár Borgia. Esta familia realizó impopulares maniobras políticas para permanecer en el poder, y fueron prisioneros de la corrupción sexual asociada a los papados renacentistas.

Su padre y su hermano le concertaron una serie de casamientos con hombres importantes y poderosos de la época, siempre manipulada por las ambiciones políticas. Lucrecia se desposó con Giovanni Sforza (Señor de Pésaro), Alfonso de Aragón (Duque de Bisceglie), y con Alfonso d’Este (Príncipe de Ferrara).

Los rumores sobre Alfonso de Aragón hablaban de que era hijo ilegítimo del rey de Nápoles y de que César Borgia pudo haberlo asesinado cuando su valor político empezó a eclipsarse.

Después de que Rodrigo Borgia fuera elegido papa,  en 1493 casó a Lucrecia con Giovanni Sforza con el fin de obtener una poderosa alianza con esta familia milanesa. La boda fue un escándalo, pero no mucho más que otras celebraciones del Renacimiento

Cuando, la familia Borgia no tenía necesidad alguna de los Sforza, y la presencia de Giovanni en la corte papal era una molestia innecesaria, y el papa necesitaba otras alianzas mucho más ventajosas, fue motivo por el que presuntamente se ordenó su asesinato.

El hermano de Lucrecia, César, le informó de esto a su hermana, y ella advirtió a su marido quien huyó de Roma, es posible que el papa Alejandro jamás ordenara este asesinato y no fue más que un complot realizado por César y Lucrecia con el fin de alejar de la Corte a un marido aburrido. Fuera como fuese, al papa Alejandro le agradó la posibilidad de poder concertar otra boda para Lucrecia, pero antes de ello, tenían que librarse de Giovanni.

Retrato de una mujer con velo blanco y corona de hojas verdes.
Lucrecia Borgia. | Cedida

Alejandro pidió al tío de Giovanni, cardenal Ascanio Sforza, que persuadiese a Giovanni para que se anulara el matrimonio. Giovanni se negó y además acusó a Lucrecia de incesto con su padre y con su hermano. Dado que el matrimonio no había sido consumado, el papa dijo que era un matrimonio no válido y ofreció a Giovanni la dote de Lucrecia si mostraba su acuerdo con la anulación.

La familia Sforza amenazó a Giovanni con retirarle su protección si rehusaba la oferta de Alejandro. Al no tener otra elección, Giovanni Sforza,  firmó ante testigos una confesión en al que admitía ser impotente, lo que equivalía a consentir la anulación de la boda".

La reclusión de Lucrecia Borgia en un monasterio

Mientras se llevaba a cabo la separación de Giovanni Sforza, Lucrecia estuvo recluida en un monasterio y su única relación con el exterior eran los mensajes que le enviaba su padre por medio de un tal Perotto. Justo antes de la boda con su siguiente marido, Alfonso de Aragón, y cuando tenía 17 años Lucrecia dio a luz un niño, al que los historiadores llamaron 'el infante romano'.

El papa Alejandro VI emitió en 1501  dos bulas: en la primera reconoció al niño como hijo de César y en la segunda, que se mantuvo secreta durante años, lo reconoció como hijo propio.

Las interpretaciones son mucho más variadas. La creencia más difundida es que el niño, hijo de Lucrecia, era el fruto de su incestuosa relación con César, y que Perotto, dada la debilidad que sentía por ella, dijo que el niño era suyo. Durante el embarazo, Lucrecia estuvo, como se ha dicho, encerrada en un convento lejos de Roma, de modo que nada se pudo saber sobre su estado.

Lucrecia estaba muy preocupada por la posibilidad que se supiera que estaba embarazada y que esta noticia llegara a Roma, ya que entonces todos sabrían que era hijo de su hermano César. César en esa época era cardenal de la Santa Iglesia y -si hubiera tenido una relación ilícita con su hermana mientras ella estaba casada con Giovanni- habría sido muy difícil ocultarlo, especialmente a su padre, el Papa.

La leyenda del incesto o incestos, tanto con su hermano como con su padre, surgió en gran medida en esta época, sin que nada pueda asegurarlo fehacientemente.

Pero si curiosa fue su vida, también lo fue la correspondencia que Alejndro VI, ya siendo entonces un joven cardenal, mantuvo con el papa Pio II, quien al enterarse de una fiesta dionisiaca que había dado en su Palacio Ducal le escribió:

'Hemos oído que hace tres días, un gran número de mujeres de Siena, ataviadas con toda vanidad mundana, se reunieron en los jardines de nuestro bien amado hijo Juan Bichas, y que Vuestra Eminencia, descuidando la dignidad de su posición, estuvo con ellas desde la una hasta las seis de la tarde, y que teníais en vuestra compañía a otro cardenal, a quien, si no el honor de la Santa Sede, al menos su edad, debía haberle recordado sus deberes. Se nos dice que los bailes fueron desenfrenados y que las seducciones del amor no tuvieron límite, y que vos mismo os habéis comportado como si fuerais un joven del montón secular'

Naturalmente, el ya experto y sibilino y maquiavélico Alejandro (al parecer Maquiavelo utilizó al papa y a su hijo Cesar como modelos para su obra “El Príncipe”), hizo que aquella carta de respuesta desapareciera por arte de magia y nunca más se supo de ella,  si no fuera por la respuesta que el propio Papa le dio al recibirla:

'Hemos recibido la carta de Vuestra Eminencia y tomado nota de las explicaciones que me dais. Vuestra acción, querido hijo, no puede estar exenta de culpa, aunque tal vez sea menos grave de lo que al principio se dijo. Os exhortamos a absteneros en lo futuro de tales deslices y a cuidar con mucho esmero de vuestro honor. Os concedemos el perdón que nos pedís; de no amaros como hijo predilecto, no os hubiéramos reconvenido tan tiernamente'.

La muerte del papa Alejandro VI

Y llegamos al momento de su muerte. También escandalosa e incierta. Tanto que en Roma se llegó a decir que “un vino en la Plaza de San Pedro es menos peligroso que un café en el Vaticano”. Al parecer el Papa murió a consecuencia de un veneno.

Según la “leyenda negra”, Alejandro murió en el transcurso de una cena que le dio a un grupo de cardenales.  Casualmente murieron todos y esto hizo sospechar que el verdadero cerebro de la “matanza” había sido el propio papa, pero que sin embargo, por un error, también él se autoenvenenó. Así se escribe la Historia, o la intrahistoria.

Quizás lo más escándalo de su vida fuera que el papa nombrara administradora general y única de la Iglesia y del Vaticano a su hija Lucrecia Borgia, cuando tan solo tenía 17 años.

En cualquier caso, lo que queda de manifiesto con el repaso histórico que elcierredigital.com ha publicado de estos siete papados conflictivos en la Iglesia Católica es que, ciertamente, tras el poder omnipresente del Vaticano está la mano de Dios. Porque sin la presencia del Espíritu Santo no podría haber resistido los escándalos que han perseguido al Vaticano desde su fundación.

➡️ Internacional ➡️ Historia ➡️ Religión ➡️ Cultura

Más noticias: