
Manuel Galiana resucita a Galdós: 'En España, hay que ensalzar a nuestras figuras'
Este 9 de marzo Manuel Galiana preestrena en el Estudio 2 'El Lector de Galdós', obra escrita por Javier López-Galiacho
El actor Manuel Galiana nació el 9 de marzo de 1941 en Embajadores. Uno de los barrios del añorado Madrid Galdosiano. En ese mismo barrio inauguró en 2013 el Estudio 2 Manuel Galiana. Allí imparte clases a las nuevas generaciones que se forman para dedicarse al ámbito de la interpretación.
Más de una década después, en el Estudio 2 Galiana 'resucitará' al escritor Benito Pérez-Galdós. El estudio está ubicado en el barrio madrileño donde el actor nació hace más de ocho décadas. "El destino me ha permitido interpretar a Galdós en ese barrio galdosiano donde nací y contaba historias", revela el actor a Elcierredigital.com.

Este domingo 9 de marzo, día en el que Galiana cumple 84 años, se sube al escenario con 'El Lector de Galdós' en su estudio. Como también lo hará al siguiente domingo día 16 de marzo.
Esta obra se estrenará oficialmente el día 4 de abril en el Teatro Circo de Albacete. Ha sido escrita por el profesor titular de la Universidad Rey Juan Carlos Javier López-Galiacho Perona. Y lo hizo en plena pandemia, cuando se celebraba el centenario del escritor canario.
"Es esencial que todos tengamos 'El lector de Galdós'. Resuelve muy bien el ideario galdosiano y su biografía", puntualiza Galiana. La obra gira en torno a las conversaciones que el escritor, afectado de ceguera mantenía con el actor y bisabuelo de Javier López-Galiacho, Pepe López Alonso.
-Después de subirse al escenario con la obra 'Nostalgia del Agua' y dirigir 'Bernarda y Poncia' vuelve a las tablas. Lo hace con 'El Lector de Galdós', ¿ha sido un reto ponerse en la piel del escritor?
-Por supuesto. En este caso, más que ponerse en la piel de Galdós, el reto ha sido tratar de ser la voz de Galdós y reflejar el pensamiento galdosiano. ‘El lector de Galdós’fue una idea magnífica de Javier López-Galiacho. La obra refleja la relación tan auténtica que tuvo Galdós con el actor Pepe López Alonso. Es Pepe quien se atreve a hacerle una serie de preguntas que Galdós, ya con un avanzado estado de ceguera, responde.

-El lector de Galdós retrata una visión íntima del escritor, un aspecto desconocido de su vida privada…
-Es todo un descubrimiento. ‘El Lector de Galdós’ descubre el pensamiento galdosiano y a él mismo, que era una figura inmensa. El público se va a marchar con una idea muy clara de quien era Benito Pérez Galdós.
-¿Ha habido algún aspecto de su vida o personalidad que le ha llegado a sorprender?
-Me ha sorprendido su capacidad ingente de trabajo. Galdós se levantaba a las cinco de la mañana para escribir. Tuvo tiempo para viajar y para amar. Era un gran hombre. Se apoyaba mucho en su familia y, sobre todo, en sus hermanas. Ellas son las que hacen que Galdós pueda dedicarse a la escritura, su gran pasión.
-Galdós es un pilar de la literatura española, ¿Cree que este tipo de interpretaciones ayudan a acercarlo más al público?
-Sin duda. Es fundamental acercar la figura de Galdós a la generación actual y a las que están por venir. Debemos de estar orgullosos de las grandes figuras de la cultura nacional. Los españoles tenemos la suerte de tener a una figura como Galdós en nuestra historia. Para mí es un orgullo poder interpretarle y, también, dar a conocer ese aspecto tan desconocido de Galdós.

