Un año sin Carmen Sevilla: Los inicios y verdaderos amores
La figura de la actriz y cantante Carmen Sevilla marcó un antes y un después en la cultura y la sociedad española.
Hace exactamente un año, nuestro país despedía a uno de sus personajes más queridos: Carmen Sevilla. La actriz y cantante fallecía el 27 de junio de 2023 a los 92 años, tras varios años de lucha contra su alzhéimer que le hacía olvidar que fue una de las 'grandes' y lo que representó para muchas generaciones de españoles.
Unos días antes de su llorada muerte, la andaluza se encontraba ingresada en el Hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Desde el primer momento, su único hijo, Augusto Algueró Jr., no quiso que se trasladasen a los medios datos sobre lo que ocurría con su madre, aunque en el ánimo de todos estaba que nos encontrábamos antes los últimos momentos de la mítica actriz.
Los rumores sobre la salud de Carmen Sevilla llegaban cada cierto tiempo a los medios y hasta muchos anunciaron erróneamente su muerte cuando estaba a punto de celebrar su 90 cumpleaños. Puede que el hermetismo de su hijo no favoreciera, pero no le faltaba razón cuando velaba por que la última imagen de su madre fuera de cuando aún era una artista y que ese recuerdo fuese el que perdurase en la memoria de todos. Él y el gran amigo de Carmen Sevilla, Moncho Ferrer, eran los únicos autorizados para visitarla.
En el aniversario de su muerte recordamos lo que supuso la figura de Carmen Sevilla para la historia de nuestra cultura y nuestra televisión. Además, elcierredigital.com publicará, en una inminente serie, los audios inéditos de su vida contada por ella misma a la locutora Encarna Sánchez. Su biografía pública recorre siete décadas de la vida española. Del cine de la posguerra —que acompañó a las generaciones del hambre— y la represión, al desarrollismo de los 60, el rupturismo de los 70 y la explosión multimedia de los 90 y los primeros años del siglo XXI.
No le agradaba el término tonadillera y no le faltaba razón. Como le gustaba repetir, ella no era "una cantante que hacía cine" sino "una actriz que de vez en cuando canta". Así lo relataba el redactor David González, hace justo un año, entre las líneas de elcierredigital.com.
Sus inicios
Carmen García Galisteo nació en Sevilla el 16 de octubre de 1930, en el seno de una familia culta y acomodada. Su abuelo paterno dirigió un periódico satírico y su padre, Antonio García Padilla, además de notario en sus ratos libres escribía obritas de teatro y canciones para Estrellita Castro.
En su historia no hay anécdotas relacionadas con el hambre, la necesidad o la educación sentimental en la cultura popular de la calle. Tal vez por eso tuvo un punto un tanto más cosmopolita que sus compañeras de generación, como Paquita Rico o Juanita Reina. Sin llegar, claro, al punto exótico de Sara Montiel.
Estrella internacional de cine
Los aspectos de folklore sólo fueron un punto de su trayectoria. De sus más de 80 películas, solo unas diez podrían considerarse dentro del género del musical folklórico. Con 15 años debutó como bailarina, amadrinada por Estrellita Castro. Su padre no quería de ninguna manera que su hija se metiera a artista.
La Castro le puso las cosas claras al señor García: “Mire usté, si su hija quiere ser una puta lo va a ser en un escenario o en una oficina”. Así las cosas, la niña hizo carrera. Tres años después ya era la estrella de una de las producciones más importantes del cine de la época, Jalisco canta en Sevilla, protagonizada por la estrella mexicana Jorge Negrete. De la noche a la mañana se hizo popular en España y en América.
Carmen Sevilla - Carmen de España
Pronto su fama fue unida a coproducciones con Argentina y México y cruzó lo que parecía un Rubicón inaccesible para la España de Franco, los Pirineos. Lo hizo de la mano de Luis Mariano, el único tenor con mallas que nunca diera el País Vasco, y que en Francia era toda una institución. Juntos hicieron tres películas que se convirtieron en clásicos y tras su ruptura profesional intentó hacer por Lolita Sevilla y Paquita Rico lo mismo que con Carmen, la internacionalidad.
Después de Luis Mariano lo suyo fue imparable. Rodó varios filmes en Francia, incluso con el indigesto humorista local Fernandel. En Italia, Vittorio de Sica la eligió para sustituir ni más ni menos que a Sofía Loren y a Gina Lollobrigida en la saga Pan, amor y… Con el tiempo era normal que Hollywood llamara a su puerta.
La Paramount firmó un contrato con ella y rodó varios títulos, que no pasarán a la historia del cine, como Rey de Reyes (1961) donde hizo de María Magdalena. Su paso por la meca del cine le sirvió para codearse con Frank Sinatra, Cary Grant o Ricardo Montalbán. Se resarció años más tarde, ya en su madurez, cuando hizo de la Octavia de Shakespeare en la adaptación que dirigió y protagonizó Charlton Heston en 1971 de Marco Antonio y Cleopatra.
