Luis Mariano, el vasco que conquistó París y fue repudiado en España por su sexualidad
La obra 'El novio de España' recupera en nuestro país la imagen de un artista que pidió en matrimonio a Carmen Sevilla
La figura de Luis Mariano vuelve al teatro español. El tenor hispano-francés siempre ha sido una figura un tanto desdibujada a este lado de los Pirineos. Ahora el dramaturgo Juan Carlos Rubio recrea en El novio de España (Premio Talía al Mejor Autor) los días del rodaje de Violetas imperiales junto a Carmen Sevilla cuando el de Irún decidió pedir en matrimonio a la sevillana. Una obra que se representa en el teatro madrileño de La Latina.
La obra forma parte de la trilogía dedica a mitos de la cultura popular que Rubio arrancó con En tierra extraña donde se centraba en las figuras de Lorca, Concha Piquer y Rafael de León.
Tal y como ha revelado el director de Motilla a elcierredigital.com, "En este caso, he jugado con el cambio de género y que sea el ‘Novio de España’ ya que Luis Mariano tuvo un problema verdaderamente grande para poder vivir su vida con libertad. Al final, él asume que va a ser el ‘novio de España’ y ese cambio de título refleja muy bien la situación que vivió".
La obra musical está repleta de grandes clásicos de la copla, la zarzuela, el cuplé y hasta el tango. Christian Escuredo se pone en la piel de Luis Mariano, Carmen Raigón que encarna a Carmen Sevilla, Dídac Flores quien interpreta a Felip (pareja del tenor) y Carmen Morales en la piel de la Marquesa de Cangas, un personaje inventado que supone la vuelta de la hija de Rocío Dúrcal a las tablas demostrando su espléndida madurez y hasta tiene para ella un número mítico dentro de que se llamó en su día 'género psicalíptico': el cuplé La pulga. Un tema que a principios del siglo XX hizo célebre La Bella Zulima pero, que luego han interpretado todas las grandes vedettes del país de Sara Montiel a Esperanza Roy.
Luis Mariano y Carmen Sevilla
La obra parte de la decisión de Luis Mariano de pedir en matrimonio a Carmen Sevilla para poder disimular su homosexualidad. Su amaneramiento en escena, que lo enlazaba con Miguel de Molina, hizo que su atronador éxito en Francia y el resto de Europa no encontrara el mismo eco en una España más reprimida y aislada culturalmente de lo que pasaba en el continente.
La mítica actriz le contó en su día Encarna Sánchez en la cadena COPE cómo fue su relación con Luis Mariano: "Fue cuando estuve en México y cuando fui a París y me contrataron. Trabajé junto a Luis Mariano. En aquella época y en todo el mundo él era un ídolo de la canción de las operetas. Tuve la suerte de hacer coproducciones que me han abierto las puertas del mundo, entonces me han conocido más, no es que haya sido mejor ni peor que otras actrices del cine español. En aquella época me fui a París y me contrataron para hacer 'El sueño de Andalucía'. Fue inenarrable.
Fui con mi madre, como siempre en todos mis viajes, porque ella no me dejaba ni a sol ni a sombra. Mi madre era muy discreta. Yo hacía las dos versiones con Luis Mariano. Y mira por dónde, en 'El sueño de Andalucía' había una muchachita que también empezaba y era Marujita Díaz. Ella hacía de hermana mía en la película. Ahí se hizo célebre por eso que hacía con los ojos y era muy graciosa. Nos reíamos muchísimo, mi madre se reía mucho con ella. Marujita también iba con su madre y eran divertidísimas todas las anécdotas de París. Luis Mariano nos cogió mucho cariño, nos llevaba a todas partes, nos enseñaba París de punta a rabo, no parábamos".
Carmen no aceptó la petición de matrimonio de Luis Mariano con el que rodó todavía una película más después de Violetas Imperiales, La Bella de Cádiz. Según contó en sus memorias dictadas a Carlos Herrera le dijo que no su compañero porque lo consideraba "demasiado mariquita" aunque años después se arrepintió de su negativa.
De haberse casado con Luis Mariano, reflexionaba Carmen, su vida habría sido mejor ya que sus dos matrimonios con Augusto Algueró y con Vicente Patuel estuvieron jalonados de numerosas infidelidades. "Me habría tratado como una reina y tendría París a mis pies", afirmaba la Sevilla.
Lo cierto es que la amistad entre ambos siguió siendo muy fuerte. Tanto que cuando la muerte sorprendió a Luis Mariano en 1970, Carmen estaba rodando en Madrid la comedia El apartamento de la tentación. A pesar de que el productor se lo prohibió, la actriz decidió pasar del rodaje y presentarse en la capital francesa para despedir a su gran amigo. La prensa francesa la retrató destrozada llorando ante el féretro del tenor.
El príncipe de la Opereta
Luis Mariano Eusebio González García nació en Irún en agosto de 1914, aunque la documentación afirmaba que lo hizo en 1920 para librarse de incorporarse a filas en la Guerra Civil. Hijo de un mecánico. Ya en su infancia pasó un tiempo en el sur de Francia por problemas económicos de la familia, pero fue al estallar la contienda cuando se trasladó de forma definitiva al país vecino.
Tras cursar estudios en el Conservatorio de Burdeos, debutó en 1944 como cantante de ópera en el Palacio Chaillot de París con la ópera Don Pasquale. Sin embargo, pronto se unió al letrista Francis López para interpretar operetas en la sala Alhambra. Su éxito fue inmediato con títulos como Violetas Imperiales, Andalusie o El canasto que lo conviertieron en todo un ídolo en Francia. Tanto fue su éxito que pronto dio el paso al cine con idéntico triunfo. Sus cintas son considerados clásicos del cine popular en Francia.
Su mayor éxito fue El cantor de México que también llevó al cine en 1956, considerada su mejor película. Una opereta que años después volvió a los teatros parisinos con Rossy de Palma emulando a Luis Mariano.
Todavía en 1968 obtuvo un sonoro éxito con El príncipe de Madrid donde se ponía en la piel de Francisco de Goya.
Nunca ocultó su homosexualidad, aunque siempre se negó a hablar de su vida sentimental. Hijo de padres republicanos, la gran espinita de Luis Mariano fue no tener en su país el mismo éxito que en Francia. Llegó a actuar para Franco en unos de los festivales del 18 de julio en la Granja de Segovia. Se quejó el tener del trato que dispensó Carmen Polo a los artistas. "En Francia los presidentes vienen a saludarme al camerino", alegó indignado. "Ya, pero esto no es Europa", la respondió Juanito Valderrama también asistente al acto.
Tampoco se prodigó en los escenarios españoles Luis Mariano. En su memoria perduraban las humillaciones sufridas cuando en su adolescencia quiso formar parte del Orfeón Donostiarra y, sobre todo, cuando debutó ya en los años 50 en Bilbao y fue recibido por una lluvia de silbidos y gritos de "¡maricón!".
Nunca quiso entrar en el juego de inventarse novias como hicieron otros notorios gais del cine español como Vicente Parra y murió unido al que fue su pareja durante años, heredero de la gran fortuna que atesoró siendo una de las grandes estrellas del cine francés.
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