
Giro de 180º de Juan Perales: El galán juvenil que conquista Netflix como icono LGTBI
El actor madrileño arrasa en la serie ‘Olympo’ tras un pasado como influencer e icono de la moda masculina en París
Juan Perales (Madrid, 1999) ha conquistado a la audiencia global gracias a su papel en 'Olympo'. La nueva serie juvenil de Netflix que se ha convertido en un fenómeno mundial. Pocos anticiparon el impacto que tendría la continuadora espiritual de Elite.
Desde su estreno, con más de 20 millones de horas vistas en su primera semana, el rostro de Perales, su historia y su magnetismo han cautivado al público.
Olympo | Tráiler oficial | Netflix España
La historia de Sebas Senghor, personaje encarnado por el joven madrileño, como el conflictuado rugbier con una personalidad de intensidad, ternura y una poderosa presencia ha enganchado a los espectadore. Su interpretación no solo ha sido aclamada por su carga emocional. Sino que le ha colocado en la conversación internacional sobre representación LGBTIQ+ en el panorama audiovisual.
Pero el fenómeno no termina en la pantalla. Perales ya es un icono en redes, en revistas de moda y, según sus seguidores, el nuevo galán español.
De influencer a actor revelación
Juan Perales nació el 23 de septiembre de 1999 en Madrid. Antes de las cámaras, su escenario fue Instagram y TikTok. Su estética cuidada, sus rutinas de gimnasio y sus viajes lo convirtieron en influencer de lifestyle y fitness. Acumuló cientos de miles de seguidores mucho antes de pronunciar su primera línea de diálogo en una pantalla.
No viene del conservatorio ni de una escuela teatral clásica. Su camino fue autodidacta, se formó en cursos, talleres y observación. “No imaginaba lo que era realmente actuar hasta que me adentré en este mundo”, ha confesado a los medios. Esa mezcla de naturalidad e intensidad fue clave para su debut en 4 Estrellas (2024). A lo que le siguió un breve pero comentado paso por Élite como Bernat.
Su salto a Elite no estuvo exento de controversia. La serie de Netflix ha sido objeto de debate en torno al fichaje de influencers y figuras públicas sin formación actoral. Este enfoque ha generado críticas tanto de profesionales del sector como de espectadores.
La incorporación de personajes como Pol Granch y Manu Ríos, sin formación en interpretación, ha provocado reacciones mixtas.
Algunos consideran que su presencia responde más a su popularidad en redes sociales que a su habilidad actoral. Por ejemplo, se ha señalado que "los cogen porque son guapos y famosos y les están quitando trabajo a otros actores que llevan años haciendo cursos de interpretación"

La serie ha sido acusada de utilizar una estrategia de marketing basada en el "reparto clickbait", fichando a personajes populares en redes para atraer audiencia. Esto ha llevado a que algunos espectadores cuestionen la calidad actoral en favor de la notoriedad en redes sociales.
Aún así, ciertos actores salidos de ella parecen haberse seguido formado y mejorando sus dotes actorales, como fue el caso de Juan Perales tras acabar su papel en esta.
Ahora, en la serie juvenil más vista del año en Netflix, Perales interpreta a Sebas, un rugbier adinerado, reprimido y emocionalmente quebrado. Su historia de amor con Roque (Agustín Della Corte) ha provocado titulares y memes. También ha generado estudios de fans sobre “la escena gay más caliente” de la plataforma.
Él mismo reconoce la responsabilidad del papel. “La homofobia en el deporte sigue siendo un tabú. Sentí una necesidad real de contarlo”, ha comentado a los medios.
El galán digital: entre la moda, el gimnasio y la alta costura
Perales ha sabido construir su imagen pública con precisión quirúrgica. Con más de 640.000 seguidores en TikTok y casi 100.000 en Instagram (@juaanperales), su perfil ha ganado gran popularidad. Mezcla el culto al cuerpo con una estética elegante, equilibrada y con ciertos toques andróginos.
Su aparición en la Semana de la Moda de París, luciendo una blusa escotada a rayas plateadas y mocasines de plataforma, fue celebrada por los medios especializados en moda.
Ha posado para revistas como Folie Magazine, donde pasó de fantasía de atleta a modelo de altacostura. Pero lejos de una frivolidad superficial, Perales insiste en que el físico también es disciplina, autocuidado y bienestar. Y le pone nota: “Un siete sobre diez”, dice, consciente de su magnetismo, pero sin mostrar una vanidad excesiva.
Relaciones, rumores y silencio elegante
Sobre su vida amorosa, Perales prefiere el misterio. Se le ha relacionado con actrices como Alexia Roca, con quien compartió un video etiquetado como “pareja” en redes.
Más recientemente, también se le ha vinculado con la actriz y modelo española Alicia Bercan, aunque ninguna relación ha sido confirmada. En pantalla, su química con Agustín Della Corte ha alimentado esperanzas de una historia real detrás de cámaras, pero él guarda silencio.

“Soy muy familiar y valoro la lealtad”, ha dicho. También reconoce haber sufrido muchas mentiras y valora la vulnerabilidad como camino hacia el crecimiento. Su filosofía vital se resume en una frase que repite como mantra: “A la vida le encanta jugar”.
A diferencia de muchas jóvenes estrellas, Juan Perales ha evitado con éxito las controversias. No hay rumores, no hay salidas de tono. Tampoco miedo a las críticas: “Todo te enseña, incluso lo negativo”. Parece que está centrado en una meta clara, crecer como actor, contar historias relevantes y llegar a Hollywood. En su lista de sueños: Luca Guadagnino, Pedro Pascal y algún día, interpretar a una figura influyente en un biopic.
Perales también se ha pronunciado sobre los debates relacionados con su personaje. Ha dejado claro que la masculinidad tóxica es “un constructo social” que hay que desmontar, y que la fama solo vale si se usa como altavoz para causas mayores. En un mundo saturado de celebridades desechables, su ética lo posiciona como una figura con vocación duradera.
Juan Perales es el ejemplo de un nuevo tipo de protagonista. Uno que se forma fuera del sistema tradicional y que abraza la vulnerabilidad. Aunque no paremos de ver a nuevos “actores” en este tipo de series, por lo menos Perales parece respetar la profesión. No teme a la piel ni al compromiso, y construye una marca pública con inteligencia, conciencia y autenticidad.
Más noticias: