Josele Román, estrella del cine del destape: ‘Fue una moda que terminó quemándose’
La actriz y cantante María José Peralt Román fue una de las principales imágenes del cine español de los años 70 y 80
María José Peralt Román conocida artísticamente como Josele Román, es una actriz y cantante muy conocida del público nacional. Su imagen está unida al cine del “destape” de la década de los setenta.
En este cine realizó docenas de películas, la mayor parte de las veces como actriz de reparto en comedias.
También apareció en series como “Los ladrones van a la oficina”. Además ha realizado breves apariciones cinematográficas y televisivas como en la serie “La que se avecina”.
Pero, además, hizo teatro nada menos que con la compañía de Conchita Montes, Nuria Espert o Amparo Soler Leal. Y hasta un corto con Pedro Almodovar. En elcierredigital.com hemos podido hablar con Josele Román.
- ¿Cómo se lleva estar con estos grandes del cine y del teatro y hacer papeles de “chachita graciosa”, como usted misma se ha definido?
- Yo pasé de estar 14 años de ver las películas de Concha Velasco o López Vázquez a trabajar con ellos. Cosa que ni soñaba hacer. Inicie mi carrera teatral a los 19 años con la compañía de Conchita Montes y mi entrada en el cine fue muy rápida.
Solo tres años después actué en “Los pecados conyugales” de Jose María Forqué. Después, como gustaba mi trabajo y la gente se reía mucho conmigo, me siguieron ofreciendo papeles sin parar.
La comedia no es un género inferior, es muy difícil escribir e interpretar comedia. El actor lo que tiene que hacer es transmitir al público lo que tenga que trasmitir, sea comedia, drama o la fiesta padre.
- Usted nunca fue protagonista de estas películas. Pero ha sido portada de Interviú y posó para todas las revistas de la cadena como Papillón o Playboy. ¿Qué hacía falta en aquella época para ser protagonista de estas películas? ¿Quizá aquello que usted misma dijo que “para trabajar en el cine se necesita tener unas buenas tetas”?
- Bueno, ahora se las ponen y en mi época no… En los comienzos se tenía que destapar hasta Lina Morgan. Yo lo tuve que hacer hasta en una película “seria” como fue “Hierba salvaje” en la que no figuraba en el guion.
En cuanto a lo de las revistas tiene su razón y es que yo, con mis papelitos pequeños, me puse de moda y por eso me hicieron reportajes para todas ellas.
- A usted nunca le importó destaparse. ¿Era usted de aquellas actrices que para destaparse se amparaban en lo que justificaba el guion?.
- Una cosa es el erotismo, otra el porno y otra que se te vean las tetas. A mí el destape no me importaba siempre que fuera solo la parte de arriba. Lo que más me molestaba era hacer escenas de cama, que por cierto nunca he hecho.
Esas escenas son más desagradables para una actriz, no por lo que se ve en la pantalla, sino lo que tiene que hacer cuando rueda y algunas que son muy tímidas lo pasan fatal.
Para mí lo peor es que se me ponga alguien encima y tener que besarle. Además de que no entiendo la necesidad de estas escenas que considero cosas muy íntimas.
- El destape fue fruto de una época en la que se salía de una dura censura, ¿fue una moda más que otra cosa?
- Por supuesto, la gente iba a ver películas de este tipo fuera de España porque aquí no podían verse. Lo que ocurrió fue lo que pasa con todas las modas, que te machacan tanto con el tema que acabas “vomitándolo” y eso fue lo que le pasó también al cine del destape, que llegó un momento en que ya no podía seguir más.
- En aquellas épocas circulaba la quizá “leyenda urbana” de que para hacer estos papeles a cambio se debían de otorgar ciertos “favores” para conseguirlos, ¿Qué hay de cierto en ello?
- Existió y existe. A mí no me proponían nada porque yo no les resultaba muy atractiva, yo no era provocativa, era graciosa y delgadita. A ellos las que les gustaban eran Barbara Rey, Agata Lys o Nadiuska.
Lo que si me paso cuando empezaba es que fui a una prueba en la que buscaban chicas para hacer de mesoneras que tenían que ir muy escotadas y cuando llegamos nos dijeron a todas que teníamos que enseñar las tetas y nos hicieron quitarnos la ropa. Y luego ni me dieron la película ni nada.
