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Un grupo de actores en el escenario tomados de la mano durante una reverencia al final de una obra de teatro.
CULTURA

El actor José Maria Pou consagra “El Padre” en el Teatro Bellas Artes de Madrid

Javier López-Galiacho, presidente de Amithe y académico, analiza la última obra del intérprete catalán.

Volvimos al Bellas Artes madrileño, ese pequeño templo teatral que fue de José Tamayo, ahora en manos de  Jesús Cimarro. Tamayo es un nombre clave del teatro español del siglo XX, hoy olvidado si no fuera porque en la entrada al angosto patio de butacas del Bellas Artes una gran foto de Gyenes recuerda el estreno en 1967 de “Divinas palabras” de Valle Inclán, que montó Tamayo. Y una plaquita de latón oscurecida, que lo recuerda, aunque el gentío, como el día de Pou, pasan de largo. Un país de olvidos.

Teníamos ganas de ver este montaje que ha triunfado por España con producción del Teatro Romea de Barcelona, y además como uno de los acontecimientos teatrales del año. En 2016 ya vimos en este espacio al grandísimo actor argentino Hector Alterio, encarnar con solvencia y nota alta este mismo papel de hombre en la frontera para entrar en la nada mental.

Personas en el escenario tomadas de la mano, dos de ellas con ropa blanca, una con pijama azul y otra con vestido rojo.
Parte del reparto de 'El Padre'. | El Cierre Digital

Y deseamos volver a ver este montaje, ya conocido, porque José Maria Pou es uno de los grandes actores de España. Para mi está en un podio junto a Carlos Hipólito, Manuel Galiana, El Brujo, y Emilio Gutiérrez Caba.

Antes de pandemia, vimos bordar a Pou el papel de Seneca en el Teatro romano de Mérida. El actor catalán forma parte de una generación de actores a punto de extinguirse. Curtido en tablas de teatros a punto de caerse, dejándose las suelas de los zapatos en los hundidos tablones de esos escenarios de dios. Aprendiendo el oficio, no en escuelas, sino ante actores como  Bódalo, Escuer, Rodero, Marín, José Vivó, Tomás Blanco, Prendes, Lemos, etc.

Tantas veces placeado este gran Pou, como cuerpo y como actor, en esos estudios1 de TVE de los directores Pedro Amalio López o Gustavo Pérez Puig, donde siendo segundo aprendió todo el oficio para llegar a ser uno de los primeros de hoy.

Personas tomadas de la mano en el escenario después de una obra de teatro.
Parte del reparto de 'El Padre'. | El Cierre Digital

José María Pou consagra 'El Padre' en el Bellas Artes 

En este “Padre” actual, José María Pou da un recital de interpretación con un texto al que le falta más claridad, más resolución de lo que plantea, y donde le sobra alguna parte del elenco. Por lo menos de la mitad. Porque nos liamos como espectadores. Y en ese elenco destaca para mí un actor tan sólido y formado en el teatro clásico como Jorge Kent al que admiramos en un estupendo Macbeth la noche del nevazo de la “filomena”.

Confieso que toda la obra estuve pendiente de la voz, de los gestos, de los movimientos de Pou, de su recitación sin un fallo, de su característico engolamiento de voz, fruto del teatro en verso.

El argumento de la obra te da a entender que o el padre ha perdido la cabeza o esos hijos modernos desean y hacen todo lo que pueden para apartarlos en esas residencias de ancianos,llevarse el piso y que el viejo no moleste. Aparcaderos de hombres y mujeres que lo dieron todo por España y que ahora les pagamos así.

No se pierdan a Pou. Ya tiene una edad. El otro día discutía con otro buen aficionado si la obra vale mucho o no. Y le dije que se fijara en José María Pou, lo demás (texto, montaje, elenco etc.) es accesorio. Representa el mejor teatro. Un arte actoral, el de llenar el escenario, del que el catalán es uno de los últimos mohicanos.

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