
El aroma, el nuevo arquitecto de nuestros espacios
El odotipo se ha convertido en la nueva magia de la costura y el estilo españoles
El sentido del olfato es, tal vez, el sentido más enigmático y, sin embargo, el más íntimo de todos. No se le rinde la veneración que merecen (como la vista o el oído), pero su poder es secreto y absoluto. Un aroma puede abrir las puertas de la memoria con más precisión que cualquier imagen o melodía. En la fragancia de una flor, en la tibia humedad de la tierra recién llovida o en el perfume que se despliega en la brisa al atardecer, yace la esencia de momentos que creíamos perdidos.
Cuando asistimos al desfile de Costura de Fabio Encinar, o a la cena de Gala de Casa Ecuador en España. Los claveles y las rosas nos embargaban los sentidos. Su aroma, no solo su presencia, formaba parte de la arquitectura invisible de nuestra experiencia. Y comentaba con los fundadores de “The Aroma Trace”, firma revolucionaria fundada en España en 2006, cómo se crea una identidad aromática. Porque los aromas nos envuelven sin que seamos del todo conscientes; transformando lo cotidiano en algo extraordinario.
La fragancia de una rosa o un jazmín evoca amores y recuerdos lejanos. El sutil aroma del pan recién horneado recuerda el calor de un hogar en la infancia. En ellos reside la capacidad de transportarnos. Más allá del presente. Abriendo umbrales hacia otras dimensiones del tiempo y del recuerdo. Tanto como la música, los colores o más.
Entre rosas y claveles, Mar Flores, Raquel Sánchez Silva, Mariola Orellana, Lulu Figueroa, Nuria Roca y Paula Vázquez. En el Hotel Santo Mauro. Las creaciones de Encinar destacaban; a la par que el aroma y la música. Como a Marta Sánchez le embriagó Casa Ecuador desde el minuto que llegó al palacete neogótico de Madrid.
En un mundo de estímulos visuales y auditivos. Aprender a disfrutar de este sentido es recuperar algo; una dimensión perdida de la existencia. Aferrarse a la vida. Sumergirse en la sinfonía de esencias. Permitirse ser transformado. “La belleza del aroma es un arte”. Que nos susurra que la belleza está en lo fugaz. Y en lo invisible”, dixit Maxi Iannini.
Los aromas: los nuevos guardianes de la memoria y la emoción
Mientras Amaral cantaba bajo la lluvia fuera del Palacio del Hotel Santo Mauro; nos devolvía a las calles de la adolescencia. Nuestros sentidos vibraban con nuestros aromas. El olfato está ligado al sistema límbico. La región del cerebro que procesa emociones y recuerdos. Esta conexión explica su poder evocador. Un aroma puede transportarnos en un instante. A un momento olvidado de la infancia. O despertar una oleada de nostalgia y felicidad.
Diversos estudios han demostrado su impacto. Los recuerdos activados por olores son intensos y emocionales. Esta filosofía inspiró la creación de The Aroma Trace. En Málaga, allá por 2006. Sus creadores exploraron este sentido en toda su amplitud. Cientos de pasajes literarios y tinta de periódico. Literatura por doquier. El perfume va en nuestro ADN, inspira nuestra historia. Con un análisis sincero en psicología, su CEO Maxi Iannini, nos explica su impacto.

La aromaterapia ha aprovechado este vínculo. Para influir en el estado de ánimo. Fragancias como la lavanda inducen relajación. Los cítricos estimulan la energía y la concentración. Esta
interrelación dio lugar a una disciplina, la arquitectura sensorial. Que explora cómo los aromas modelan espacios y experiencias. Enriqueciendo nuestra percepción del mundo.
Odotipo
En los últimos años, muchas marcas han reconocido su poder. El poder del olfato. Y han desarrollado su identidad olfativa. Conocida como odotipo. Sin embargo, la revolución viene con The Aroma Trace. Esta firma crea distintivos únicos y cuidadosamente diseñados. Representan marcas y espacios especiales. Aeropuertos, hoteles y experiencias de compra. Como la cadena Hyatt. Todo a través del aroma.
Empresas de lujo, hoteles y aeropuertos usan esta estrategia. Enriquecen la experiencia sensorial de sus clientes. Como el aeropuerto de Málaga. Los lobbies de Hyatt implementan fragancias exclusivas. Generan una identidad sensorial exclusiva. Estos aromas refuerzan la identidad de la marca. También fomentan la fidelización del cliente.

Asocian el olor con una experiencia placentera y memorable. En el ámbito comercial, los odotipos influyen significativamente en el comportamiento del consumidor.
Numerosos estudios han demostrado su impacto. Un ambiente aromatizado prolonga la permanencia en una tienda; por lo que aumenta las ventas.
El marketing olfativo ha evolucionado. Es una herramienta clave para diferenciarse en mercados saturados. Establece una conexión emocional única. A través del sentido más evocador, el olfato.
Arquitectura sensorial
Maxi Iannini, fundador de la empresa española referencia The Aroma Trace. Nos cuenta como la arquitectura sensorial integra los sentidos en el diseño de espacios: “Transformando la percepción y la experiencia”. Dentro de esta corriente, el olfato es fundamental. Los aromas influyen en el estado de ánimo. Afectan la percepción y la memoria emocional.
Más allá de lo visual, la arquitectura sensorial estudia como las fragancias potencian la experiencia espacial. Con una selección adecuada, se crean ambientes. Transmiten calma, estimulan la concentración o refuerzan la identidad de un lugar. Esta disciplina enriquece la experiencia del usuario. Diseña entornos humanos y significativos. Donde los elementos sensoriales armonizan y provocan recuerdos duraderos.

La arquitectura sensorial trasciende lo estético. Redefine la relación entre los espacios y las personas. Convierte entornos en escenarios vivos. Que dialogan con la memoria y las emociones.
Impacto del olfato en la experiencia de la vida
El olfato moldea nuestras emociones y recuerdos. Y transforma cómo experimentamos los espacios. Un entorno puede parecer acogedor o sofisticado. Dependiendo de los aromas que lo impregnen. Los aromas adecuados inducen calma. Estimulan la concentración o evocan exclusividad. Son una herramienta poderosa. Influyen en la experiencia y el bienestar.
En hospitales y clínicas, la aromatización reduce la ansiedad. Promueve un ambiente de serenidad. La tecnología ha desarrollado sistemas inteligentes. Capaces de programar y controlar fragancias de manera precisa. Mejorando la experiencia de vida.

“En resumen, ya no podemos vivir sin el aroma positivo que nos despierta sentidos y nos hace soñar, generando un entorno nuevo o atizando nuestra memoria... ¿quién no se ha sentido embriagado por el aroma de lino o lluvia de primavera?” concluye el Iannini.
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