- Ústed nos acaba de decir que en esa época y para “ellos”, usted no resultaba atractiva. ¿Qué tenía usted para estar tanto tiempo haciendo películas sin parar?
- Pues mira, quizá si hubiera estado “buenorra” se habrían hartado de mí. Mi valor creo que era mi personalidad. piensa que todos los artistas tenemos un gancho muy diferente unos de otros.
- Hablando de aquella época y de las modas, ¿Usted vivió la “movida”?
- Si, nosotros estábamos ahí con gente como Almodovar o Rosi de Palma. La movida para mí fue como la revolución hippie.
Fue “una movida” en la que algunos se ponen como protagonistas de la temporada y “marcan el paso” a los demás hasta que acaba cayendo.
Y en cuanto al aspecto musical pues precisamente fue sobre el 83 cuando monté mi primer grupo heavy de chicas que se llamaba Epidemia. El caso es que había que hacer algo porque a las mujeres nunca nos habían dejado entrar en el mundo del rock duro.
- Hablando de Almodovar, usted hizo un corto con él, ¿Cómo fue esa experiencia?
- Almodovar empezó haciendo música y luego se pasó al cine. El corto que hice con él me gustó y me lo pasé muy bien. Aún así me gusta más su cine serio tipo la “Carne Tremula” que el de humor. Quizá porque mi humor es más duro y me van más los Santiago Segura o Alex de la Iglesia.
Ahora el papel de director de cine ha cambiado, ya no hay estrellas, con el cine de autor la estrella es el director. Lo que no entiendo es porque al director siendo el “astro rey”, le molestan las estrellas.
- ¿Qué pasó con las “rubias” de aquellas películas?
- Pues que después no las contrataban. Eran demasiado espectaculares y tuvieron que teñirse de moreno para poder trabajar como actrices. El problema es que en aquellas películas tenían que trabajar de “guapas” y exhibirse y parecía que no eran buenas actrices. Pero trabajaban muy bien.
- Justo por aquella época, en 1985, se retira del mundo del cine para dedicarse a la música llegando a ser productora, compositora y arreglista a la vez que cantante o pianista de varios grupos de heavy femeninos. ¿Por qué abandona el cine?
- La verdad es que dije que no a un par de películas a ver qué pasaba porque estaban en la misma línea y me dediqué más a la música. Necesitaba cambiar, por eso el cine no me abandonó a mí, yo abandoné al cine.
- Algunas de sus compañeras se vieron arrastradas hacia ciertos excesos como Amparo Muñoz o Nadiuska. ¿Por qué cree que pasa esto?
- Cuando tienes todo, quieres más y cuando llegas a ser estrella buscas algo más o necesitas probar cosas y además tienes dinero para pagarlas. A mí por ejemplo me extraño muchísimo lo de Amparo Muñoz, con lo guapa que era…
- Alfredo Landa llegó a afirmar que usted fue víctima de esos excesos y que por eso se retiró del cine. ¿Qué hay de cierto en esto?
- No sé por qué dijo esa mentira porque yo no tomo alcohol y la única droga que consumo es la música. Con ella me desfogo y me libero de todo. Lo que pasa es que como tengo tanta marcha parece que me tomo algo.
- Usted pasó de estar en la cumbre a tocar fondo, llegando a decir en 2019 que había meses que no tenía ni para comer, ¿Cómo llegó a esa situación? ¿Cómo se comportaron tus compañeros?
- Vengo de familia rica, tuve un abuelo alcalde de Gandía que fue cónsul de Suecia, teníamos coche con chofer, dos criadas. Pero la vida es un sube y baja y mi vida es un zigzag constante.
El cine es muy frío, los compañeros no son amigos. Cierto es que durante un mes o lo que dure un rodaje vives como si fueras familia. Pero en cuanto acaba cada uno va por su lado, por eso del cine tengo pocos amigos, de la música sí.
- ¿Qué definiría a Josele Román, la música o el cine y que espera del futuro?
- Josele Román es una actriz que hace música. Yo siempre estoy en activo, acabo de grabar una canción y estoy grabando una serie que se llama “Cochinas”, con Malena Alterio.
En cuanto al futuro espero que se me considere como una actriz, músico y escritora de guiones. Me gustaría mucho que se nos abriera la puerta del rock duro a las mujeres, aunque veo que es muy difícil.
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