El idilio secreto de Peret con Bárbara Rey: Sus otras vidas
El "rey de la rumba catalana" vuelve a estar de moda después de que RTVE ha anunciado una tv movie para homenajearle
La cadena pública RTVE ha anunciado el estreno de El rey Peret, una tv movie que rinde homenaje al icónico artista catalán Peret, considerado como 'el rey de la rumba catalana'. La película, que se emitirá en La 1 de RTVE, explora la vida y trayectoria de Peret, cuyo verdadero nombre era Pere Pubill Calaf. El rumbero de etnia gitana era ampliamente reconocido por ser una de las figuras más importantes en la creación y popularización de la rumba catalana, un género que fusiona elementos de la música gitana, flamenco y ritmos afrocaribeños.
El rey Peret no solo recorre los momentos clave de la carrera musical de Peret, sino que también ofrece una mirada íntima a su vida personal y su influencia en la cultura española. Con actuaciones musicales de sus éxitos más emblemáticos, la película captura la esencia del artista y su legado.
Esta no es la primera vez que se le rinde homenaje en televisión. Hace unos meses el programa "Lazos de Sangre" de RTVE, hizo un capítulo sobre Peret, en conmemoración del décimo aniversario de su fallecimiento. El especial llevó a los espectadores a un recorrido por el barrio del Raval en Barcelona, donde Peret creció y comenzó su carrera musical a una temprana edad. Su hija Rosita y sus nietos Soraya y Dani compartieron historias y recuerdos del artista, destacando su trayectoria desde sus humildes comienzos hasta convertirse en un ícono de la música.
En aquel episodio también se habló de su vida personal. En el debate posterior al documental, moderado por Jordi González, se discutieron aspectos menos conocidos de su vida, pero ya publicados en exclusiva por elcierredigital.com, como su relación con otras figuras del mundo de la música y su 'idilio' amoroso con Bárbara Rey.
El idilio entre Bárbara Rey y Peret
Invierno de 1967. Madrid, barrio de Salamanca. 'Bárbara Rey' se deja ver con una amiga en la mítica cafetería California 47, de la calle Goya, la que años más tarde fuera objeto de un ataque terrorista por parte de la organización Grapo. María y su amiga se dejaban ver mucho por este lugar de encuentro de la jet madrileña. Su futuro le iba a deparar nuevas sorpresas. Había llegado a la capital de España solo meses antes, con tan solo 17 de años.
Bárbara Rey, según su DNI María García García y para los amigos 'Marita la totanera', nacida un 2 de febrero de 1950 en Totana (Murcia), había conocido al entonces famoso cantante rumbero de etnia gitana Peret, de nombre real Pedro Publill Calaf. El autor de canciones inolvidables como 'Gitana Hechizera' o 'Una lágrima' la había conocido por esas tierras huertanas de Murcia. Y la belleza de la joven María atrajo de inmediato al guitarrista y cantante de Mataro.
Peret le ayudó entonces a venir a la capital de España con tan solo 17 años. "Aquí vas a triunfar", le dijo. El rumbero catalán le dio cobijo y le buscó piso. La situó en una buena zona de la capital de España, en la calle de López de Hoyos casi esquina con la calle de Cartagena, al inicio del barrio de Prosperidad.
El gitano Peret, el llamado "rey de la rumba catalana", se convirtió en el primer idilio de la vedette murciana. Sin embargo, por aquellas fechas el cantante estaba casado con Fuensanta Escudero con la que contrajo nupcias en 1957, diez años antes de conocer a María. Y, después de algunos meses, desapareció por completo de la escena. María le perdió el rastro. Pero afortunadamente la totanera pudo quedarse en esa casa de López de Hoyos gracias a un pequeño dinero que sí le dejó el rumbero Peret. Y lo hizo con tan sólo 17 años junto a una amiga, que además no era de su tierra.
La necesidad apretaba y ambas jóvenes habían acudido ese frío día de invierno a refugiarse en la cafetería California 47, de la calle Goya. Al lugar acudía la élite empresarial de Madrid. Era el principal local de encuentro del barrio de Salamanca. Y hasta allí llegó aquella tarde un conocido empresario de la construcción, cuyo nombre prefiere guardar en el anonimato elcierredigital.com. El empresario, nada más entrar en el local, se quedó prendado de María. Y pronto se acercó a la joven totanera: "Hola que hacéis por aquí...", fue su saludo inicial. Minutos después ya entablaban una conversación que derivó hacia una pronta amistad. María no dudo en contarle su difícil situación "... es que estamos aquí en Madrid, me viene con Peret, que me conoció y me trajo hasta aquí de mi pueblo, pero se ha ido y claro ahora no puedo pagar la casa... me dejo un dinerito... pero ya no me llega y debo ya dos meses...".
Este conocido empresario madrileño no lo dudo, aunque de entrada le inquietó bastante la edad de María, 17 años. "Tranquila María, no te preocupes, ahora vamos a tu casa cogemos las maletas y os venís a un apartamento que tengo por el Estadio Bernabéu". Y así fue. La joven, luego conocida como Bárbara Rey, y su amiga se subieron al Mercedes del empresario y marcharon para recoger sus enseres hasta el domicilio de López de Hoyos. Allí cargaron todo en el clásico coche y se fueron del apartamento de madrugada sin dejar rastro ya alguno.
El empresario las ubicó en un apartamento que tenía en la calle de Padre Damián, enfrente de un colegio de monjas. Allí se quedaron las dos. Días después su amiga marchó y quedó solo María. Pero una noche el empresario regresó de sorpresa al apartamento y se encontró a Maríta, como ya le llamaban, junto a unos amigos en una fiesta total.
Su enfado fue mayúsculo y de madrugada desalojó de la casa a María y a sus compañeros de juerga. Desde entonces la vedette comenzó un periplo que la llevó hasta un piso en la calle de Francisco Silvela, frente al conocido parque que da la plaza de Manuel Becerra. Y comenzó su lucha por las boites de la capital de España.
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