Esperanza Roy, biografía de Jesús García: 'Es una artista versátil que tocó todo'
El autor Jesús García Orts, biógrafo de Lina Morgan, repasa en el libro 'De Esperanza a Esperanza Roy' su trayectoria.
Esperanza Roy es una de las actrices más completas del mundo del espectáculo en España. Es casi la única que consiguió el éxito en la revista musical y ser, al mismo tiempo, una actriz respetada que ha trabajado con algunos de los mejores directores del cine español.
Jesús García Orts, autor de una completa biografía de Lina Morgan, analiza ahora en su libro 'De Esperanza a Esperanza Roy (Una gran actriz)' (Editorial ECU) a la popular vedette madrileña.
- Estamos en el mes del Orgullo LGTBI. ¿Qué tiene Esperanza Roy para ser uno de los principales referentes del colectivo?
- Nadie haya llevado los tacones como ella. Ni una drag ni un transformista. Su camerino era Chueca cuando no existía Chueca. Un lugar donde los homosexuales se reunían con total libertad. En los años sesenta, Esperanza en el Teatro Calderón trabajaba con un reconocido actor, que tiene una hija actriz que ha hecho muchas series. El hombre era muy homófobo y siempre había un grupo de gais que acudía a ver a Esperanza y este actor pidió que les prohibieran la entrada en el teatro. Esperanza, cuando se enteró, se negó a empezar una función con todo lo que eso suponía mientras no dejaron entrar a sus amigos. Estamos hablando de que hacía cosas así en una España muy cerrada, en plena dictadura. Esperanza ha sido la más maricona. Siempre ha sido un maricón en el cuerpo de una mujer.
- Además, ha protagonizado películas muy populares de temática LGTBI como Carne apaleada o Perdona, bonita pero Lucas me quería a mí.
- Si Torrente recuperó a Tony Leblanc, podemos decir que Perdona, bonita... recupera a Esperanza. La descubrió un público más joven y, por supuesto, la vinculó aún más al colectivo.. Yo he visto a Esperanza en el Orgullo cantando con Ana Belén ya en los 90. He redactado varias cartas al Ministerio de Cultura y a la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid porque me encanta que le pongan una plaza a Raffaella Carrà pero Esperanza ha hecho mucho por el mundo gay y, además, es madrileña.
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- Niña madrileña y de postguerra, ¿Cómo fueron sus inicios?
- Una niña del Madrid castizo y de posguerra. Una niña que coincidía en Santa Ana con Heminway. Era hija de un hombre progresista y de una madre que le permitió ser lo que era. Pertenece a la estirpe de vedettes en una época de supervivientes de la peor etapa del franquismo. Empezó en la academia de la calle Arenal donde coincidió con Lina Morgan y luego con Conha Velasco. Empezó como bailarina pero pronto vio que la revista podía ser una buena manera de ayudar económicamente a su familia.
- Llama la atención de Esperanza Roy que es casi la única que pudo combinar el éxito como vedette de revista con una carrera como actriz respetada por los intelectuales. ¿Cómo lo consiguió?
- Lo bueno que tiene Esperanza es que ella tuvo la oportunidad de ser contratada por la Agencia Bermúdez para recorrer los casinos de Europa y ella mamó otra vida. Se acostumbró a ver el mundo de otra manera, muy adelantada. Empieza a leer mucho, autores del siglo de oro y sabe que, más allá del éxito en la revista, quiere ser actriz y empieza a rodearse de gente que no tiene nada que ver con la revista. Cuando rueda Si volvemos a vernos producida por Querejeta hay un descubrimiento de ella como actriz. Lo intelectuales empiezan a hablar de ella. Umbral le dedica artículos elogiosos. Además, ella supo reírse del papel de la vedette. Había ironía en su puesta en escena. En el cine supo compaginar el comercial con el más arriesgado, como la ya citada Carne apaleada o Gusanos de seda que hace en plena Transición, donde interpreta magistralmente a una muda. Siguió en la pantalla el mismo patrón que en el teatro donde pasaba de hacer una revista a interpretar un Lorca o una obra de Darío Fo. Ha sabido correr riesgos. Junto con su marido Javier Aguirre hacen un monólogo cinematográfico, Vida/ perra [sobre la novela La vida perra de Juanita Narboni de Ángel María de Lera] y es un éxito y hasta le dan a Esperanza el premio de interpretación en el Festival de Venecia.
- ¿Qué papel jugó en la vida y la carrera de la Roy, Javier Aguirre?
- Todo. Javier Aguirre le da un equilibrio. Le aporta mucho a nivel intelectual. Es un amor que llega con la madurez después de que ella había vivido una relación muy tormentosa durante diez años. Javier Aguirre era un director muy disciplinado y ella cuanta cómo a veces se desesperaba por lo estricto que era su marido. Aguirre sabía explotar la vena interpretativa de Esperanza.
Esperanza y él se conocen en el 74 en El insólito embarazo de los Martínez, pero él estaba casado con Enriqueta Carballeira y tenía hijos. Esperanza se decidió a hablar con Enriqueta para hacerlo todo de forma civilizada y que Javier no perdiera la relación con sus hijos. En los últimos años, Esperanza se dedicó al cuidado de su marido. Todo giraba en torno a su marido. Tardaron en casarse porque les daba pánico. No lo hicieron hasta el 96.
Esperanza Roy - El Beso
- Juntos acometieron el rodaje La monja alférez, una cinta valiente.
- Para Esperanza fue un esfuerzo físico (tuvo que aprender a montar a caballo, por ejemplo) y económico. Siempre han estado muy orgullosos de esta película. En otro estilo, fueron como Federico Fellini y Giulietta Massina.
- ¿Cómo vivió Esperanza el fenómeno del destape?
- Nunca tuvo ningún problema con eso. Su trayectoria en ese cine es bastante digna. Supo llevar muy bien su carrera y sabía que para pasar por ese tipo de cine tenía que ser todo muy cuidado. Ella sabía cómo controlar lo estético y lo artístico, por eso no habla ni con rencor ni con falsas justificaciones de esa época como hacen otras actrices. Lo único malo que tuvo una parte de su paso por el cine es que en muchas ocasiones la doblaron y eso hacía que ella perdiera gran parte de su personalidad porque la voz de Esperanza es muy marcada.
- Aclaremos uno de los puntos más polémicos de la vida de Esperanza. ¿Por qué no fue finalmente chica Almodóvar?
- En dos ocasiones estuvo a punto de trabajar con él. La llamó para hacer ¿Qué he hecho yo para merecer esto?. Ella acababa de hacer Aquí no paga nadie de Darío Fo y Pedro debió pensar que el papel le venía bien a Esperanza. Ella estaba haciendo con un gran éxito el musical Por la calle de Alcalá y le tiene que decir que no. Seis años después llegó Tacones Lejanos. Esperanza Roy se comprometió a no hacer teatro y dedicarse por completo a su trabajo con Almodóvar. También se le ofrece a Andrés Pajares. Esperanza llegó a hacer promoción del rodaje en televisión y en prensa. Sin embargo, Pedro cambió de opinión y no tuvo la deferencia de avisarles de que ibas a ser sustituidos por Marisa Paredes y Miguel Bosé. Unos meses más tarde coincidieron en los Fotogramas de Plata donde Esperanza le tuvo que entregar un premio a Pedro por su película. Había mucho morbo por lo que podía pasar pero Esperanza se supo comportar. Nunca ha querido hablar mal de él a pesar de que se comportó fatal.
- ¿Crees que se le ha reconocido a Esperanza Roy como se merece?
- No. Creo que es un monstruo escénico y no se es consciente de ello. Es una actriz muy versátil, no se le ha resistido ningún género. No ha tenido tanta repercusión como otras actrices. También es cierto que ella es una antidiva, nunca ha ido de estrella. Hoy vive muy tranquila y feliz sin los aplausos. Está disfrutando de una vida que antes no había tenido porque ha trabajado mucho sin descanso.
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