El destape y el nuevo cine español
Ya en los últimos años del franquismo Carmen protagonizó cintas con dobles versiones en las que en España sólo se insinuaba y en el extranjero se mostraban los desnudos completos. Son años en los que, además, rodó con cineastas de renombre (Eloy de la Iglesia, Pedro Olea, Gonzalo Suárez, José María Forqué) y la crítica descubrió otras facetas de su talento.
La Sevilla durante años no quiso hablar mucho de sus desnudos e incluso aseguraba que no habían sido tales. En otras ocasiones aseguraba que se trataban de un "sí, pero no". Lo cierto es que en cintas como Terapia al desnudo, La loba y la paloma o La cera virgen, Carmen cumplió la fantasía de muchos espectadores de ver sin ropa a uno de los grandes sex-symbol patrios. En 1978 se retiró tras rodar Rostros (1978) junto a Bárbara Rey. Lo hizo por el amor de su vida, el que sería su segundo marido, Vicente Patuel.
Dos maridos y muchos pretendientes
En las memorias que le dictó a Carlos Herrera en 2005 aseguró que se arrepentía de haber sido tan “decente”. En dicho libro repasaba todos los posibles amores y pretendientes que tuvo y que, influenciada por su devoción religiosa, rechazó. Yul Bryner se enamoró de ella cuando la conoció en una fiesta organizada por su amiga Lola Flores. Cantinflas en México le regaló un portentoso zafiro, pero Lola Flores le obligó a devolverlo. “Si lo aceptas ya sabes lo que va a querer a cambio”, le dijo muy acertadamente ‘La Faraona’.
Carmen Sevilla y Luis Mariano Clip de la película Violetas Imperiales
Más improbable fue su supuesto affaire con Luis Mariano que, seguramente, estaría más interesado en cualquier bailaor del conjunto que en nuestra estrella. Sin embargo, Carmen aseguraba en sus citadas memorias que le pidió en matrimonio y le rechazó por ser homosexual y, a renglón seguido, aseguraba que siempre se arrepintió ya que habría sido el mejor marido posible.
No en vano estaba escarmentada. Su primer novio había sido el torero mexicano Carlos Arruza, que la obligó a elegir entre él y el cine. Evidentemente, ella eligió convertirse en una estrella. En 1961 se casó en la catedral de Zaragoza con Augusto Algeró, compositor oficioso de la España del desarrollismo. Con él sería madre y conoció el martirio de las infidelidades del compositor catalán.
La modelo de Brandy, una Miss España y alguna actriz popular como Ornella Mutti habían sido las terceras en discordia del matrimonio entre la actriz andaluza y el compositor catalán en otras ocasiones, pero el protagonismo del romance de Algueró y Blanca Estrada en las revistas del corazón de 1974, hicieron que Carmen pusiera pie en pared.
Carmen Sevilla boda
El compositor y la aspirante a estrella compartieron casa durante un tiempo e hicieron escapadas a la Costa Azul de Francia que fueron puntualmente recogidas por los semanarios rosas del momento. Sin embargo, la relación duró poco tiempo y tras su ruptura Algueró mantuvo un romance con una rubia que atendía al nombre de Gloria Fernández. Fue otra relación breve, previa a su historia de amor con Mariví Dominguín, que se mantuvo hasta 1980.
Según contó el periodista Manuel Román en Libertad Digital, la historia de amor entre Blanca Estrada y Augusto Algueró acabó cuando él le dio a alegir a ella entre seguir con su carrera o retirarse para estar juntos. Blanca Estrada escogió seguir en el cine.
Por su parte, Carmen Sevilla, en las memorias que le dictó a Carlos Herrera en 2005, asegura que tras romper con la Estrada su todavía marido intentó volver con ella, pero decidió mantenerse firme en su decisión.
Luego llegó Vicente Patuel, con el que se unió en 1984 y se retiró a una finca en Extremadura. La imagen de una Carmen entrada en carnes y en plan campestre sorprendió a muchos y se hizo fija en las revistas del colorín. El sex symbol casi sin solución de continuidad dio el salto a convertirse en una abuelita entrañable.
Vuelta a la fama gracias al "cuponcito"
En los primeros noventa fue reclamada por Telecinco para presentar el sorteo del Telecupón. Un programa que aparentemente no tenía ningún interés se convirtió en todo un show televisivo gracias a la personalidad de Carmen Sevilla, que pareció encontrar su medio ideal.
Sus meteduras de pata continuas la acercaron al espectador medio, aunque siempre quedó la duda de si la mayoría de sus actins estaban o no preparados. De la ‘cadena amiga’ saltó a Antena 3 y de ahí a Canal Sur y, por último, a Televisión Española protagonizando una guerra con José Manuel Parada, que la acusó de haber actuado de mala fe para arrebatarle el puesto. En 2010 se retiró de las pantallas y en 2012 se confirmó el problema de salud con el que ha convivido hasta el final de sus días.
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