Logo El Cierre Digital
Hombre mayor con gafas y barba blanca sosteniendo un pincel sobre su frente.
CULTURA

Muere Fernando Botero: Colombia llora el adiós de uno de sus artistas más universal

El pintor y escultor falleció a los 91 años en Mónaco mientras se recuperaba de una neumonía.

El mundo de la pintura, la escultura y el dibujo, es decir, el mundo del arte llora la muerte de uno sus mayores representantes de los últimos tiempos: Fernando Botero Angulo. La cadena radiofónica colombiana, W Radio, confirmaba la noticia esta mañana a través del periodista Julio Sánchez Cristo.

Fernando Botero había atravesado unas últimas semanas complicadas de salud, dado que hasta el pasado jueves no abandonó el hospital. El artista colombiano regresaba a su domicilio, ubicado en el Principado de Mónaco, para terminar de recuperarse de la neumonía que le habría llevado a estar hospitalizado. Una neumonía de la cual no pudo recuperarse y apaga su luz este mismo viernes a los 91 años de edad.

Distintas personalidades de su tierra natal, como el expresidente Juan Manuel Santos o el actual mandatario colombiano, Gustavo Petro Urrego, mostraban sus condolencias a través de las redes sociales. El mundo entero llora la muerte de uno de los artistas más importantes de los últimos tiempos.

“Es la historia inspiradora de una persona que empezó de la nada y que lo único que tenía claro era su vocación artística, su capacidad de trabajo, su pasión por lo que estaba haciendo. Todo eso le permitió salir adelante y nadar muchas veces contra las corrientes predominantes en el mundo del arte” eran las palabras de su hija, Lina Botero, allá por 2019 durante el estreno del documental Botero: una mirada íntima a la vida y obra del maestro.

La vida del artista colombiano más universal

El maestro Botero, oriundo de Melledín, llegaba al mundo en 1932 en el seno de una familia humilde y con tan solo cuatro años de edad perdía a su padre. Su familia tardó en darse cuenta de la vocación de Fernando y a los doce años de edad, por petición de un tío, asistió a la escuela de tauromaquia celebrada en la plaza de La Macarena de Medellín.

Sin embargo, un percance con los toros le hizo abandonar ese mundo y comenzar a trastear con la pintura. A pesar de que el sueño de torero llegaba a su fin, fue una etapa que marcaría al artista y su primera obra fue la figura de un torero.

Sus inicios son locales y humildes. A finales de los años 40 comienza a trabajar como ilustrador del periódico El Colombiano. Ya en la década de los 50 comienza a tener contacto con personalidades importantes de la época y realiza sus primeras exposiciones.

Un niño vestido de policía montado en un caballo de juguete con una casa de muñecas y dos muñecos en el suelo.
Pedrito a caballo, la pintura en homenaje a su hijo, Pedro, fallecido en París. | El Cierre Digital

Unas exposiciones que le permitirán obtener el dinero suficiente para mudarse a Europa y vivir en ciudades como Madrid, Florencia o París, ciudades donde tuvo contactos con muchas corrientes y donde se siguió formando.

También vivió en  Nueva York en la década de los 60, pero sus obras no gozaban de gran reconocimiento debido a la volatilidad de los gustos neoyorquinos. En la urbe estadounidense se descubrió un almacén cerrado durante décadas, que alberga infinidad de obras del maestro y donde se mostraba la dirección que había tomado su arte, en un momento donde lo abstracto predominaba.

Una pintura de una mujer con un estilo artístico caracterizado por formas redondeadas y proporciones exageradas, con un fondo de paisaje.
La pintura 'Mona Lisa a los 12 años' creada durante su estancia en Estados Unidos. | El Cierre Digital

Un gran legado

Después de haber vivido en México, Mónaco, París o Nueva York, el artista nunca olvidó sus raíces. Por eso, a principios de siglo donó la totalidad de su colección de arte a su país, Colombia. Una donación que pasaba a formar parte de las esculturas presentes en la capital de Antioquia y que reflejó parte de la historia de Colombia.

El narcoterrorismo azotó al país americano durante muchos años. Una de las bombas empleadas en un atentado, que se cobró la vida de casi una treintena de personas, en una plaza de Melledín destruyó la paloma que presidia la plaza y llevaba la firma de Botero.

La imagen muestra dos esculturas de aves, una dañada y oscura a la izquierda y otra blanca e intacta a la derecha.
Ambas esculturas. La paloma destroza por el atentado y la que posteriormente crearía Botero. | El Cierre Digital

Esculturas que también se pueden encontrar en la capital española. Madrid ostenta tres esculturas en tres puntos clave de la ciudad. Mano, en el Paseo de la Castellana a la altura de Nuevos Ministerios. Mujer con espejo, en la céntrica Plaza de Colón; y El Rapto de Europa, en la Terminal 1 del Aeropuerto de Barajas.

Escultura de una mano gigante en un parque urbano con una fuente y edificios al fondo.
La escultura Mano, en el Paseo de la Castellana, en la ciudad e Madrid. | El Cierre Digital

El propio Botero pidió que no se reconstruyera e hizo otra como homenaje a la paz. Un legado único que deja una premisa clara, el arte más local será el más universal.

➡️ Arte ➡️ Cultura

Más noticias: