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Una persona con peinado rizado y flores en el cabello aparece en primer plano con fondo de feria andaluza y carruajes, además de un círculo que muestra la portada de un disco con la misma persona.
CULTURA

La Esmeralda de Sevilla: La trans que tuvo la primera caseta LGTB en la Feria de Abril

Icono travesti y popular, Alfonso Gamero luchó en el Franquismo por los derechos del colectivo LGTBI en eventos públicos

Este  Orgullo 2025 celebramos 46 años de la despenalización de la homosexualidad en España, 19 del matrimonio igualitario, y 3 de la Ley Trans estatal.

Pero hoy, entre la celebración y la fiesta, queremos recordar a quienes vivieron y resistieron cuando no había leyes que ampararan, ni banderas que ondearan. Es hora de mirar hacia el pasado. El pasado de una Sevilla canalla y luminosa donde La Esmeralda, con su abanico, su humor y su verdad, construyó libertad en plena dictadura.

¿Cómo logró ganarse el respeto del pueblo y de los cuerpos represivos? ¿Quién era Alfonso Gamero Cruces detrás del maquillaje? ¿Por qué sus chistes y sevillanas se convirtieron en un acto político antes de que existiera el activismo? ¿Qué queda hoy de su legado?

Persona con cabello rizado y corto, usando un vestido rosa y aretes largos, posando frente a un fondo azul
La Esmeralda de Sevilla | Todocoleccion

Hoy haremos un viaje a la vida, y leyenda, de La Esmeralda de Sevilla. La maricona "con acento en la 'o'" que burló al franquismo desde el escenario y dejó una huella imborrable en la historia de nuestro país.

Alfonso Gamero Cruces: un sevillano con 'acento en la o'

Alfonso Gamero Cruces  nació en Sevilla en 1933. Desde muy joven, tuvo que ganarse la vida vendiendo hierbabuena y perejil en la plaza o alquilando sillas para la Semana Santa. En los años 50 trabajó como planchador y sastre de Marifé de Triana, quien le abrió la puerta al mundo del espectáculo. A partir de entonces, forjaría su propio personaje artístico: La Esmeralda, un icono que combinaba humor, música, identidad y una extraordinaria capacidad de conectar con el pueblo sevillano.

Persona de perfil con flores en el cabello, grandes pendientes verdes y la mano levantada, junto al texto La Esmeralda de Sevilla
La Esmeralda de Sevilla | Archivo

En una época donde la homosexualidad era delito y el travestismo se castigaba con prisión, La Esmeralda desafió lo establecido desde los escenarios. Con sus sevillanas de doble sentido, sus chistes atrevidos y su forma valiente de existir. En palabras suyas: "Soy maricón, con acento en la o". Esta frase, mítica de La Esmeralda, ha pasado a la historia popular de España.

Muchos recuerdan haberla escuchado en la entrevista-tarde que le realizó Jesús Quintero en ‘El Loco de la Colina’. Aunque ya la pronunció con anterioridad en el documental “La Esmeralda, historia de una vida”, dirigido por Joaquín Arbide en 1981.

La Caseta y la risa como resistencia

Durante los años 70 y 80,  La Esmeralda se convirtió en una figura imprescindible de la cultura popular sevillana. Fundó su propio local, "La Caseta", en la carretera de La Rinconada. Un espacio donde actuaba cada noche y donde también trabajaban otras transformistas y mujeres trans, como  La Soraya o Rosarito la Popeye. Aquello era mucho más que un bar: era un refugio para la Sevilla homosexual y travesti cuando apenas existían lugares seguros.

Dos portadas de libros antiguos con una persona vestida con traje flamenco y flores en el cabello, ambas con el texto La Esmeralda de Sevilla
portadas de los casetes de chistes de La Esmeralda de Sevilla | Todocoleccion

También se hizo habitual en la Feria de Abril, donde su caseta era una de las más concurridas. Su humor se popularizó gracias a los casetes grabados con  Senador Música, como Los mejores chistes de mariquitas  o  La Esmeralda y sus flamencas. Su repertorio de sevillanas festivas y chistosas, muchas compuestas por Manuel Melado, aún hoy circula por redes sociales.

Pero no solo hacía reír: La Esmeralda  educaba, visibilizaba, resistía. Convertía la marginalidad en arte, y el arte en una forma de existir que desafiaba al franquismo con gracia, ingenio y sin pedir permiso.

Vida íntima entre devoción y silencio

A pesar de su irreverencia pública, Alfonso fue una persona reservada en lo personal. Declaró haberse enamorado una sola vez, a los 17 años, de un hombre con quien mantuvo una relación hasta que este se casó con una mujer. En un contexto de represión legal (como la Ley de Vagos y Maleantes, vigente hasta 1978), es comprensible que conviviera con contradicciones. Afirmaba no gustarle los hombres o que “por la calle iba como un hombre”, mientras en el escenario reivindicaba su identidad sin complejos.

Jesús Quintero Entrevista a La Esmeralda

Era también un hombre profundamente devoto. Sentía un gran fervor por la Virgen del Rocío y por la Esperanza Macarena, de donde toma su nombre artístico: "Esmeralda". Es fue debido a las famosas mariquillas regaladas a la Virgen por Joselito El Gallo.

Una figura transgresora antes del activismo organizado

La Esmeralda no era una activista en el sentido actual, pero su existencia en sí ya fue un acto político. Sobrevivir siendo visible, siendo afeminado, siendo travesti en el franquismo, ya era un desafío. Le dio trabajo a mujeres trans, actuó sin pedir permiso y creó espacios para los que no tenían ninguno. En una época en que los maricones iban a la cárcel, ella actuaba para policías, militares y señoras de misa, arrancándoles risas y respeto.

Fue pionera, transgresora y rompedora, como la describen figuras del colectivo y cronistas de la memoria queer andaluza. El periodista Félix Machuca llegó a afirmar: “Él inventó a Pedro Almodóvar.  Y no al revés. El cine imitaba a la realidad”.

Muerte, memoria y calle propia

La Esmeralda falleció en 2021 a los 88 años, tras sufrir un ictus. Su muerte no pasó desapercibida: muchos medios la recordaron como “una leyenda de la Sevilla de los años 70”. En enero de 2023, el Ayuntamiento de Sevilla le dedicó una calle en el barrio de La Barzola, en el Distrito Macarena. El gesto no solo reconoció su figura, sino que inscribió su memoria en el espacio público.

LA ESMERALDA, HISTORIA DE UNA VIDA (1981)

También ha sido protagonista del ya mencionado un documental 'La Esmeralda, historia de una vida' dirigido por  Joaquín Arbide  en 1981. Ha aparecido en libros clave como 'Libérate' de Valeria Vegas o 'Querer como las locas' de Jesús Pascual. En 2025, el investigador Roy del Postigo la incluye en su ensayo 'Pasión y Deseo', que traza la disidencia andaluza desde la copla y el flamenco.

Un legado vivo: la risa que abrió el camino

Hoy, La Esmeralda es reconocida como una figura fundacional del transformismo y la cultura queer andaluza. En tiempos donde no existían leyes ni colectivos, su presencia fue una grieta por donde se coló la libertad. Su legado no es solo artístico; es reivindicativo, histórico y emocional.

Recordarla en este Orgullo no es mirar atrás con nostalgia, sino reivindicar a quienes nos abrieron camino con su cuerpo, su arte y su risa. Porque como decía ella misma, “no era artista, era un personaje”. Y ese personaje, tan sevillano como la Feria y tan universal como la lucha por ser uno mismo, sigue brillando con luz propia en la historia del orgullo en España.

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