26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La organización ‘Just Stop Oil’ criticaba así sin sentido la subida de precios y en el mismo museo ya atacó 'El carro de heno' de John Constable

Aumentan los atentados contra las obras de arte: De 'La Gioconda' de Da Vinci a 'Los Girasoles' de Van Gogh

Atentan contra el cuadro de 'Los Girasoles' de Van Gogh con sopa de tomate.
Atentan contra el cuadro de 'Los Girasoles' de Van Gogh con sopa de tomate. / Captura de pantalla de un vídeo compartido por las ecologistas.
La National Gallery de Londres ha sufrido un nuevo altercado. Dos ecologistas de la organización activista ‘Just Stop Oil’ han lanzado dos latas de sopa de tomate a la obra ‘Los Girasoles’ de Vicent Van Gogh. El acto era una protesta por la subida de los precios a causa de la crisis energética y se unía a otros ataques a obras de arte por parte del mismo grupo. Esta forma de actuar no es nueva. A lo largo de la historia obras míticas de la pintura y la escultura han sido vandlizadas.

Atacar obras de arte se ha convertido en una práctica de reivindicación habitual. El último altercado ha tenido lugar en la National Gallery de Londres, donde dos ecologistas han lanzado dos latas de sopa de tomate al conocido cuadro de Los girasoles de Vicent Van Gogh. Afortunadamente, el cuadro tenía un cristal protector.

Las ecologistas formaban parte de la asociación ‘Just Stop Oil’, que llevaba semanas movilizándose y protestando contra la subida de los precios a causa de la crisis energética. Antes de este ataque a la obra de arte mencionada, la Primera Ministra de Reino Unido Liz Truss había anunciado su idea de apostar por la energía nuclear y permir la controvertida técnica del ‘fracking’ o fracturación hidráulica para conseguir gas de esquisto —un hidrocarburo no convencional— de las rocas a gran profundidad. Esta técnica tiene muchos detractores debido a que el proceso podría contaminar el agua y generar terremotos.

“¿Vale el arte más que la vida? ¿Más que la comida? ¿Más que la justicia? La crisis del coste de la vida y la crisis climática está propiciada por petróleo y el gas”, proclamaba la organización activista en su cuenta de Twitter. Este mismo grupo ya había protagonizado un altercado con la obra de arte El carro de heno, de John Constable, al que habían pegado papel tres meses antes. Se encontraba expuesto también en la National Gallery.

Unos días antes del ataque a Los girasoles, otro grupo de activistas pegó sus manos en la pintura Masacre en Corea de Pablo Picasso, que se encuentra en el museo de Melbourne. Una práctica que alerta sobre el incremento de ataques a obras de arte con fines reivindicativos.

El único robo de la historia de la National Gallery

La National Gallery también fue protagonista en 1961 de un altercado con una de sus preciadas pinturas. Era el Retrato del duque de Wellington, de Francisco de Goya, que fue robado. Ha sido el primer y único hurto en la historia del museo.

El encargado de perpetuar el robo o, al menos, quien se declaró culpable, fue Kempton Bunton, un taxista jubilado de 57 años que pidió a cambio del cuadro una recompensa de 140.000 libras. El precio que le había costado el cuadro al Gobierno británico y que, para él, debería ser empleado en crear un fondo que ayudase a costear a los jubilados y a la gente sin recursos el impuesto que había que pagar para ver la televisión.

En el caso del robo de esta obra de arte, el cuadro no sufrió mayor desperfecto que la pérdida del marco. Bunton abandonó su campaña cuatro años más tarde del robo y lo entregó al periódico Daily Mirror de Birmingham.

Los ataques a ‘La Gioconda’

Uno de los cuadros más famosos de la historia es La Gioconda de Leonardo da Vinci. La también conocida como Mona Lisa se ha enfrentado a diversos ataques a lo largo de su historia, que han hecho que esté cada vez más protegida. Tanto por cristales que impiden que sufra daños, como por vallas que mantienen a los visitantes a una distancia prudencial de ella.

El último de estos ataques sucedió en mayo de este mismo año. Un visitante del museo del Louvre, en París, donde se encuentra expuesto el cuadro, que iba en silla de ruedas y disfrazado con una peluca, se levantó de la silla y lanzó un pastel al óleo. Untó la superficie y, posteriormente, tiró pétalos de rosa a su alrededor.

El cuadro tampoco sufrió ningún daño ya que estaba protegido desde hacía años por un cristal antibalas. Y es que La Gioconda es una de las obras de arte que más ataques ha sufrido.

Además de ser robada en 1911, su integridad ha peligrado en varias ocasiones. En 1956 sufrió dos ataques: uno de ellos con ácido, que logró dañar la parte inferior del cuadro; en la siguiente ocasión, un pintor boliviano lanzó una piedra a la Mona Lisa dañando ligeramente el óleo. Además, en 1974, una mujer intentó dañarla con un espray rojo cuando se encontraba expuesta en el Museo Nacional de Tokio, aunque gracias a la distancia no lo consiguió.

Ataques contra otras obras de arte

Los ataques a obras de arte, aunque ahora parecen estar en auge, no son insólitos ni pertenecientes a la actualidad. Otras esculturas, pinturas y demás expresiones artísticas han sufrido daños que, en ocasiones, podrían haber sido irreparables.

Un buen ejemplo es La Piedad, de Miguel Ángel, que el 21 de mayo del año 1972 vivió un ataque por parte de Laszlo Todt, un hombre de origen húngaro afincado en Australia. El hombre dañó gravemente la famosa obra haciendo que la Virgen perdiera su párpado izquierdo y parte de la nariz, además de romper varios dedos de su mano izquierda. Finalmente, la obra pudo ser correctamente restaurada y volvió a ser expuesta en junio de 1973, aunque tras un grueso cristal blindado.

Por su parte, en 1911, un cocinero retirado de la marina atacó La ronda de noche, de Rembrandt, con un cuchillo. La obra pudo ser restaurada, pero el 13 de septiembre de 1975 volvió a ser víctima de un ataque similar: un hombre asestó varias puñaladas que dejaron daños irreparables en el lienzo del maestro holandés, pues aún son notables. Sin embargo, no sería el último ataque a esta obra puesto que en 1990 un hombre con problemas psiquiátricos lanzó ácido contra el cuadro, que no sufrió daños graves.

El 10 de marzo de 1914, La Venus del espejo de Diego Velázquez fue objeto de un grave ataque en la National Gallery de Londres por parte de Mary Richardson, una de las sufragistas más activas de la época. Richardson dejó en la pintura hasta siete hendiduras con la ayuda de un cuchillo de carnicería. Por suerte, la obra del pintor sevillano pudo ser completamente reparada y la mujer fue condenada a seis meses de prisión.

Una de las obras que más ataques atrae es La Sirenita de Copenhague. En mayo de 2017 amaneció completamente pintada de rojo como protesta por la caza de ballenas en las Islas Feroe aunque, desde luego, no fue el primer acto vandálico contra la escultura de Edvard Eriksen. Esta emblemática figura de bronce ha sido cubierta de pintura en otras ocasiones, decapitada varias veces e, incluso, dinamitada y sustituida por un muñeco. La Sirenita, sin embargo, ha sobrevivido a todos los ataques al haberse restaurado por completo en todas las ocasiones.

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