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Dos músicos en el escenario, uno aplaudiendo y otro tocando un contrabajo.
CULTURA

Diego El Cigala: 'El flamenco lo llevo desde que me levanto hasta que me acuesto'

El cantaor español, nacionalizado en República Dominicana, habla de su relación con Latinoamérica y su próxima gira

En nuestro periódico elcierredigital.com, se nos ha presentado la ocasión de entrevistar a Diego Ramón Jiménez  Salazar, más conocido por “El Cigala”  con motivo de su paso por España para dar a conocer su Gira nacional, denominada  ”Cigala canta a México”. Esta dará comienzo en Pamplona el próximo 15 de Diciembre 2024 con un total de veinte ciudades de nuestro país, desde esta fecha hasta el 7 de Marzo de 2025, en Granada en el Auditorio Palacio de Congresos.

Quien escribe estas líneas tuvo ocasión hace unos 20 años de poder verle actuar en Madrid en un local que financiaba Fernando Trueba y que se denominaba Calle 54, en pleno paseo de la Habana y con un público que deseaba disfrutar a llenos diarios. Durante los días de sus actuaciones estuvo con la compañía de  Bebo Valdés, al piano y los imprescindibles cajón y guitarras y por supuesto, sin dejar de oir, esas, “lágrimas negras”, que estaban dando la vuelta al mundo  y que entre muchos medios ha destacado el The New York Times nombrándole como el mejor disco del año.

El Cigala y Bebo llenaron los mejores escenarios de Paris, New York, Habana, Tokio, en definitiva donde les diera la gana. Los premios caían como cerezas y los Grammys llegaban a sus manos, con la sorpresa de un trabajo insuperable. Pero todo aquello era un andar sobre tierra pisada…

Un 27 de diciembre de 1968, nació Diego en Madrid, en el Barrio de Embajadores, cerca de la zona del Rastro. Allí se incorpora a una familia de artistas de etnia gitana con los apellidos ilustres de un flamenco puro, que le conduciría, sin ninguna duda al cante  desde la pila bautismal.

 A los cinco años, ya daba palmas y soltaba gritos de  libertad flamenca. A los 12 años, se presenta a un concurso de flamenco de espectador y su entusiasmo por el cante, le lleva a actuar y ganar el concurso. ¿Pudo ser este el punto de salida? Posiblemente sí.

Su mente era el cante, el ofrecer canciones que son la observación de lo que le rodeaba, y le permitía dar un grito de compás, verso, rima y palmas. Él recuerda con cariño esa época y en su mente y en folios, se van tejiendo temas que canta y no olvida.  Así, su primer disco en solitario lo edita en 1997 con 19 años bajo el nombre de “Undebel” que traducido al calé es “Dios Mio”.

Diego El Cigala no es un hombre, sino una fuerza de la naturaleza: uno de esos entrevistados tan queridos en la lejanía y tan temidos en las distancias cortas. Con tensa admiración, que no sabe uno por dónde va a salir, por dónde vendrá esta vez el viento musical, por dónde arrasará el huracán imposible de este manojo de nervios y de arte profundísimo del flamenco y de todos los ritmos.

Dos músicos en el escenario, uno tocando el piano y el otro cantando con un micrófono, ambos vestidos con trajes formales.
El Cigala en el escenario. | El Cierre Digital

Cuando El Cigala llega aparece siempre a la vez la sencillez del genio y el artista. Ahora, a sus 55 años, me hace un giño de recuerdo de aquel niño que fue y dejó al mundo callado con su cante, con su personalidad y con su arrojo, porque cantaba y canta sin que hubiera a su alrededor un solo ruido que no fuera el de Bebo o su equipo. Los silencios en sus conciertos, son sepulcrales.

Ha llegado el momento en que su inquietud por la música toca todo y todo lo anima, en el sentido hondo de la palabra: le da vida, lo pone a andar. Copla, flamenco, canción cubana, tangos, rancheras, y música dominicana. Asi como fusiones de todas con Jazz, que le vale la ovación mundial de la crítica, con todos los premios habidos y por haber y la genuflexión del público en los mejores teatros del mundo.

El flamenco, en las venas de El Cigala

 "Yo es que me levanto flamenco ya por la mañana”, nos cuenta. “Ser flamenco es ser muy intenso y también muy tranquilo, al mismo tiempo”.

"¿Y cómo se hace lo de ser flamenco?", le preguntamos. Se inicia con unas palmas, una copla que parece improvisada y le das a la garganta y tu memoria. De golpe. Los compadres le hacen los coros saliendo de atrás de donde canta El Cigala.

Dice Diego que el flamenco -el tipo flamenco- es difícil de querer, de querer de verdad, de aguantar, vamos. “Hay que darle muchos cariñitos, mucha ternura y comprensión. Así sí que se nos consigue”, adelanta. “A mí a lo largo de la vida ha habido muchas mujeres que me han fascinado, empezando por mi esposa, que desgraciadamente falleció. Tengo dos hijos maravillosos".

"Ahora estoy enamorado de una colombiana, enamoradísimo. Cuando estoy muy atento y esa persona lo está conmigo, me siento amado, querido. Que te cuiden es maravilloso", expresa.

El Cigala, cree que ya no se canta como antes. Que hay un quejío viejo imposible de emular. Un sonido verdadero que sólo salía de los disgustos de otro tiempo: que hay que cantar como el que llora en la cárcel, que hay que cantar como el que pasa hambre, que hay que cantar como el que ha perdido al amor de su vida.

Es que el flamenco tiene todas esas vertientes. Se han pasado muchas fatigas, muchos momentos fuertes y de falta de comida. "Esa época de los tablaos dura, como la que vivió mi padre con Caracol, y con Camarón, y con toda esa gente. Yo de eso he vivido la última  etapa pero te digo que hay que pasar fatigas para cantar así, porque el flamenco es un lamento, no es una alegría como dice la gente", asegura.

"Yo he estudiado, pero lo que he aprendido de verdad, lo he aprendido de la calle, de la vida, que es la mejor escuela que se puede tener a la hora de cantar.  Hay que tener vivencias para cantar: si no, estás vacío y no puedes contar nada.  Y luego hay que tener un poquito de conocimiento del cante, de los palos básicos de toda la vida y llevarlos a tu manera, a tu cosa personal", afirma.

"Creo que el flamenco, que ya es patrimonio de la humanidad, es intocable e insustituible que ya lo dejaron los grandes para nosotros  y que es difícil darle la vuelta con muy buen talante, muy buen porte y mucha gracia”, prosigue.

-A pesar de haberte nacionalizado en la República Dominicana, ¿cómo te ves como español a lo lejos, desde Santo Domingo?

-A mí me gusta mucho España. Yo soy un pedazo de gitano español, gitano y ya dominicanizado. También porque amo Santo Domingo con mis cinco sentidos. Es mi tierra, donde yo me voy a venir a descansar y a echar mi vejez con mis hijos… Pero a mi España querida siempre la llevo en el alma, aunque sea un emigrante. Aquí, descanso, compongo, pienso, disfruto, no pido más.

Quizás mis recuerdos los tengo mas frescos y vivos aquí. Por ejemplo, a los pocos años de la partida prematura del cantaor gitano  Camarón de la Isla (1950-1992), conocí a los célebres guitarristas hermanos Losada  que fueron los que me bautizaron con el nombre de: “El Cigala”, porque me movía mucho de acá pa’allá, 'más que los precios'. Yo no era como Camarón, porque nadie puede ser como Camarón, más bien tenía algo muy suyo. La sonrisa con muchos dientes. El pelo largo con aspecto húmedo permanente. Las camisas impecables. Aunque fue en el cantar prodigioso donde el Cigala se hizo El Cigala.

-¿Cómo puedes hacer esos cambios de rumbas flamencas, rancheras, fusión de jazz con flamenco, te resulta difícil cambiar los ritmos?

-No canto mal las rancheras. Ni los tangos, ni las salsas, ni lo que me echen, entono con humildad y perfección la “Nana del Caballo Grande” de Federico García Lorca, por ejemplo.

-Para ti, según parece tiene un cierto interés: las lágrimas. Primero fueron dos, luego fueron negras, ¿es un sentimiento arraigado?

-Puedo decir que es más una emoción, las lágrimas salen del dolor y del amor y de ello he tenido mucho y no me arrepiento. Los grandes éxitos con esos dos discos, me permiten llorar todo lo que quiera de alegría.

El Cigala y sus 'fantasmas'

Hace muchos años que el cantaor madrileño había hecho conocer su firme deseo de cantar a José Alfredo Jiménez, “siempre y cuando le dejaran meter mano en su cancionero inédito”. En ese tiempo vivía su esposa, Amparo Fernández, y él ya era un cantante muy popular en nuestro país. Había mantenido un encuentro con el nieto del legendario cantautor mexicano, quien le mostró algunos de los temas desconocidos que dejó sin grabar el célebre autor de “Un mundo raro”.

