
Malága, el triunfo del festival de cine con alma propia
Mariliendre de “Los Javis”, las mujeres cineastas y la sensibilidad del colectivo LGTBIQ destacan en un palmarés único
El cine ha vuelto a iluminar Málaga con una edición histórica de su festival. En su 28a entrega ha reafirmado su papel como una de las grandes citas del cine en español. Con una asistencia récord de 108.000 personas. Ha demostrado su capacidad para emocionar, inspirar y reivindicar. Se ha posicionado como el referente del cine español más interesante y referencia indispensable.
Como siempre las mejores películas españolas, y ahora también las series como Mariliendre, viajan al Festival de Málaga. Estrenando así ante el mejor público del mundo. Un acicate inmenso al que se une la posibilidad de una Biznaga como premio reconocidísimo. Por eso este año la presencia femenina no ha pasado desapercibida, ni mucho menos. Como tampoco la capacidad de emocionar con historias de mucha piel.
El cine ha virado desde la reciente “moda” de roadmovies o de acción clásica, a una tónica mucho más intimista; una vuelta al relato con chicha, a las verdades al descubierto con la honestidad que tantas veces se ha echado en falta. Málaga ha devuelto con “Los Tortuga” o “Sorda” el papel al cine del discordante “cantante”, de voces sin representación social. Y ha sido uno de los pilares fundamentales del certamen, apostando por directoras, actrices y guionistas; grandes mujeres que han llevando a la pantalla historias valientes y necesarias. Una suerte de relatos que ponen a la mujer en el centro de la industria y la sociedad.
El tema de la Diversidad en plataformas y películas tradicionales ha vuelto para quedarse
Pero también ha sido un festival marcado por la diversidad, con un emocionante cierre de la mano de Mariliendre. La serie de “Los Javis”, rinde homenaje a la comunidad LGTBIQ+ con una comedia musical vibrante y nostálgica. Protagonizada por Blanca Martínez y Martin Urrutia, ha sido un homenaje a la cultura y la historia. Reivindicando la figura de las "mariliendres" y la complicidad entre ellas y la comunidad queer. Con una banda sonora nostálgica que incluye himnos de Chenoa y Sonia y Selena, la serie ha puesto de manifiesto la importancia de visibilizar historias que celebran la diversidad.
Es la primera vez que una serie televisiva clausura el Festival de Málaga. Un gesto que evidencia su apertura a nuevas narrativas y formatos audiovisuales. Reforzando su compromiso con la inclusión y la evolución del audiovisual. Con esta decisión, el festival reafirma su vocación de ser un escaparate de vanguardia, donde las narrativas tradicionales conviven con propuestas frescas y audaces que desafían las convenciones del medio.
Con una programación variada, estrenos impactantes y una apuesta decidida por la inclusión y la memoria. El Festival de Málaga se consolida como mucho más que un escaparate cinematográfico: es un reflejo del cine como herramienta de transformación, denuncia y celebración de la diversidad.
Secciones y Proyecciones Destacadas
Durante diez días, del 14 al 23 de marzo, el Festival de Málaga ha sido el epicentro del cine en español. Ofreciendo una programación que combina tradición e innovación. Su Sección Oficial ha vuelto a demostrar por qué es un referente internacional.

Acogiendo producciones de cineastas consagrados y también de nuevos talentos que buscan su lugar en la industria. ZonaZine, Documentales, Cortometrajes y la Sección Especial de Cine Latinoamericano, han completado una cartelera diversa y rica en matices. Reflejando las inquietudes sociales, políticas y culturales de nuestra época.
Suerte de pinos: Un Documental de Memoria y Justicia
Uno de los documentales más impactantes de la Sección Oficial ha sido Suerte de pinos. Dirigido por la cineasta argentina Lorena Muñoz. Su proyección en el festival marcó un hito al visibilizar una historia de injusticia silenciada durante décadas: el doble feminicidio ocurrido en Salduero (Soria) hace 70 años. El film, con un enfoque valiente y comprometido, ahonda en la memoria histórica y el feminismo. Al tiempo que se adentra en el género del true crime, cuestionando el papel del olvido y la impunidad en la sociedad.

Una fotografía que capta tanto la belleza como la dureza del paisaje de la comarca de Pinares. El documental convierte al territorio en un personaje más de esta historia de silencio y resistencia. Suerte de pinos no solo ha conmovido al público del Festival de Málaga, sino que también ha dejado una huella imborrable. Recordando el poder del cine como herramienta de denuncia y reflexión.
Impacto Cultural y Social del Festival
El Festival de Málaga trasciende la gran pantalla para convertirse en un punto de encuentro, diálogo y aprendizaje. Pero sobre todo un gran vehículo de comunicación de la ciudad de Málaga. Como también lo es de todos los documentales, cortos, películas y película iberoamericana que se presentan en esta gran cita. Quiero destacar la grandísima labor de David y Piti, con un equipo en el que están Salvi, Mónica, Josu, Alberto, José Luis... Es gracias a su labor de prensa que festivales como este se posicionan en los medios. Y, gracias a ello, crecen, se referencian y evolucionan con nuevos retos. Por eso, Málaga, además de ser una vitrina de estrenos y producciones. Se ha consolidado como un espacio de análisis y reflexión sobre el presente y el futuro de la industria cinematográfica. A lo largo de sus diez días de programación, el festival ha acogido mesas redondas. Encuentros con el público, y talleres que han servido como plataforma para debatir los retos y oportunidades del sector audiovisual.
Uno de los temas más relevantes de esta edición ha sido la representación de la mujer en el cine. A pesar de los avances, la industria sigue reflejando desigualdades estructurales. Desigualdades que dificultan la visibilidad y el reconocimiento del talento femenino. Directoras, guionistas y productoras han compartido sus experiencias. Poniendo sobre la mesa la necesidad de impulsar iniciativas que garanticen una mayor equidad en la creación audiovisual. La presencia de películas dirigidas por mujeres y relatos con perspectiva de género ha sido un reflejo de este esfuerzo.
El festival también ha abordado la transformación que está experimentando el cine con el auge de las plataformas de streaming. El acceso inmediato a contenidos desde cualquier parte del mundo ha cambiado los hábitos de consumo. Generando nuevas formas de producción y distribución. En este contexto, se han debatido los desafíos para el cine independiente. Y la necesidad de equilibrar la innovación digital con la preservación del cine en salas. Un espacio insustituible para la experiencia cinematográfica.
Y finalmente clave ha sido la sostenibilidad en esta edición con la producción audiovisual. En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental, el cine también se enfrenta al reto de reducir su huella ecológica. Desde rodajes más sostenibles hasta el uso responsable de recursos. Se han explorado estrategias para hacer del cine una industria más respetuosa con el medio ambiente. Sin comprometer por ello la creatividad y la calidad artística.
En resumen MÁLAGA vive en cada edición un paso más al éxito; profundizando en cine del bueno, abandonando ningún impulso de frivolidad: hasta las comedias han sido fluidas, geniales, inteligentes y bien desarrolladas. Querida Málaga, nos volveremos a ver sí o sí.
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