Decimotercera de la Feria de San Isidro: La polémica llegó a Madrid con Roca Rey
La plaza de Madrid ha demostrado en la decimotercera corrida de San Isidro su exigencia.
Madrid en su salsa de la mano de Roca Rey. Máxima figura el limeño, la plaza capitalina mide a quienes ostentan esa condición y el torero comprobó lo exigente de esta afición que, cuando exige, lo hace de verdad, lo mismo que cuando se entrega.
La polémica llegó en el quinto, el único cinqueño del encierro, alto de agujas y manso de solemnidad en los dos primeros tercios.
En la muleta fue un toro noble que se prestó aunque se vino a menos. Al principio, Roca Rey firmó series de buen concepto, ligaba porque le dejaba la muleta puesta en la cara y el animal repetía por abajo. Al natural la faena perdió interés porque se quedaba corto el burel, le perdía pasos y se esfumó la ligazón. Sonaron palmas de tango ante la faena a menos y Roca Rey recurrió a un arrimón en los medios. Tres pinchazos y estocada. Y la polémica se enseñoreó de la plaza, dos avisos, el toro barbeaba las tablas, se tragaba la muerte y en el mismo instante que doblaba sonó el tercero.
Antes Roca Rey cuajó al tercero, un toro muy serio, amplio por delante y muy astifino, al que recibió por delantales. A Roca le falta expresión, indudablemente. El astado hizo una faena muy discreta en el caballo.
Inició su faena por alto, firme. Faena mandona, primero en redondo con la derecha, el animal transmitía y seguía la muleta con celo y entrega, ajuste del peruano. Series muy rematadas. Al natural, la labor del torero bajó en intensidad pues al condeso le costaba más por ese pitón. Vuelta a la diestra con las mismas pautas, un toro al que había que llevar y Roca lo llevó. Bernadinas finales muy ajustadas. Estocada, el toro se tragaba la muerte y sonaron dos avisos antes de un descabello y que el animal se echara. Petición minoritaria de oreja que el presidente no atendió.
Confirma su alternativa Jorge Martínez
El resto de la corrida tuvo mucha menos historia. Confirmó la alternativa Jorge Martínez, torero murciano de clásico concepto, y no estuvo la tarde para él.
El toro que abrió el festejo, el de la ceremonia, era grande, con cuajo y pitones. 595 kilos de toro. No se desplazó en el capote, derribó al piquero y volteó a Jorge Martínez al salir del caballo. Toro con poder, cogió en un arreón a Cayetano, lo arrastró y le pegó un palizón. Era un astado con sentido y poder.
Llegó a la muleta punteando el engaño, se movía pero era un toro desclasado. Bien colocado el confirmante, intentaba subsanar ese defecto de lo deslucido del remate del muletazo. Al natural todavía peor, salía distraído. Toro sin opciones.
En cuarto lugar saltó el que iba a ser sexto porque Cayetano estaba en la enfermería y lo iba a matar Jorge Martínez. Era un animal muy serio por delante, amplio de sienes y muy astifino, burraco, bonito de hechuras.
Comenzó la faena por alto aliviando al animal. Tenía nobleza pero embestía un punto rebrincado por lo justo que andaba de fortaleza. Le faltaba transmisión. Faena larga por ambos pitones entre la indiferencian de la plaza, bien estructurada pero el toro, aparte de su dulzura, no decía nada.
Cayetano salió de la enfermería, se dolía del cuello, para matar el segundo. Era un astado serio, acucharado de cuerna, con cuajo. Metió bien la cara en el capote del torero y manseó en el caballo.
Inició la faena de rodillas junto a tablas, en los terrenos de sol. Al segundo muletazo se le quedó corto y tuvo que tomar el olivo. Muletazos de castigo, aspereza del animal. Al natural, el burel tomaba bien la muleta, iba largo, le perdía pasos. Volvió a la diestra, era un animal de mucho llevar que no quería nada por alto, pues derrotaba. Cortó Cayetano la faena, postreros doblones. Un toro que cambió a mejor y tuvo cierta nobleza por el pitón izquierdo.
El sexto era un animal grandón, 610 kilos de toro. Salió Cayetano de la enfermería para lidiarlo. Un toro amplio de pitones y enmorrillado.
Atragantón de Joselito Rus, que estaba lidiando, el toro se fue al bulto desdentendido del capote.
Pases de tanteo, en redondo, blandura y sosería del animal. Al natural, Cayetano lo llevaba despegado y así ya se pueden dar pases, que no llegan al tendido. Faena insulsa.
FICHA DEL FESTEJO.- 6 toros de Conde de Mayalde, cinqueño el 5°. Se movió sin clase y con aspereza el 1°; noble por pitón izquierdo eñ 2°; encastado el 3°; muy noble pero de poca transmisión el 4°; manso pero noble el 5°; noble pero justo de fuerzas el 6°. Pesos: 595, 554, 550, 540, 580 y 610 kilos.
Cayetano, de nazareno y oro. Estocada y descabello (Silencio); estocada (Silencio).
Roca Rey, de azul azafata y oro. Estocada, descabello y se echó (Leve petición y palmas tras dos avisos); tres pinchazos y estocada (Tres pinchazos, estocada y tres avisos. Pitos).
Jorge Martínez, que confirmaba la alternativa, de blanco y oro. Estocada (Silencio); Estocada (Silencio tras aviso)
Plaza de Toros de Madrid. Lleno de “No hay billetes”.
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