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Portada de un libro titulado "El poeta que allendó a Pinochet" de Nadia Jiménez con una imagen de una mujer sonriente en un círculo.
CULTURA

Así es la inédita historia del canario que luchó contra el Golpe de Pinochet en Chile

Su hija Nadia relata en 'El poeta que allendó a Pinochet' la vida de su padre Juan Jiménez frente a esta dictadura

La escritora canaria Nadia Jiménez, ha publicado una nueva obra de la mano de Mercurio Editorial. ‘El poeta que allendó a Pinochet’ es la cuarta novela de esta autora, que relata la vida de Juan Jiménez, su padre, durante el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

En aquel entonces el marxista Salvador Allende se encontraba al frente del gobierno chileno, que convirtió a Chile en un Estado democrático de derecho. A tres años de acabar su legislatura, las Fuerzas Armadas y los Carabineros levantaron un golpe de Estado.

Tras ello, Allende se suicidó y Augusto Pinochet se convirtió en jefe de gobierno. Un mandato que supuso una dictadura durante los próximos 16 años y que acabó con la República Democrática.

La obra de Nadia Jiménez cuenta como Juan Jiménez tuvo que esconderse en el momento que estalló el golpe, por su ideología comunista. Afortunadamente, pudo volver a Canarias y trajo consigo a dos hermanos salvándoles de la muerte si se quedaban allí. Elcierredigital.com ha contactado con esta escritora, Nadia Jiménez

¿Quién fue Juan Jiménez y por qué decides escribir sobre él?

Juan Jiménez fue un poeta muy destacado en Canarias entre los años 60 y 70. Recibió el Can de Plata de las Artes del Cabildo de Gran Canaria. Además, fue mi padre y murió en el 2019.

El año pasado también falleció mi madre. Decido contar esta historia porque es un episodio relevante en la vida del seno de mi familia.  

Mi padre era una persona muy comprometida políticamente. Fue uno de esos soñadores que cruzaron el Atlántico para vivir la vida socialista en Chile, el sueño de Allende. Había hecho ya un par de viajes y le pilló el golpe de Estado en Chile.

Él aquí había militado en el Partido Comunista en la clandestinidad, por lo que tuvo que estar escondido allí unos días.

Un hombre mayor con traje y corbata sostiene un objeto en una mano y un documento enrollado en la otra, mientras sonríe ligeramente.
El poeta Juan Jiménez | El Cierre Digital

Trabajaba para Iberia, lo que le permitió volver una vez que se había reabierto el aeropuerto y se habían restablecido los vuelos internacionales.  No solamente pudo volver él, sino que se trajo a dos compañeros chilenos que de quedarse hubieran muerto.  

Hubo que llevarlo con discreción, fue una situación realmente apurada. Contó con la colaboración de compañeros para poder dar ese paso.

¿Quién mejor que yo para hablar del poeta Juan Jiménez, mi padre? Me dije a mí misma, si no lo cuento esta historia se perderá.

¿Recuerdas algún episodio de aquella época con relación al golpe de Estado chileno?

Yo estaba a punto de cumplir 5 años y recuerdo sobre todo la angustia de mi madre, las lágrimas. Cogió su pequeña agenda de teléfono y empezó a llamar a otros compañeros a escondidas para saber qué sabían.

Hay que tener en cuenta la diferencia horaria y que no contábamos con móviles como ahora. Mi madre se refugió en la familia y lloró hasta que mi padre apareció.

También recuerdo el día que se abrió la puerta y vi la cara de la muchacha que se trajo. Eran dos hermanos, Gisela y Lucho. Vinieron en la cabina de los pilotos en el avión.

Recuerdo perfectamente incluso como vestía Gisela. Y esa sonrisa con lágrimas por la incertidumbre de iniciar una nueva vida.

Juan Jiménez huyó del inicio de una dictadura para llegar donde había otra. ¿Cómo fueron esos momentos? 

Vinieron del inicio de una dictadura a otra. La dictadura de Pinochet podríamos decir que fue la más sangrienta de las dictaduras de ese momento en Sudamérica. Si la comparamos con la de Brasil o Uruguay.

Una de las cosas que más me impactaron fue oír a Gisela decir en el salón de casa que había visto cadáveres en la calle.

Es cierto que escaparon de una muerte segura porque luego mi padre supo, para su profunda tristeza, que dos de los compañeros con los que él había estado allí aparecieron muertos.

¿Por qué Juan Jiménez es 'El poeta que allendó a Pinochet'?

Era un poeta destacado de su generación. Una persona comprometida políticamente pero muy reservada. Entregado a esos silencios escogidos de aquello que él no quería contar. Es una historia que merece la pena ser contada.

Portada del libro
Portada del libro | El Cierre Digital

El título es ‘El poeta que allendó a Pinochet’. El poeta es Juan Jiménez. Yo convierto al personaje de Allende en verbo, porque mi padre burló toda la vigilancia y la seguridad de Pinochet.

Una férrea seguridad que había en el aeropuerto. No solo para que no salieran los del gobierno de Allende, sino también para que no entrase ayuda internacional.

¿Qué te supuso la figura de su padre a nivel personal y qué valores rescataría de él?

Siempre tuvo el compromiso de luchar por las libertades. Ese reivindicar de la palabra como elemento suficiente para la verdad.

Me atrevería a decir humildemente que he heredado eso. Le pongo la misma pasión y respeto profundo por el valor de la palabra.

El sentimiento altruista de que siempre había gente en casa. De que las cosas se hablaban libremente y hasta las tantas de la madrugada. Aunque fuera una niña fui testigo de reuniones donde escuché y recibí esos valores.

¿Qué legado ha podido dejar Juan Jiménez en Chile al traerse a gente que estaba destinada a morir?

La vida porque el que salva una vida en esa situación, salva al mundo entero.  No sé cuántas personas, fruto de salvar a estos dos hermanos Gisela y Lucho, se han salvado gracias a este gesto.

Recuerdo que mi padre me contaba que la madre de Gisela y Lucho se le echó al cuello cuando abandonaron la casa en la que estuvo 4 días. Le dijo “cuídenlos mucho”.

Creo que este libro va a ser un poco de Canarias a Chile y de Chile al mundo. Yo doy a conocer una historia, pero como habrá tantas de otras personas que actuaron como mi padre.

¿Qué sensaciones crees que generará en el público que se lea su obra?

Unas serán de sorpresa y otras será de satisfacción. Si pensamos en Chile, hay gente que sigue pensando que Pinochet necesitaría un monumento y que no saben quién fue Allende. La historia se reescribe y los relatos se reconstruyen.

Aquí en Canarias creo que habrá un poco de todo. Sorpresa para quienes no supieran, orgullo para los que admiran la obra de mi padre… No lo sé.

Me gustaría pensar que va a servir para arrojar un poco de luz y agua.

Para no blanquear episodios de la historia ni a los dictadores. Ni tomar a la ligera determinadas tendencias políticas que a nivel global se están asentando con fuerza. Me gustaría pensar que va a contribuir a eso.

Nadia, ¿planeas una próxima obra?

Siempre, la cabeza siempre huye. En realidad, terminas un libro y aunque tienes que estar ocupado de su promoción, tu cabeza ya está pensando en el siguiente libro. Para los escritores nuestro estado de felicidad es escribir.

Siempre tengo esa mirada de un pie dentro y otro fuera. Y de Canarias al mundo.  

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