-Según confiesa el autor de la obra Javier López-Galiacho hoy más que nunca necesitamos esa visión patriótica e ilustrada de la España que soñó Galdós, ¿está de acuerdo?
-Totalmente. Durante toda su vida, Galdós apostó por una serie de ideas que siguen presentes en la actualidad. Por aquel entonces él ya luchaba, como por ejemplo, por los derechos de la mujer.
-¿Creé que el Madrid galdosiano se está perdiendo?
-Creo que sí. Yo nací en uno de los barrios del Madrid Galdosiano. La vida y la sociedad han cambiado. Cuando leemos o vemos imágenes de los literatos de aquella época, hemos comprobado que se ha ido perdiendo la esencia de aquel Madrid con el que soñaba Galdós.
-¿Qué similitudes cree que existen entre usted y Galdós? ¿Hubo algún punto de conexión especial entre su vida y la del escritor?
-Sí, yo he trabajado y he amado mucho. Cuando era pequeño, también me gustaba escribir. Recuerdo que me publicaban las redacciones que escribía en la revista del colegio. Gustaban mucho.

-Lo suyo ha sido una profesión vocacional…
-Totalmente. Era una necesidad. Descubrí que me gustaba más interpretar aquellas historias que escribirlas. Cuando me juntaba con mis amigos, contaba cuentos y películas que nosotros mismos inventábamos. Tenía muy claro que lo mío era la interpretación. Afortunadamente, el destino me ha sido favorable.
-Ha participado en más de 40 obras de teatro, desde que comenzara, ¿de qué obra se siente más orgulloso?
-Todos los proyectos en los que he participado han sido muy hermosos. He podido trabajar con José María Rodero en el Teatro María Guerrero. Recuerdo con mucho cariño el estreno de La Casa de los siete balcones en el Teatro Lara. De pequeño yo soñaba con poder interpretar Tres sombreros de copa. Finalmente, pude cumplir mi sueño. Igualmente con Cirano de Bergerac, que interpreté en el Teatro Español y el cual fue todo un acontecimiento.

-En Televisión forjó una dilatada trayectoria marcada por formatos como Historias para no Dormir o Estudio 1, ¿creé que hoy en día tendrían cabida estos proyectos en la pequeña pantalla?
-Sí, sería posible. Estudio 1 era una manera de poder acercar el teatro a todos los españoles. Pero, hay que ir al teatro para poder sentirlo. Historias para no dormir, otro de los programas en los que participé. Pedí que me hicieran la prueba y, finalmente, hice cinco episodios. La serie fue un descubrimiento a nivel nacional. Los guiones que escribía Chicho Ibáñez Serrador funcionaban muchísimo.
-A lo largo de su carrera, ha trabajado junto a grandes actores, ¿alguna anécdota que nos pueda contar de aquellas vivencias? ¿Ha tenido algún referente?
-Yo me sentaba en la Plaza de Santa Ana. Miraba al Teatro Español y decía: “yo quiero hacer algo aquí”. Un día sonó el teléfono. Era el director Gustavo Pérez Puig. Me dijo: “Oye, ¿quieres hacer el Cirano de Bergerac?”. Me emocionó.

Estoy muy agradecido a todas aquellas personas que decidieron darme una oportunidad. Han sido ellos los que me eligieron para interpretar obras magníficas. He trabajado con José Luis Alonso, José Luis Gómez, etc. Son grandes.
-Si no se hubiera dedicado a la interpretación, ¿qué hubiera sido Manuel Galiana?
-Siempre tuve claro que quería dedicarme a la interpretación. También me llamaba la atención el magisterio, que estudié porque sabía que esta profesion era muy difícil. Tengo la fortuna de poder dedicarme a interpretar y a impartir clases en la sala de teatro Estudio 2. Dos de las actrices que se han formado conmigo interpretan en el teatro Lara Bernarda y Poncia. Una obra bellísima.
-¿Qué les intenta inculcar a las nuevas generaciones que se forman en la profesión?
-Cuando vienen al estudio intento transmitirles que disfruten de lo que hacen pero todo depende de la fortuna y el destino. Esta profesión es muy complicada. Por ello, intento decirles que tengan una segunda opción.

-Desde que comenzó, ¿cree que la cultura sigue estando al servicio de la sociedad?
-La cultura debe de estar al servicio de la sociedad. El espectáculo no solo es un tiempo de exhibición. Un espectáculo tiene que realizarse para que la sociedad perciba el mensaje que se pretende transmitir. El teatro tiene una labor social. Cuando empecé a formarme en el Instituto San Isidro me inculcaron que el teatro está para hacer sentir y ofrecer algo que la sociedad necesita.
-A sus 83 años, ¿siente que le quede algo por hacer en la profesión?
-Me faltan muchísimas cosas por hacer. Aún me queda mucha vida.
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