26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Esta experta y aficionada asegura que “en el mundo del toro hay mucho machismo, en concreto en el del toreo de a pie”

Carmen Sáez de Retana, psicóloga: “Los toreros están en su sano juicio pero son especiales, artistas y creativos”

“Nadie en su sano juicio es capaz de ponerse delante de un toro, ya que va en contra del instinto de supervivencia", declaraba el Dr. Pedro Navarro Merino. Los espectáculos taurinos y más concretamente las corridas de toros despiertan en buena parte de los espectadores, sobre todo de los no aficionados, una serie de preguntas relacionadas con la naturaleza del torero y del aficionado, al tratarse de una actividad que lleva a aparejada la muerte del animal y pone en riesgo de la vida del torero.

Son muchas las opiniones  a este respecto,  pero no existen verdaderos estudios científicos sobre ello. Se habla de sadismo, narcisismo, erotismo, etc., tanto en el torero como en el aficionado. La realidad es que la fiesta de los toros sí que ha despertado un gran interés, a favor y en contra, de una buena parte de los pensadores, literatos y artistas españoles que se han ocupado tanto de  los valores psicológicos como  estéticos de la misma.

Evidentemente sí que parece reunir una serie de elementos que harían feliz a cualquier psicólogo, ya que en la fiesta se conjugan elementos y factores como los mencionados anteriormente asociados a una teórica idiosincrasia tanto del torero como del aficionado. Durante la corrida, en pocos minutos se pueden cambiar estados de ánimo que pasan de la euforia al desencanto y, por supuesto, de la vida a la muerte.

Como la tauromaquia hay que sentirla y vivirla, tanto para amarla como para odiarla, y para analizarla desde el punto de vista de la psicología, nadie mejor que hacerlo con alguien que reúna estas condiciones, y para ello, contamos con Carmen Sáez de Retana, colaboradora de nuestra sección “Cosas de Toros”, miembro de la Peña Taurina Los Cabales, Premio Escalera del Éxito 2019 y psicóloga. Con ella vamos a tratar un tema tan interesante como la Psicología de la tauromaquia.

¿Carmen, estás de acuerdo con la afirmación del Dr. Pedro Navarro?

No, no estoy de acuerdo, los toreros son personas que están absolutamente en su sano juicio. Antes, los toreros se ponían delante de un toro por dinero, ahora en su práctica totalidad, es por vocación... Los toreros son, para mí, artistas que desarrollan competencias suficientes para estar delante de un toro. Si tuvieran psicopatías los cogían al minuto, no lo dudes.

¿Tiene la tauromaquia una psicología especial?

Si, la tauromaquia es muy compleja y por supuesto tiene una psicología especial. Tiene un ritual muy profundo  y  en algunos casos difícil de comprender.

¿Y específicamente el aficionado taurino?

El aficionado a los toros no tiene ninguna psicología especial por el hecho de serlo. Hay multitud de aficionados que se sientan en asientos incómodos y duros y lo único que tienen en común es compartir una misma afición, no hay una psicología común, hay una afición común. En cuanto a lo demás, cada uno es de su padre y de su madre... Afirmar lo contrario responde a la teoría del animalismo de unificar a todos bajo un mismo criterio

¿Cómo crees que ha ido cambiando la sensibilidad de la sociedad con respecto a este tipo de espectáculos en los que la sangre y la muerte tiene un papel relevante?

En los toros no hay espectáculo si no hay muerte, y estamos en una sociedad que abjura de la muerte, del peligro, de los problemas… y en el toreo es palpable que hay una muerte y tienes que enfrentarte a ella. Nuestra sociedad es muy “buenista” y no quiere ver esto. Creo que las personas no cambian, cambian las modas y ahora, nos ha tocado esta, en la que, como dije,  prima el animalismo buenista. De hecho esto no es nuevo, la tauromaquia ha vivido muchos momentos difíciles a lo largo de la historia pero siempre ha sobrevivido.

Cuándo el público pide al torero que se acerque más al toro, ¿está buscando de una manera inconsciente la cogida? ¿Qué significado puede tener esto?, ¿quizá algo de sadismo?

Eso es una barbaridad muy grande e implica un desconocimiento absoluto del mundo del toreo. Cuando un aficionado dice al torero “arrímate”, “crúzate” o  “colócate”, lo que esta es situándolo, lo ve en ese momento como un líder carismático y lo que hace es volcar sus deseos en él, en absoluto quiere que coja al torero, como tampoco querría que le cogiera a él. Jamás desea que le coja el toro, lo que hace es ponerse en su lugar,  por ello,  si por ejemplo le dice “baja la mano” es porque si él estuviera abajo eso lo que haría. En resumen, hay proyección no sadismo.

¿Pueden influir ciertos sectores de presión de la plaza en la  opinión del resto de espectadores?

Absolutamente, la presión del que grita calla al que no lo siente. El aficionado lo que quiere es ver torear y esta gente que grita, a veces a destiempo y con mala educación, están fuera de la lidia y en muchos casos lo hacen solo por fastidiar o molestar incluso al torero pero esos son fundamentalmente unos aficionados mal educados que no representan al colectivo.

José Ignacio Herce y Carmen Sáez de Retana.

¿Son conscientes esos grupos de su poder y lo ejercen?

Por supuesto, gritan al Presidente, al toro, al torero que  incluso a veces se enfrenta a ellos, y lo hacen como un derecho, molestando a una persona cuando se está jugando la vida… evidentemente son muy conscientes, por eso gritan.

¿Qué factor psicológico puede impulsar a una persona a exponer su vida delante de un toro?

