La historia de Lola de Páramo: De hacer anuncios de TV a poetisa y actriz teatral

Resulta curioso que el paso del tiempo nos haga ver a aquellas personas que conocimos en tiempos pasados. Al renacer su compañía, las apreciamos con una sensibilidad distinta a la que tuvimos cuando fuimos testigos de ello en aquel entonces. No es nada más que el resultado de una evolución intelectual y personal que se ha hecho, quizás, más fuerte o más frágil.

Suele pasar con la amistad, que dijéramos, “de pasada”. Es decir, de un conocimiento mínimo, se va alcanzando con el paso del tiempo, logrando prestar mayor atención a esa persona que se nos torna distinta.

Viene todo a colación de mi interés por haber visto una noticia sobre la presentación de un libro de poesía. Se trata de la hoy poetisa y actriz Lola de Páramo (Cartagena, 1959), actualmente dedicada a construir guiones de cine y a pensar en hacer poesía que a trabajar como actriz. Aunque, según indica, no desaprovecharía una oferta.

Entre tanto, ella se dedica a pasar el tiempo pensando sobre un poema. Y más a la labor lúdica del pensamiento y la búsqueda de las palabras para plasmar los sentimientos del alma y el espíritu emocional del instante.

Lola de Páramo, una actriz 'de cuna'

Se puede decir que su condición de actriz, ¿la lleva intrínseca en su ADN? Pues sí. Con solo 3 años pasó por un plató para hacer el primer anuncio del jabón ‘Heno de Pravia’. ¿Podía ser una casualidad y que ello la marcara? No se sabe. En el colegio le gustaba interpretar, cambiarse de ropa y hacer figuración para interpretar papeles sin que eso estuviera pensado para pasar por un escenario.

Nacida en Cartagena en 1959, pronto su familia se desplazó a Madrid como consecuencia del traslado laboral de su padre. Pasada esa infancia, no mayor de los 17 años, se incorporó a la Escuela Laboratorio de Teatro TEC. El centro lo dirigían grandes maestros dramaturgos como José Carlos Plaza y Miguel Narros, entre otros. De ellos no podías olvidar ni una coma, porque todo en ellos era válido y provechoso. No se podía dejar pasar.

Para Lola, todo el bagaje anterior adquirido en su vida de personaje de anuncios con las marcas que requerían su presencia le sirvió para conseguir naturalidad al subirse al escenario. Así que, tras su andadura en el ‘Teatro Estable Castellano’ (TEC), logró incorporarse al elenco del Teatro de Mérida para la obra ‘Electra’, con el personaje de ‘Corifea’.

Quizás este principio fue el toque de queda para su intervención en obras del dramaturgo Juan José Alonso Millán, en la obra ‘Damas, señoras, mujeres’, una divertida comedia de enredo del estilo habitual de Alonso Millán. También estuvo con el infinito autor y Premio Nobel Vargas Llosa en el elenco de su obra ‘Pantaleón y las visitadoras’. Estaba dirigida por Gustavo Pérez Puig.

En el cine también entra en esta época, desde los 21 años hasta los 30. Con boda incluida con el famoso pianista recientemente fallecido Felipe Campuzano, con quien tuvo un hijo. Lola admiraba a Felipe por su inteligencia y rapidez en la composición de obras pianísticas. Piezas que, afortunadamente, quedarán y se recordarán siempre en la recopilación de los éxitos pianísticos españoles.

Fue José Luis Garci quien la eligió para la película ‘Historias de otro lado’; o Manolo Summers en ‘Locos por el cine’. También participó con la productora ‘El Deseo’, de Almodóvar, en la película ‘Terra Fría’. La directora y actriz Ana Diosdado la requirió para diversos trabajos en esta década de finales de los setenta en el teatro. Allí tuvo su satisfacción con trabajos en el Muñoz Seca, el Infanta Isabel y el Fernán Gómez.

El paso de Lola por la televisión comenzó con Antonio Jiménez Rico en ‘Pájaro en una tormenta’, en Televisión Española; y en ‘La casa de las afueras’, con la producción de José Frade. Siguieron otras obras como: ‘Para Elisa’, ‘Hotel cinco soles’, ‘Buenas costumbres’, ‘Canguros’, ‘Hermanos de leche’ (con José Coronado durante tres temporadas). Teatralmente, se identifica como una gran actuación la que realizó en el Teatro Español, a las órdenes de Gustavo Pérez Puig, en ‘Don Juan Tenorio’.

De creadora de guiones a poetisa

Todo esto le hizo acumular experiencia, que se materializó en su entrada al mundo de la creación de guiones, para así poder conocer el arte cinematográfico por dentro. Programó un viaje a Cuba y obtuvo formación literaria en San Antonio de los Baños, en la escuela de guiones.

Sus inquietudes por la vida, al ser una persona de enormes convicciones y un sentido espiritual positivamente muy desarrollado, representan una contradicción. El mundo en el que se ha movido es todo menos espiritualidad y buenas maneras. Pero Lola sabe salir airosa; tiene un sentido de la vida muy distinto y sabe defenderse de los ataques incondicionados de un mundo artístico lleno de oportunistas. Su fuerza está en su “foro interno”, en su capacidad para pensar que “la vida es una oportunidad para crecer y sacar a flote los talentos escondidos”. Cree que cada traspié es una oportunidad para mejorar, si cabe.

La poesía le llega con los años y, por su condición de creyente, sigue su costumbre de cuando era muy joven. Leía a los místicos como Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. Ahora son los autores modernos a quienes se entrega en su lectura, sirviéndole para enriquecerse en la búsqueda y captura de conceptos. Tanto para completar su conocimiento de la literatura como para componer poemas que, sin rima, salen del alma y expresan un sentimiento personal y emocional.

En esta definición de la literatura, lo hace con la convicción de que es la vida. Y por ello se entrega a la recopilación de pensamientos y emociones en este, su primer libro. Con el título de ‘Ausencia de ángulos’ nos da a entender que el mundo es una apertura sin lados. Con la posibilidad de expresar la naturaleza, la libertad de expresión y las emociones del alma. Surgen en cualquier momento y en el sitio más inesperado. Así fue cuando se encontró con la escritora, poetisa y editora Charo Fierro, quien la invitó a formar parte de la editorial Huerga & Fierro.

Es la conciencia de una poetisa que pretende enseñar a todos los que la rodean que su vida sigue sin límites, con la ‘Ausencia de ángulos’. Que el mañana es mañana y hoy se escriben pequeños poemas como este, en honor a la primavera, que dice:

‘Amapola escarlata
Tu polen adormilado
Despierta
Prendido en el viento
Sembrando la tierra
De paisajes por hacer’