100 años de Lola Flores: Lo desconocido de una de las mayores artistas del siglo XX
La coplera falleció el 15 de mayo de 1995 a los 72 años.
“No canta, no baila, pero no se la pierdan”, aseguran que publicó el New York Times cuando Lola Flores actuó en el emblemático Madison Square Garden. Esta crítica forma parte del imaginario colectivo que pertenece al universo de La Faraona, como así la bautizó el dueño de la sala Capri de Ciudad de México. Durante la presentación de 'Lola' (Movistar+) en la XIII del Festival de Televisión de VItoria (FesTVal), la primogénita de la artista y de Antonio Gómez El Pescaílla negó la mayor. Vamos, que aquella crítica no existió.
Ahora que se han cumplido cien años del nacimiento de una de las mayores artistas del siglo XX, son varios los familiares y amigos que aún la recuerdan con cariño. Su hermana Carmen Flores, afincada en Valencia en el piso que le regaló su hijo Quique -exjugador de fútbol y actual entrenador del Getafe- ha comentado que “recuerdo que lo de ‘No, canta, no baila, pero no se la pierda’ fue la forma en que el New York Times la anunció en el Madison Square Garden”.
Obviamente, la artista que es una auténtica diosa en Buenos Aires -el teatro Avenida siempre estaba a reventar- mientras aquí no se le ha dado el mérito y reconocimiento que merece, nos confiesa que “fue la mejor hermana, hija, madre y abuela del mundo, siempre estaba disponible para lo que necesitaras, no tenía envidia de nadie y me daba muy buenos consejos. La sigo echando de menos y cada día le pienso y le hablo”.
Bata de cola y fútbol
Desde su casa andaluza, al veterano modisto Toni Benítez prácticamente se le quiebra la voz al recordar a su amiga, habla con orgullo y todavía conserva la cruz de turquesas que la artista de ‘Ay pena, penita, pena' le regaló. Entre risas, narra una de las muchas anécdotas que vivió con ella: “cuando estaba malita acudí a que se probara un vestido y, de repente, me dijo: ‘Toni, corazón mío, te voy a decir una cosa, el día que me vaya arriba me voy a convertir en mosca’.
Durante una cena en el Puerto de Santa María justamente rondaba una mosca, le dije vente pa’ca y el resto de la gente comentó que había que matarla porque estábamos comiendo. Les contesté que de ninguna manera, que no se la tocaba porque esa era Lola que estaba conmigo. Me preguntaron si había bebido. Cada vez que hay una mosca se me posa y es mi Lola”.
Toni tiene una memoria prodigiosa. A pesar de que conoció a Lola hace siete décadas, aún se acuerda de la muñeca que creo en su honor. “Era una imitación perfecta, con sus ojos brillantes, la melena suelta, la bata de cola, la peineta… La gente solía ponerla encima de la radio, de la televisión o la cómoda. Ojalá la pudiera comprar en el Rastro”.
Otra gran amiga ha sido Encarnita Polo, a quien varias generaciones recordamos por su célebre canción Paco, Paco, Paco y por haber estado casada con el egregio compositor Adolfo Waitzman, que realizó las bandas sonoras de algunos de los clásicos del cine español más conocidos como La gran familia (1962), Atraco a las 3 (1962) y la sintonía del concurso más famoso de la televisión, ‘Un, dos, tres… responda otra vez’.
“Fue buenísimo porque nos conocimos en 1969 mientras estábamos en un hotel en Marbella con mi marido. Vino directamente a mí y me dijo: ‘Niña, ¿sabes que Pepa Bandera la cantaba yo?’ y le contesté: ‘Sí mi alma, por eso he querido hacerte un homenaje’. En cuanto se lo dije se hizo amiga mía, me recomendó los lugares a los que tenía que ir para comprar y divertirme en Marbella”. Encarnita formó parte de aquel célebre encuentro futbolístico entre las finolis y las folclóricas “donde nos divertimos muchísimo y se hizo con mucho cariño porque todo lo recaudado se destinó para ayudar a los niños más necesitados”.
La historia de 'La Faraona'
Nacida en Jerez de la Frontera el 21 de enero de 1923. Fue la primogénita de doña Rosario quien trabajaba como costurera y don Pedro alias ‘El Cominio’ 'quien era tabernero. En el local de su padre la niña empezó a hacerse muy popular en la zona porque cantaba canciones de sus ídolos, Estrellita Castro y Concha Piquer. Durante las décadas de los treinta se hacía llamar Lolita Flores Imperio de Jerez. Debutó profesionalmente con el espectáculo Luces de España en el teatro Villamarta de Jerez y cuando actuó en Zambra en 1943, se enamoró de Manolo Caracol, con quien formó compañía durante ocho años.
Cuando rompieron la relación amorosa y profesional en 1951, el productor Cesáreo González al frente de su compañía Suevia Films -CIFESA cayó en el olvido- le ofreció un contrato de 6 millones de pesetas. Una auténtica fortuna para la época. En el recuerdo están Pena, penita, pena (1953), María de la O (1958) o El balcón de la luna (1962), junto a sus queridísimas amigas Carmen Sevilla y Paquita Rico.
Sin embargo, el primero que le dio la primera oportunidad en la gran pantalla fue a principios de la década de los cuarenta.El director Fernando Mignoni en Martingala le dio 8.000 pesetas. Con la llegada del destape se retiró del cine. Antes de que llegara ese momento, Lola también rodó en México, donde se convirtió en un mitó. Allí fraguó su amistad con María Félixa, Lola Beltrán y Cantinflas. “Lo que emanaba de la pantalla no se puede describir. Era fuego, pasión, ternura, garra”, apostilla el escritor José Aguilar, uno de los grandes expertos con respecto a nuestro cine patrio.
En España tenemos el orgullo de que existan figuras como María Rosa, que conoció a 'La Faraona' en 1948 cuando vio el espectáculo Galas Juveniles en el que participaba María Rosa, cuyo arte le llevó a vivir durante veinte meses en Hollywood codeándose con grandes estrellas como Yvonne de Carlo.
“Como artista era genial, la mejor que hemos tenido. Bailaba muy bien, movía la bata de cola como nadie y tenía una personalidad única. Fue gran amiga de sus amigos, una madre maravillosa y muy generosa. Otra gran personalidad es La Chunga, que no tiene reparos en decir que “Lola y Carmen Amaya -su prima- han sido las mejores del espectáculo”. Y añade que “pasamos momentos muy agradables porque era tremendamente divertida. Es una bendición que aún se la recuerde”.
Casada con Antonio González ‘El Pescaílla’ en 1957, la estrella parió tres grandes artistas, Lolita , Antonio y Rosario.Son inolvidables los shows que todos los Flores protagonizaron juntos, especialmente aquel homenaje a Julio Iglesias. Es cierto que solo se casó una vez, pero a amoríos no le ganaba nadie. Al anticuario Adolfo Arenaza le vendió su virginidad por 50.000 pesetas para ayudar a sus padres, con el guitarrista Niño Ricardo abortó de forma clandestina, con el futbolista Gerardo Coque se enamoró tan hasta las trancas que a punto estuvieron de pasar por la vicaría y ya casada con Antonio tuvo una relación furtiva prolongada con el artista Antonio Carrasco ‘El Junco’.
Después de tres décadas arrastrando un cáncer de mama del que muy poca gente tenía constancia de la gravedad, 'La Faraona' falleció el 16 de mayo de 1995 en su casa de El Lerele en la urbanización de La Moraleja en los brazos de su fiel secretaria, Carmen Mateos. Catorce días después también murió Antonio Flores a los 33 años.
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