27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Ese año la unión entre Isabel Pantoja y María del Monte se convirtió en el tema preferido de los programas y las revistas del corazón

Serie El Cierre Digital: 'Qué fue del verano de...': El secuestro de Publio Cordón, 1995 (XX)

Publio Cordón.
Publio Cordón.
En el verano de 1995 se comenzaron a emitir dos programas que harían historia en la televisión española: El 'Grand Prix' de Ramón García y '¿Qué me dices?', programa pionero en hacer prensa del corazón de manera ácida. En este último contexto, uno de los temas estrella fue la relación entre las tonadilleras Isabel Pantoja y María del Monte. La nota negra del año la puso el secuestro del empresario Publio Cordón a manos del grupo terrorista GRAPO.

En el verano de 1995 empezó a sonar La Macarena de Los del Río que ya se perfiló como un éxito. Sin embargo, su verdadera revelación tendría lugar un año después cuando se convirtió en todo un fenómeno internacional. En 1995 el éxito musical se lo llevó El Tiburón de Proyecto Uno. 

También se estrenó un programa televisivo que iría unido a la memoria del verano en al menos dos generaciones: el Grand Prix de Ramón García. Claro que en su primera edición aún no tenía este nombre. Se llamaba Cuando calienta el sol y aún no había incorporado el elemento más recordado y que hoy lo haría un tanto políticamente incorrecto: la vaquilla. 

Este éxito inesperado de un programa pensado para llenar la parrilla de Televisión Española no fue el único triunfo por sorpresa de la tele patria ese verano. En Telecinco apostaron por un formato novedoso, ¡Qué me dices!, un programa producido por Globomedia que rompía con la forma en la que hasta entonces se había tratado el corazón en la pequeña pantalla. El humor corrosivo de Belinda Washington y Roberto Botella 'Chapis', los encargados de conducir el espacio, se sumó al papel de unos reporteros con un punto de insolencia. Ellos iniciaron la moda de las preguntas incómodas y las persecuciones a las celebrities. El programa duró tres años en antena. 

Sin duda, el asunto que llenó horas de ese programa fue la relación entre Isabel Pantoja y María del Monte. Bajo el titular de "juegos y mimos en la playa" Diez Minutos aportaba las ya célebres imágenes de las dos folklóricas disfrutando de un verano en Cádiz. En ese momento la viuda de Paquirri formaba parte de los afectos de la periodista Encarna Sánchez. La reina de las ondas estaba enferma de cáncer y consideró esa escapada veraniega una traición que nunca perdonó a la cantante. Las personas cercanas a la locutora todavía no han olvidado la actitud de Pantoja en un momento tan delicado para la salud de Encarna. Sin embargo, al lado de María del Monte, Isabel parecía mucho más feliz y relajada, aunque el cariño entre las tonadilleras también terminó. 

El secuestro de Publio Cordón

Ese verano nos dejaron la actriz Irene Gutiérrez Caba, el aristócrata Jaime de Mora y Aragón y el escritor Julio Caro Baroja. Sin embargo, la nota de crónica negra la puso el secuestro del empresario Publio Cordón a manos del grupo terrorista GRAPO.

El 27 de junio de 1995, tres grapos secuestraban al empresario zaragozano Publio Cordón cuando hacía footing. Cuarenta días después, la familia pagaba 400 millones de rescate y los GRAPO anunciaban su liberación en Barcelona. Desde ese 17 de agosto de 1995, sin embargo, nadie ha vuelto a saber nada de Cordón. Su familia lleva más de dos décadas peleando por saber dónde están los restos del empresario.

El secuestro de Cordón es, quizá, el último gran misterio en torno a un grupo terrorista que, al menos en la vida civil, ya no existe, aunque su estructura jerarquizada se mantenga por los miembros del mismo que aún están en la cárcel.

Entre 1991 y 1995, los GRAPO se financiaban mediante secuestros de directores de sucursales bancarias y asaltos a furgones blindados. El secuestro de Cordón constituyó un nuevo giro en su estrategia. Enrique Cuadra sería el responsable de la información, del secuestro y del cobro del rescate, mientras Fernando Silva Sande dirigiría el grupo encargado de la custodia del secuestrado.

El 14 de mayo de 1995, Concepción González Rodríguez alquiló una casa en la calle Delicias de Zaragoza que sirvió de base al comando operativo, formado por Enrique Cuadra y José Ortín. En la operación participaron otros activistas cuya identidad no ha sido esclarecida judicialmente. Tras el secuestro, Publio Cordón fue trasladado a la localidad francesa de Toulouse. El industrial, ya relajado, no ofreció ninguna resistencia, según explicaría años más tarde Ortín. Posteriormente, este miembro del comando y Concepción González tomaron un tren con dirección a Narbone y, desde allí, se trasladaron a Barcelona, donde se refugiaron.

Fernando Silva Sande, miembro del GRAPO. 

Victoria Gómez y José Antonio Ramón, bajo la identidad del matrimonio Monforte, se encargaban de vigilar a Cordón en Francia. Años después se ha sabido que Cordón sólo vivió dos semanas. Intentó huir de sus secuestradores por el tejado de la vivienda, pero tropezó y murió de un fuerte golpe. Durante unas horas sus captores pensaron en llevarlo a un hospital. Fue Silva Sande quien decidió enterrarlo en Mont Ventoux cerca de Los Alpes. Esta versión del final del empresario se ha mantenido para parte los terroristas que lo secuestraron. Hasta qué punto es real es algo que, posiblemente, nunca sabremos.

A pesar de que ya estaba muerto, los terroristas decidieron seguir con el plan y cobrar su rescate. Una hija de Cordón y su marido pagaron 400 millones de pesetas. Poco tiempo después, el 31 de agosto del 95, recibieron una llamada aún hoy sin identificar, en la que aseguraban que el empresario había sido liberado, como él solicitó, en los alrededores del estadio de Sarriá en Barcelona. Durante años los GRAPO mantuvieron que el empresario se había dado a la fuga por su propio pie. Esta teoría caló en la sociedad gracias a algunos medios de comunicación, tanto que incluso la Guardia Civil y el CNI (entonces CESID) llegaron a buscar al empresario en Costa Rica, Argentina, República Dominicana, Panamá y Estados Unidos. Lógicamente sin resultado alguno. “Cordón nos pidió un pasaporte falso para salir de España hacia Latinoamérica y que le prestáramos 20 millones de pesetas. Dijo que muy pronto nos los devolvería, pero nos negamos a entrar en ese juego. Aprovechando el puente de agosto viajamos a Barcelona y le pusimos en libertad el día 17, alrededor de las cinco de la mañana. La ropa que llevaba era el mismo chándal morado que le hicimos ponerse inmediatamente después de retenerle”, contó sin ningún rubor Sánchez Silva a Interviú en 2005. A día de hoy sigue sin saberse el paradero del cuerpo del empresario. 

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