17 de junio de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

El escritor Javier Castillo reveló que "grandes y pequeños escritores que venden decenas de miles de libros, apenas llegan a final de mes"

El mercado de los libros en España, en caída: Cierre de editoriales y aumento del precio del papel

El escritor Javier Castillo con dos de sus obras en la sede de Netflix.
El escritor Javier Castillo con dos de sus obras en la sede de Netflix.
El escritor Javier Castillo publicó en su cuenta de X un ‘post’ en el que denunciaba, tal y como él indicó que quería expresar, el reparto de derechos que reciben los autores por parte de las obras que van a parar a las bibliotecas. Una polémica publicación que no solo ha hecho surgir el debate sobre la importancia de las bibliotecas, sino sobre la situación del mercado editorial en España. Desde elcierredigital.com analizamos sus claves.

Javier Castillo es el autor de best sellers tan conocidos como ‘El juego del alma’ o ‘La chica de nieve’, este último adaptado en formato miniserie para Netflix. En los últimos dos años y medio, según apunta el medio Diario Sur, ha vendido más de un millón de libros solo en España. Ya había vendido otro millón de ejemplares hasta noviembre de 2020. De hecho, las dos novelas mencionadas anteriormente, serán traducidas al inglés y publicadas en Estados Unidos. Algo que el propio autor declaró como “uno de esos pasos casi imposibles para los autores europeos”.

Todo esto quiere decir no solo que Javier Castillo tiene éxito sino que, probablemente, sea uno de los pocos escritores españoles que puede dedicarse a vivir de sus obras. Algo que, tal y como dejó en claro el informe ‘El libro blanco del escritor’, publicado por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE) en 2019, es un caso raro. Y es que, por aquel entonces se consideraba que el 77,2 por ciento de los escritores eran “pobres”. Es decir, ganaban menos de 1.000 euros al año por derechos de autor.

A pesar de la inusual posición en el sector de Javier Castillo, este decidió publicar en su cuenta de X —antiguo Twitter— su opinión sobre el porcentaje por derechos de autor que reciben los autores españoles a raíz del nombramiento de Ernest Urtasun como nuevo ministro de Cultura en España.

“Creo que es hora de hablar abiertamente de una circunstancia del mundo del libro que tendríamos que solucionar. Cada vez que tomas prestado un libro de una biblioteca, es el autor quien te lo presta GRATIS. O mejor dicho, el acceso universal a los libros que proporcionan las maravillosas bibliotecas está financiado por los autores. Grandes, pequeños, escritores que venden decenas de miles de libros o autores que apenas llegan a final de mes". Con estas palabras Castillo se manifestaba en contra de lo que más tarde tuvo que aclarar: el reparto del CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) a los autores.

La aclaración sirvió de poco: la polémica estaba servida. Aunque el autor borrara la publicación que llevó a debate, fueron muchos los usuarios que se lanzaron a defender las bibliotecas y el bien que suponen no solo para fomentar la lectura, sino para ayudar al mercado editorial español. Un tema que sale a relucir de tanto en tanto entre los autores españoles.

Los autores españoles, ¿pueden vivir de la escritura?

Lo cierto es que a nivel económico, el mercado editorial no parece decaer. Según la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), en la última década las ventas de libros en España no han hecho más que aumentar. Especialmente tras la pandemia, cuando los índices de lectura se incrementaron. El mercado que más repunte ha ganado es el de la literatura infantil y juvenil, considerada una puerta de entrada que, más adelante, crea lectores fieles.

Para promover la lectura entre los más jóvenes, desde la FGEE resaltaban el papel no solo de los autores o las propias editoriales, sino de las librerías y las bibliotecas que Castillo señalaba en su publicación. Y con un mercado al alza, ¿cuál es el problema que hace que muchos escritores se quejen de su precaria situación? El reparto de derechos.

Centrándonos exclusivamente en las editoriales tradiciones —que publican libros a los autores sin pedirles que paguen nada previamente—, los beneficios del precio de un libro en España se suelen repartir entre cinco partes: el distribuidor, las librerías, la imprenta, la editorial y el autor. El porcentaje de este último varía con respecto al contrato editorial que se firme, pero suele ser de un 10 por ciento del total. Teniendo en cuenta el precio medio de un libro en España —que ahora se podría situar en torno a los 20 euros—, para el autor esto supone dos euros por cada libro vendido.

Los que se llevan el grueso del porcentaje, normalmente, suelen ser las distribuidoras (hasta un 55 por ciento), las librerías (hasta un 45 por ciento) y la imprenta (un 20 por ciento aproximadamente). Unas cantidades que varían dependiendo de la editorial y del contrato.

Un rápido cálculo nos indica que en el supuesto de que un autor intentase ganar 2.000 euros brutos al mes solo con sus obras, tendría que vender 1.000 libros al mes. Una cifra que es complicada de alcanzar. Según el citado estudio del Libro blanco del escritor, tan solo un 6,3 por ciento de los autores españoles —denominados “consolidados”— ingresan más de 10.000 euros al año. Una cantidad que no garantiza un sueldo de más de mil euros mensuales, el salario mínimo que podría hacer que un autor viviera de la escritura.

Estantería con libros.

Desde CEDRO —entidad a la que hace alusión Javier Castillo en su rectificación— mencionan en el citado estudio que son conscientes de la situación de los escritores en España y, por ello, ofrecen una serie de ayudas además del “20 por ciento de la recaudación por préstamo público”.

Grupos editoriales, precio del papel y cierre de editoriales

Además de la complicada situación de los autores, otro aspecto a analizar es cómo se reparte el mercado español. En la actualidad, existen varios grandes grupos y otras muchas editoriales. Más grandes, más pequeñas. Especializadas. Consolidadas. De nueva creación. Independientes. La pasión por los libros mueve a muchas de ellas a lanzarse a un mercado voraz en el que, tal y como se han dado cuenta varios lectores, hay cada vez más novedades y menos tiempo para consumirlas.

El incremento de los precios de algunos libros en los últimos tiempos se debe, además, según apuntan diversas editoriales, al encarecimiento del precio del papel. Un factor que ha hecho que los ajustados márgenes de beneficio de las editoriales —que se suelen llevar, normalmente, también un 10 por ciento de la venta de cada ejemplar— se vean tan reducidos que acaben por echar el cierre.

Uno de los últimos ejemplos de editoriales que no pueden seguir con su actividad es Ediciones Freya —que afirman dejar el mercado editorial por motivos de salud de sus integrantes—, cuya web se encuentra en liquidación por cierre. Otra publicación de la editorial en X sacó a la luz que los excedentes que no se vendan suelen destruirse y abrió el debate de la importancia de donarlos a bibliotecas, asociaciones y hospitales para darles una segunda vida. Por pequeño que sea el beneficio para los autores que, como Javier Castillo, han decidido denunciar la situación, lo que ha de prevalecer es la difusión de la cultura.

COMPARTIR: