Gina Lollobrigida: nulidad matrimonial y disputa por patrimonio de 36 millones.
Su hijo y su nieto mantienen una batalla legal con la mítica actriz desde 2014 para intentar demostrar su incapacidad
A sus 91 años, la actriz Gina Lollobrigida sigue ocupando los titulares de la prensa italiana. La última noticia la ha comunicado ella misma: el Papa Francisco anuló en persona su matrimonio con el español Javier Rigau. Este es, por el momento, el último capítulo de un culebrón que enfrenta a la mítica actriz con su hijo Milco Skofic y su nieto Dimitri, quienes pretenden que la Justicia del país transalpino declare “incapaz” a ‘La Lollo’ para hacerse cargo de su patrimonio, valorado en 36 millones de euros.
Todo comenzó cuando a finales de 2006 la diva informó a la prensa mundial de su intención de casarse con un español 34 años menor que ella, Javier Rigau. Según contó la artista en su momento, la relación habría empezado a mediados de los ochenta cuando Javier tenía 22 años. Tras el escándalo mediático que rodeó al anuncio de boda, su compromiso se rompió en 2007. Sin embargo, tres años después, se casaron por poderes en la parroquia de San Vicente del barrio de Sarrià, en Barcelona.
Meses después, la actriz denunció en España y en Italia que el matrimonio se realizó sin su consentimiento, llegando a acusar de estafa al que había sido su pareja durante dos décadas. La Justicia española dio carpetazo al asunto. En Italia, un tribunal dictaminó en 2017 que la boda era válida y absolvió en primera estancia al español por los cargos de estafa y falsedad de documentación.
Ahora, Gina ha contado a su diario de cabecera, Il Corriere della Sera, que el Vaticano le "concedió la nulidad matrimonial, después de una batalla en los tribunales italianos y españoles". "Finalmente soy una señorita", afirmó tajante.
“¡Finalmente! La verdad tenía que salir a la luz. Ese individuo (Rigau) no dejaba de hacerse publicidad con mi nombre y sobre todo, ponía en duda mi credibilidad y se planteaba derechos que no tiene sobre mi patrimonio”, se despachó la actriz.
Pero, la historia no acaba aquí. Sus descendientes siguen preocupados por la fortuna de la actriz y aseguran que la musa de Vittorio de Sica estaría pensando casarse con su asistente personal, Piazzolla, un joven que ejerce de asistente personal y al que algunos medios califican de “gigoló”. Con la llegada del joven a su vida, en 2014, empezó la lucha judicial con su hijo y su nieto.
Entre esta maraña de juicios, ‘La Lollo’ se ha sumado también al movimiento Me Too explicando que fue víctima de dos violaciones en su juventud. "La primera agresión fue a los 19 años, cuando todavía iba a la escuela. De la segunda, mejor no hablar.[…]Fueron dos cosas bastante graves y que, de haber denunciado, los agresores hubieran perdido el trabajo”, contó la actriz en diciembre de 2017.
"Cuando una molestia sexual es más que una molestia no la puedes eliminar, se queda dentro de ti y condiciona tu carácter, pues tus acciones están sujetas a ese recuerdo", añadió.
De ser tentada por Hollywood a seducira Fidel Castro
Más allá del escándalo que la mantiene de actualidad Gina Lollobrigida, nacida en 1927, es uno de los mayores iconos culturales vivientes en Italia. Ya había realizado varios papeles pequeños en las óperas filmadas que tanto éxito tenían en el cine italiano de los cuarenta, cuando en 1947 se convirtió en la Segunda Dama de Honor de Miss Italia. La corona, “la única que brilla en la República Italiana”, como rezaba la publicidad de la época, se la arrebató Lucía Bosé y, desde entonces, nunca volvió a haber buena sintonía entre las futuras starlettes italianas. Esa edición sería especialmente recordada porque de ella saldrían otras estrellas de cine: Silvana Mangano y, en menor medida, Gianna María Canale y Eleonora Rossi Drago.
El premio constaba de una pequeña cantidad de liras, un acordeón y un mini-contrato cinematográfico. Comenzó así su verdadera carrera al estrellato. Se benefició del momento dulce del cine italiano. Se convirtió en la primera, y acaso la única, sex-symbol auspiciada por los parámetros del neorrealismo, rosado en su caso, pero igualmente talentoso. Gracias a la serie Pan, amor y… junto a Vittorio de Sica empezaría a representar la imagen de una Italia rural y popular. Como Anna Magnani, sin su talento, pero con mucha más presencia cinematográfica. Nacía así el mito de ‘La Lollo’.
En esos años compitió en las pantallas con Sofía Loren y ambas fueron tentadas por Hollywood. La industria americana quería hacerlas pasar por su máquina de refinamiento o lo que allí entienden por eso. Con la Loren lo consiguieron, aunque fue tras su paso por Francia cuando realmente se convirtió en un icono de elegancia. ‘La Lollo’ siempre fue más reacia. Además, durante cinco años no pudo rodar en suelo americano por una estrambótica cláusula de un contrato que le firmó el inefable Howard Hughes. Así, en localizaciones europeas participó en filmes como Trapecio, Salomón y la Reina de Saba o La burla del diablo. Pero nunca se plegó al toque americano y las taquillas le dieron la razón. Frente a los fastos americanos sus películas más taquilleras fueron grandes dramas italianos como Anna di Brooklyn o La belleza de Hipólita, donde seguía interpretando personajes de carácter popular.
Cuando el cine comenzó a ofrecerle papeles menos interesantes, optó por la retirada y empezó una carrera como escultora, fotógrafa y entrevistadora ocasional. Expuso en lugares tan distintos como Lima, Roma o Perú y llegó a filmar una entrevista con Fidel Castro. Portrait of Fidel se proyectó en cines en 1980 y es una de las pocas entrevistas en profundidad que concedió en vida el dictador cubano. Durante la charla se confesó fan de la italiana y aseguró que concedió la entrevista porque fue su amor platónico de juventud.
En cuanto a su vida privada, a pesar de la presión de los paparazzis, apenas se le conocieron muchos romances. Se casó en 1949 con el médico esloveno Milko Škofič, con el que tuvo al hijo Milko, en 1957, quien ahora quiere llevarla a los tribunales. En 1971 se divorciaron y aunque, se la adjudicaron romances con actores o toreros, ella solo confirmó públicamente su affaire con Christian Bernard, el Premio Nobel de Medicina, conocido por realizar el primer trasplante de corazón de la historia.
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