Quienes lo conocemos desde hace mucho sabemos que un deseo de El Cigala se vuelve obsesión, como lo fuera su primer disco, ese que lo dio a conocer en el mundo entero y cuya producción estaba a cargo del cineasta Fernando Trueba. Cantaba con su segundo padre, Bebo Valdés, que entonces tenía 85 años y hoy está fallecido. Se llamó Lágrimas Negras.

Hoy, es  El Cigala y sus fantasmas. Tiene a sus espaldas el cadáver de Camarón, el de Amparo (cada vez que habla de ella, dice: “que en paz descanse”), el de Bebo Valdés y, por qué no, el de su propio país, España, pues desde hace mucho tiempo es habitante de República Dominicana. Del rumbo musical que ha tomado su carrera luego de la sonada separación de Javier Limón, El Cigala está satisfecho, porque su voz “ha creado un sello particular, algo que es difícil de lograr en el arte”.

“Ahora solo canto lo que me gusta, las cosas me van bien, soy un cantante esencialmente flamenco y siempre que me acerco a otros géneros, como este caso, lo hago con mucho respeto”, asegura.

Por ejemplo, su trabajo con Argentina, Cigala & Tango, ya es un clásico. Lo hizo a los 42 años, cuando su primer acercamiento con el tango se dio en Buenos Aires y alguien le regaló discos de Julio Sosa, Carlos Gardel y Roberto Goyeneche. En el concierto se animó a cantar ‘Garganta con arena’, una composición de Cacho Castaña, y la gente aplaudió a rabiar. Entonces se dio cuenta de que sólo le faltaban 11 tangos más para hacer un disco.

Hombre con traje cantando en un micrófono en un escenario iluminado.
Diego El Cigala. | El Cierre Digital

-¿Es un clásico Cigala Canta a México?

 -Toda mi vida he estado enamorado de la música que nació de esa tierra a la que amo profundamente y que me abrió las puertas de su alma y corazón hace más de 20 años, cuando inicié mi carrera. México es mi segunda casa. Me ha cautivado su gente, su música, sus colores.

Bajo la producción de Jaime Calabuch, Diego canta boleros y rancheras en un legado de grandes leyendas, entre ellas, José Alfredo Jiménez, Vicente Fernández, Javier Solís, Agustín Lara. Dice, por ejemplo, que en el cancionero hay una evocación a la gran cantante Chavela Vargas (1919-2012). Y como sabemos que ella no componía canciones, es cierto que en este “disco mexicano” hay una presencia de esas grandes canciones, como las de Chavela, que hicieron la memoria sonora de la región.

Diego El Cigala, ha enseñado a los latinoamericanos a degustar ese sonido del flamenco, como un grito de guerra y de dolor que los gitanos tienen frente al mundo. Es cierto que hay muchos artistas flamencos, pero El Cigala es considerado como “el más latinoamericano” de los cantaores.

“Llevo 15 años interpretando bolero; el flamenco lo traigo desde que me levanto hasta que me acuesto, pero el mariachi ha sido toda una sorpresa porque no me ha sido complicado. Todo ha salido del alma, muy natural. Además, la poesía de la que hablan estas letras me apasiona".

Sobre el mariachi, dice: “Cada vez que los escuchaba[al mariachi Vargas]me entraban ganas de llorar de la emoción tan grande que transmiten. A cada uno de ellos y a su arte siempre los llevaré en mi corazón”. Piensa que estos discos son como sus hijos: “En los discos dejas la vida en ello y si fuera por mí, jamás los terminaría. Me gustan mucho”.

“Luego tendré una parte de piano, voz, contrabajo, recordando la época de Lágrimas Negras. Va a haber un compendio de El Cigala”, expresó, no sin antes hablar de su colega Pitingo, que ha llegado recientemente a República Dominicana. “Es un genio”, aclaró para quien no se haya enterado. Le ha dicho a Pitingo que “esta es una carrera de largo fondo, es difícil conquistar el público de Latinoamérica, de México. La música que hace Pitingo es de un flamenco fronterizo, de soul, con góspel, tiene una puesta en el escenario muy bonita y creo que cuando el público lo oye, se muere de entusiasmo”.

Y expresa: “Los discos como homenaje a México son clásicos. Hay mucha gente que me ha llamado, que me ha felicitado, el trabajo es versátil y suena a México lindo".

Ahora estoy preparando mi gira por España que comienzo en diciembre. Lo hago desde la Republica Dominicana, allí tengo todo lo que quiero y deseo. El silencio para ensayar y mi familia que me anima con su presencia.

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