26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El reconocido tenor madrileño fue aclamado este miércoles en la Gala de la Cruz Roja en el Auditorio Nacional

Plácido Domingo desata la apoteosis en su vuelta a Madrid tras los escándalos que han marcado su vida más reciente

El Cierre Digital en
La gala de la Cruz Roja #VocesResponden" se ha convertido en la noche operística más emotiva e histórica de los últimos años con la presencia del tenor madrileño después de la persecución social y mediática a la que fue sometido por denuncias no probadas de acoso sexual ,por parte de compañeras de reparto. El público madrileño sentenció con su calurosa acogida las insidias vertidas sobre esta leyenda de la ópera.´

Llegaba este cronista a las inmediaciones del Auditorio Nacional de Música , cuando centenares de personas ya se agolpaban a la entrada del templo musical madrileño. Una ola  de aplausos y vítores acompañaron la llegada de Isabel Diaz Ayuso que , junto al presidente de la Asamblea General de la Cruz Roja, Javier Senent, presidía la Gala.

La entrada de Ayuso a la sala provocó la mayor ovación que recuerdo se haya otorgado a un político en activo en un espectáculo público.

La salida al escenario de Plácido Domingo generó la reacción del público madrileño que, ininterrumpidamente, aplaudió y braveó al Maestro durante más de ocho minutos

La noche, cargada de emociones, fue un recital operístico de altura y categoría, muy alejado de lo que se podría suponer en una gala benéfica. Un repertorio de arias y  dúos de Verdi, Donizetti, Puccini, Giordano, Cilea, etc. llevaron a la apoteosis al entendido público del Auditorio madrileño.

Todo funcionó. La orquesta Santa Cecilia bajo la expertísima batuta de Caballé Domenech cautivó a los asistentes por empastada y vibrante, alcanzado el éxito total en la versión que Caballé ofreció de la obertura de  La Forza del Destino de Guiseppe Verdi. 

El elenco escogido por Plácido para su reaparición , contó con voces destacadísimas del panorama operístico mundial, como el imponente bajo Nicholas Brownlee, que deslumbró en el aria "Come del ciel precipita de Macbeth". Sin duda es una de las voces más bellas  en  su cuerda. En su segunda intervención, asombró junto a Plácido con el dúo Màrdon le tempia del acto lll del Simón Boccanegra verdinano, donde alcanzaron cotas de porcelana en  el fraseo y entonación.

Otra gran protagonista de la noche fue la soprano uruguaya María José Siri. Su voz de lírica plena ofreció una violetta valery amplia y muy potente, a veces en exceso, que permitió a Plácido sacar todas sus dotes de artista consumado en el papel de Giorgio Germont

La velada también contó con el tenor tinerfeño Jorge de León  que cautivó al público madrileño con  su timbre cálido y lírico en el aria "Vesti la giubba" de Pagliacci de Leoncavallo, precisamente una de las arias de forza famosas del baúl de Domingo.

Ainhoa Arteta es querida por el público madrileño y así se lo hizo saber después de su recuperación del COVID. Demostró, con un timbre muy recuperado de viejas afecciones, que su voz sigue siendo maravillosa y su interpretación del aria "Pace, pace mío Dio" de La Forza del Destino fue una máster class para los jóvenes cantantes actuales.

Gala de la Cruz Roja en el Auditorio Nacional.

El maestro Domingo también se acompañó de jóvenes promesas como la argentina  Virginia Tola, quizás la menos afortunada de las artistas presentes, y la soprano valenciana Marina Monzó que demostró cualidades más que notables en su interpretación del aria "Quel guardo il cavaliere" de Don Pascuale, provocando una cerradísima ovación.

La noche tuvo sorpresas continuadas como la presencia del fabuloso guitarrista Pablo Sainz-Villegas "llamado a ser el sucesor de Andrés Segovia"  que interpretó la Gran jota de Tárrega con un sentido impresionante del ritmo y de los recursos de su instrumento.

Lucero Tena, con sus  83 soles, acompañó las bodas de Luis Alonso con sus castañuelas mágicas llenas de arte y embrujo.

Bises , bailes de salón entre Domingo y Arteta en La viuda Alegre, canciones napolitanas, todo valía ya para la fiesta de Domingo en la vuelta  a casa. 

Gala de la Cruz Roja en el Auditorio Nacional.

El público no paraba de ponerse en pie, como queriendo abrazar a ese hijo pródigo que no podía volver después de tanto tiempo. Domingo necesitaba a Madrid para recuperar su sitio en la historia de la ópera y Madrid no le defraudó. 

Después de tres horas de recital, Placido volvió a su camerino  exhausto pero feliz, muy feliz de haber vuelto  a su tierra y  a su gente.

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