'Las reinas del destape' (XIII): Sandra Mozarowsky, la actriz de muerte misteriosa
Murió con solo 18 años al precipitarse desde un balcón y algún autor la incluye en la lista de amantes de Juan Carlos I
Hace 46 años el cine español asistió a uno de sus capítulos más oscuros: la muerte de una incipiente estrella de 18 años: Sandra Mozarowsky. Su muerte ha sido llevada a la pantalla con el título La última noche de Sandra M. Dirigida por Borja de la Vega y con Claudia Traisac interpretando a la actriz del destape.
La producción fue llevada a cabo por Another Light y Antaviana Films y además de Traisac, en el reparto también están Nicolás Illoro, Pep Ambròs, Beatriz Arjona y Georgina Amorós. Los responsables del proyecto aseguran que no se trata de un “relato fidedigno”.
Uno de los elementos más polémicos que rodeó a la joven actriz era el rumor de que mantenía un romance con Juan Carlos I. En 2020, este rumor eterno, que algunos vinculan con las dudas que planean sobre la muerte de la artista. Fue recuperado por la escritora Lucía Etxebarria.
Los últimos días de Sandra
En sus últimos días, la actriz dio que hablar al realizar unas declaraciones sobre su ruptura con el galán mexicano Jorge Rivero. Con el que había tenido breve flirt: "Lo de Jorge ya se ha acabado. Hemos decidido poner fin a un bonito capítulo de nuestra existencia. Aun así me lo he pasado muy bien en México (...) Estoy cansada de hacer siempre lo mismo, harta de que solo me ofrezcan guiones en los que tengo que desnudarme... Me voy a ir a Londres una temporada para perfeccionar mi inglés y hacer un curso de arte dramático. Quiero prepararme para seguir haciendo lo que más me gusta, que es el cine... no quiero ser un objeto".
A la actriz le preguntaron si estaba "más llenita", quizás dando pábulo a los rumores sobre su embarazo. Y ella contestó: "He engordado un poco, es verdad. Han sido las vacaciones, la comida mejicana que me encanta... Este es un problema que me viene de lejos, pero siempre lo he podido solucionar. No, el motivo es otro. Quiero centrarme, orientar mi porvenir, quiero llegar a ser una actriz y no tener únicamente que exhibir un cuerpo. No vais a volver a ver una foto mía 'sexy'".
El 23 de agosto de 1977 Sandra se precipitó desde el balcón de su casa. Un segundo piso en la madrileña calle de Álvarez de Baena, número 3.
La corta historia de una actriz
Sandra Mozarowsky apenas tuvo tiempo de convertirse en una estrella. Sin embargo, aprovechó bien sus 18 años. Alexandra Elena Mozarowski Ruiz de Frías, nació en Tánger el 17 de octubre de 1958. Cuando la ciudad marroquí dejó ser protectorado español la familia se trasladó a Madrid. Sandra tenía dos años. Según algunas fuentes como el libro de Rebeca Quintans Juan Carlos I, la biografía sin silencios (Foca, 2016). Sandra, que provenía de una familia de origen ruso, trabajaba en un club de alterne en la madrileña calle Oriente. Uno de los dueños del local era Paco Martínez Soria, entonces uno de los actores más populares del país. Allí fue descubierta, cuando apenas era una niña, para el mundo del cine.
Su debut en la gran pantalla parecía marcar la pauta de lo que sería su filmografía: participación en argumentos sórdidos. Frente a otras actrices del destape, sus desnudos no acompañaban argumentos cómicos o eróticos sino marcados por la violencia. En su primera película, El mariscal del Infierno (1974), moría en un ritual satánico. Otro de sus films más populares fue Érika, tren especial para Hitler (1977). Una coproducción con Italia que pertenecía al subgénero conocido como ‘naziexplotation’ que se basaba en mezclar la estética nazi con el erotismo sadomasoquista. Al margen de subproductos, también acompañó a estrellas de la época como Carmen Sevilla, Nadiuska o Alfredo Landa.
Cuando el 23 de agosto de 1977 se produjo el extraño accidente, Sandra comenzó a protagonizar las portadas de las revistas del corazón. Diez Minutos o Semana especulaban sobre qué pudo pasarle a la actriz que estaba en coma como resultado de la caída del balcón. Se habló de un suicidio por parte de la joven. Sin embargo, el actor Pepe Sancho, que en aquellos años se mostraba muy unido a Sandra e incluso la prensa los relacionó como pareja. Aseguró en los medios “es una tontería pensar que se ha quitado la vida”. Sandra y el actor valenciano se conocieron cuando esta participó en un capítulo de la exitosa serie Curro Jiménez que Pepe protagonizaba junto a Sancho Gracia y Álvaro de Luna.
Sea como fuere, lo cierto es que Sandra falleció finalmente el 14 de septiembre de 1977. Su funeral fue noticia en todos los semanarios rosas del momento. A sus exequias acudieron famosos del momento como Bárbara Rey.
A partir de ese momento se estableció un silencio sobre el final de la actriz. Su hermano León intentó reabrir el caso en varias ocasiones. Y hay quien afirma que llegó a enloquecer por querer resolver el final de su hermana pequeña. Llegó a visitar alguna redacción periodística para contar sus suposiciones sobre lo ocurrido sin que nadie le hiciera caso.
Su historia, sin embargo, ha aparecido de forma tímida en algunos libros. Pablo Blas, utilizó el seudónimo de Tom Farrell en Escrito en un libro, donde contaba la historia que durante años se había convertido en una leyenda urbana transmitida boca a boca. Fernando Sánchez Dragó promocionó el libro de Blas e insinuó su interés en escribir una novela sobre el asunto. Finalmente, quien dio un punto narrativo a este asunto fue Clara Usón en su novela El asesino tímido (2019). Un relato propio del cine negro en el que la autora repasa la Transición a través de la historia de Sandra. Un capítulo oscuro de los años en que los que España pasaba de una dictadura a una democracia sobre el que siguen planeando dudas inquietantes.
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