La historia desconocida de Nosferatu: La leyenda de terror que vuelve a los cines
La nueva adaptación del clásico 'Nosferatu' inspirado en Drácula se ha convertido en el mayor reclamo actual del cine
Recientemente se ha estrenado la nueva versión de Nosferatu, dirigida por David Eggers. El filme ha revitalizado el interés por una de las obras más influyentes del cine de terror.
La nueva reinterpretación está basada en el clásico del cine mudo de 1922 dirigido por Friedrich Wilhelm Murnau. Actualiza una historia que marcó un antes y un después en el género. Además, pone en debate las controversias y leyendas que rodearon a la película original.
El Nosferatu original, una película revolucionaria
En 1922 se estrenaba 'Nosferatu: Eine Symphonie des Grauens', convirtiéndose en todo un ícono del expresionismo alemán y el cine de terror. Concebida como una adaptación de Drácula, la famosa novela de Bram Stoker, la película se enfrentó a varios problemas legales desde el inicio.
Nosferatu (1922) - Vampire Scene
Para evitar pagar los derechos de autor, Murnau y Prana Film cambiaron nombres y escenarios. Así, el Conde Drácula se convirtió en el Conde Orlok, Londres fue reemplazada por Wisborg, y el protagonista, Jonathan Harker, pasó a llamarse Hutter. Pese a estas modificaciones, la trama mantuvo una similitud innegable con la obra literaria.
En la historia, Hutter, un joven agente inmobiliario, viaja a Transilvania para cerrar un trato con el Conde Orlok. Durante su estancia, descubre que su anfitrión no es un humano común. Es un vampiro milenario que planea mudarse a Wisborg, trayendo consigo plagas y terror.
La película presentó elementos innovadores para la mitología vampírica, como la vulnerabilidad de los vampiros a la luz solar. Un detalle que no aparecía en la obra de Stoker pero que se convertiría en un estándar del género. Ejemplo de ello es la posterior saga de vampiros 'Crepúsculo'.
El Conde Orlok, interpretado por Max Schreck, rompió con la figura del vampiro aristocrático y seductor popularizada por Stoker. Su apariencia cadavérica, con orejas puntiagudas, cabeza calva y dedos alargados, evocaba el miedo a la muerte y a las enfermedades. Un diseño que impactó a las audiencias de la época y definió la estética de los vampiros en el cine durante décadas.
Leyendas y controversias alrededor de la producción
La historia de Nosferatu está marcada por leyendas y controversias que contribuyeron a su fama.
Una de las más notables fue la demanda que interpuso Florence Balcombe, viuda de Bram Stoker por plagio a la obra de su marido. El tribunal falló a su favor en 1925, ordenando la destrucción de todas las copias de la película. Sin embargo, varias copias habían sido distribuidas internacionalmente y lograron sobrevivir, permitiendo que Nosferatu se convirtiera en un clásico atemporal.
El productor de la película, Albin Grau, también añadió un componente místico al proyecto. Grau, era ocultista y miembro de la fraternidad esotérica Fraternitas Saturni. Afirmó que la idea de la película surgió tras una conversación con un campesino serbio que aseguró que su padre era un vampiro.
Grau impregnó la película de simbolismo ocultista. Desde la asociación de Orlok con las ratas hasta la atmósfera de decadencia y ambiente de la peste que envuelve al relato.
Max Schreck, cuyo apellido significa "miedo" en alemán, se convirtió en una figura envuelta en misterio. Su vida privada era tan enigmática que surgieron rumores de que era un vampiro real. Esta teoría inspiró la película 'La sombra del vampiro', que imaginó a Schreck como un no muerto que interpretó su propio papel en la película.
Otra leyenda vinculada a Nosferatu es la supuesta maldición que persiguió a sus creadores. Murnau murió en un accidente automovilístico en 1931, y su tumba ha sido profanada en varias ocasiones. En 2015, se descubrió que su cráneo había sido robado, un acto que muchos atribuyen a rituales satánicos.
El legado de Nosferatu
Pese a los intentos de erradicarla, Nosferatu ha dejado una huella imborrable en el cine. Su innovador uso de luces y sombras, así como su enfoque psicológico y estético, la han consolidado como una obra maestra.
En 1979, Werner Herzog dirigió un remake titulado 'Nosferatu, el vampiro de la noche', que homenajeó al original mientras exploraba nuevos matices en la narrativa.
El impacto cultural de Nosferatu trasciende el cine. Ha inspirado obras en literatura, teatro y cómics, convirtiéndose en un icono de la cultura popular. La figura del Conde Orlok sigue siendo sinónimo de terror y decadencia.
El remake de David Eggers este 2024
La nueva versión de Nosferatu, dirigida por David Eggers, busca rendir tributo al clásico mientras lo adapta para una audiencia contemporánea.
Con Bill Skarsgård como el Conde Orlok y Lily-Rose Depp como Ellen, la película promete recuperar la atmósfera opresiva de la cinta original y explorar temas universales como el sacrificio y la corrupción.
NOSFERATU - Official Trailer [HD] - Only In Theaters December 25
Eggers es conocido por su habilidad para crear ambientes inquietantes en películas como 'La bruja' y 'El faro'. El director ha declarado que su versión es una "carta de amor" al clásico de Murnau.
Las primeras críticas destacan la atención al detalle y la profundidad psicológica de los personajes. Aunque también señalan que no alcanza la trascendencia del original.
Un mito inmortal
A más de cien años de su creación, Nosferatu sigue siendo una obra de referencia en el género de terror. Su influencia es evidente en cada adaptación y reinterpretación del mito vampírico.
El regreso de Nosferatu a la gran pantalla reafirma su relevancia. Y además, invita a redescubrir una obra que, pese a las adversidades, logró sobrevivir y convertirse en un icono cultural.
El remake de Eggers sirve de recordatorio de que, al igual que el Conde Orlok, algunas historias nunca mueren.
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