Cuarta de la Feria de San Isidro: Tres novilleros causaron buena impresión
Los tres aspirantes de esta novillada, con sus claros y sombras, han dicho que hay que esperarlos.
Los tres novilleros hacían su presentación en Madrid y no es fácil que luzcan sus virtudes en una plaza, por su importancia, tan exigente. Hay que tener mucho oficio, lo que no es normal ni exigilble, tal y como está hoy el toreo, pues se dan muy pocas novilladas y el rodaje con el que llegan a Madrid no es el óptimo. Pero los de esta novillada, con sus claros y sombras, sí que han dicho que hay que esperarlos.
Los tres novilleros lidiaron un encierro de Montealto, que proviene de El Montecillo, sangre Domecq, variado y con muchos matices e interés, en una tarde en la que el viento hizo de las suyas, lo que, además de dificultades, impuso unos terrenos que no fueron los óptimos
Encabezó en paseíllo Diego Bastos. Bonito el novillo que abrió el festejo, acapachado, enseñaba las puntas, serio. Sin acabar de centrarse en el capote de su lidiador. Una primera vara, se fue al relance y apretó con clase, tardeó en la segunda y se dio una costalada a la salida del caballo.
Brindis al público del sevillano, que comenzó su faena por ayudados por alto, tal vez no lo mejor para un novillo que embestía vibrante. En el tercio, bien el de Montealto, era un novillo encastado que pedía mando, faena muy poco asentada, algún desarme, a peor el novillo, fue sacando aspereza y derrotaba. Murió en los medios.
Bonito el segundo, enseñaba las puntas. No humillaba en las primeras verónicas de Neck Romero, pero dio con la solución: siguió los lances con la rodilla genuflexa. Pelea de manso ante el picador.
Brindis al público e inicio de faena muy a modo, por abajo, llevaba al animal hacia delante. Entre las rayas, soplaba fuerte el aire, buen concepto del toreo de este torero, citaba con la muleta por delante y llevaba al burel por abajo. Al natural, no era fácil el novillo, que era bueno pero se descomponía y derrotaba si tocaba la tela. Vuelta al pitón derecho y tanda meritoria, limpia y por abajo. Manoletinas finales. Listo este valenciano, que piensa en la cara del novillo.
Bien hecho el tercero, serio por delante. Verónicas de Samuel Navalón bien trazadas. Dos puyacitos, justito de fuerzas. Quite de Navalón por chicuelinas, buen manejo con el capote.
Brindis al público. Inició la faena desde el tercio, las dos rodillas en tierra, intercalando un pase por la espalda. Nada mejoraba eso al burel. En redondo, una primera serie aceleradilla y dos más templadas. Muy buen novillo, bravo y enclasado, se desplazaba, tenía fijeza aunque andaba justito de fortaleza. Una tanda al natural y otra a media altura. Bernadinas finales muy ajustadas que desataron los aplausos. Con un concepto clásico del toreo y con sentido del temple. Fuerte petición. Estuvo bien pero podía haber estado mejor.
Más toros que novillos
Con cuajo y hechuras de toro el cuarto, amplio de testuz. Soseaba en el capote de Diego Bastos. No humillaba y no se empleó en el caballo.
Por abajo, con la muleta por delante lo llevaba el torero. Rebrincado el de Montealto, se movía sin clase. Firme el novillero, embestida deslucida porque tenía un mal final del muletazo, salía con la cara alta. Mejor Diego Bastos que ante su primer novillo, por encima de él, ligando las series y afrontando esa embestida sin entrega. Manoletinas finales.
El quinto también era más toro que novillo, abierto por delante, serio. Dos verónicas de Nek Romero rodilla en tierra, abanto el animal. Discreto el comportamiento en el caballo.
Inicio de faena heterodoxo, muy cerrado, en terreno de tablas, con pases por alto, intercalándolos por la espalda. Eso no era bueno ni ortodoxo. Siguió en redondo y llevaba al animal muy por abajo, muletazos de arriba a abajo, buen trazo, muy exigente el torero, molestado por el aire. Un novillo que no regalaba las embestidas y que confirmaba ese aserto tan verdadero de que a los toros se les puede por abajo. Bien este joven valenciano, valiente con la espada. Comenzó a llover, el público abandonó los tendidos y no hubo petición.
A porta gayola se fue Samuel Navalón a recibir al sexto. Abanto el novillo, al que tuvo que lancear en el tercio. Era un utrero serio, como sus hermanos, amplio por delante y acapachado, que se comportó discretamente ante el piquero. Esperaba y cortaba en banderillas, muy orientado el animal, tercio muy laborioso.
Por estatuarios dio comienzo a su faena el de Albacete, para seguir en redondo. Los novilleros suelen llevar hecho, pensados y repensados estos comienzos de faena. Ya tendrán tiempo para entender que a los toros hay que enseñarlos a embestir. En el cite daba el pecho y al novillo había que llevarlo enganchado, era de mucho llevar. Faena larga y exigente, el novillo nunca renunció a seguir el engaño, en la que fue una faena intermitente.
Como uno decía, a los novilleros hay que esperarlos, darles un margen de confianza. Cierto oficio y buenas maneras han demostrados los tres. El mejor lote se lo ha llevafo Samuel Navalón. Y el festejo contó con una muy buena entrada de público.
FICHA DEL FESTEJO.- 6 novillos de Montealto, desiguales de cuajo mas bien presentados. Encastado y exigente el 1°; manejable el 2°; bravo y enclasado el 3°; se movió sin clase el 4°; a mejor el 5°, que embistió por abajo; noble el 6°. Pesos: 505, 498, 499, 518, 509 y 492 kilos.
Diego Bastos, de añil y azabache. Estocada (Silencio); estocada (Silencio)
Nek Romero, de negro y azabache. Dos pinchazos, hondo el segundo, y dos descabellos (Silencio tras aviso); estocada (Ovación con saludos).
Samuel Navalón, de corinto y oro. Estocada trasera (Fuerte petición y vuelta tras aviso); estocada atravesada y tres descabellos (Silencio tras dos avisos).
Plaza de Toros de Las Ventas, casi dos tercios de plaza cubierta.
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