Los toreros son artistas, personas muy creativas y están influidos por lo que se llama    el “gen de la creatividad”, evidentemente no son personas “normales” pero no en el sentido peyorativo y,  por supuesto, no están psicopatológicamente dañados como decíamos antes. Ellos desarrollan facultades que el resto no tenemos, como la asociación creativa y cuando están en situación de riesgo desarrollan un montón de recursos,  desarrollan pensamientos que le hacen sentirse a gusto con lo que está haciendo y  eso solo lo hacen las personas creativas que es lo que son los toreros. Al mismo tiempo se escapan de la sociedad, no soportan clichés, son personas con una personalidad muy “lábil” (la labilidad emocional es una alteración del estado emocional que sufren algunas personas, y que se manifiesta por cambios súbitos y desproporcionados) y por ello a veces, emocionalmente inestables. Por ejemplo, si coges el cerebro de El Juli y el mío seguro que nuestra materia gris es diferente, su cerebro a diferencia del mío  debe estar preparado para reaccionar en milésimas de segundo para evitar una tragedia.

¿El torero tiene una capacidad especial para superar la ansiedad y el miedo?

Claro que sí, viven con el miedo desde sus inicios y saben que salen a una plaza y que quizás no vuelven y eso no es fácil de asimilar. Son personas con facultades especiales, que nacen con ellas, las encauzan y como decía antes, desarrollan competencias  para enfrentarse al toro con todas sus consecuencias.

¿Existe una química del miedo?

Hay un desarrollo de competencias para que el miedo sea más ligero y le permita salir triunfante. Yo creo en profesionales, no en suicidas.  Además, te puedo decir que a veces el torero tiene más miedo al público y sus reacciones que al propio toro.

¿Crees que el propio miedo modifica de alguna manera el cerebro del torero?

Seguramente sí, pero el miedo no se pasa. Tiene que tener el cerebro a mil revoluciones por minuto, estar pendiente de todo, por eso pienso que son personas especialmente inteligentes. Tienen que analizar una situación en segundos y resolverla para salir triunfadores. Ellos miran, escuchan y tienen que procesar en segundos esa información. Toda esta responsabilidad hace que se transforme en un líder carismático para el resto de espectadores, parta el entorno, que hace que en muchos casos y con triunfo en la plaza, el aficionado lo vea y  lo sienta como casi un semidiós, aunque no tiene que serlo físicamente necesariamente. Hay muchos toreros que por su estatura y proporción te parece impensable que se pueda poner delante de esa fiera.

¿Puede tener alguna relación la psicología del torero con la tan comentada rápida recuperación de sus heridas?

El querer estar bien quizá, el afán por recuperarse, el deseo de volver a la plaza. El torero es su propia empresa, el torero es su nombre y su apellido. La ambición y el deseo de que no les supere nadie en el escalafón es un componente muy  importante también.  El torero si no torea no come…..y además de él depende mucha gente, entre otros su cuadrilla.

También hay un componente curioso en ellos, a veces vemos al torero emborracharse de sí mismo, entran en un estado de “fluidez”, dando pases y más pases y con una cornada como el otro día Roca Rey, y él seguía y seguía en su ensimismamiento, como si no existiera el dolor o la fatiga… o como dice José Tomas, están fuera de sí mismos.

¿Crees que en la fiesta se da lugar a la erotización del peligro?

Sí, hay una sublimación de la vida y la vida lleva consigo cierto erotismo. Es el poder de la vida sobre la muerte, por eso a veces toman esas posturas o actitudes que se pueden denominar “chulescas” que de alguna manera escenifican su éxito.

El toreo ¿es fundamentalmente machista?, ¿por qué apenas hay mujeres toreras?

Ciertamente en el mundo de los toros hay mucho machismo, pero fíjate que no entre los ganaderos, aficionados, etc., donde hay verdadero machismo es en el toreo a pie. Quizá la mujer torera no tiene tanto digamos erotismo porque se la pueda ver demasiado masculina, al considerarse que el toreo de pie es cosa de hombres. Ciertamente existe una masculinización del tema, a mi juicio errónea, se tiende a “prohijar” a la torera, se le tiene cierta lastima por ser mujer en la lucha ante el toro. Como dije el toreo es un arte y el arte lo puede desarrollar tanto un hombre como una mujer y el tema físico tampoco influye, hay toreros con 50 kilos que hacen maravillas.

Ángela por ejemplo sufrió muchísimo para poder torear a pie, se tuvo incluso que pelear con la legislación y lo consiguió. En este mundillo hay mucho tema testicular, se utiliza mucho la expresión “tener cojones” y ante esto me gusta recordar lo que dijo Enrique Ponce, “Para cojones, el toro los tiene más grandes que yo”.

Ángela, la primera mujer torera. 

¿Puede existir algún índice de autodestrucción en el torero? ¿Masoquismo?

Puede ser, son personalidades muy complejas, como dije antes son muy “lábiles” y nos encontramos en una línea muy fina entre la vida y la muerte.

¿Qué significado tiene el propio traje de luces, colorido, ajustado...? ¿Hay un elemento erótico en este espectáculo?

Se dice que el traje esta tan ajustado para destacar la virilidad del torero, los colores y demás simbolizan la alegría de la propia fiesta, aunque yo no estoy de acuerdo en llamar fiesta a las corridas de toros, es algo trágico que acaba con la muerte de uno e incluso de los dos participantes y  eso no puede considerarse una fiesta, es una tragedia fundamentalmente para un animal muy querido por todos aquellos que aman el mundo del toreo.

¿De alguna manera existe el narcisismo en el torero?

No es algo consustancial al torero, pese a que lo pueda parecer, de hecho ya comenté que son un poco “asociales”. Hay el mismo narcisismo que en cualquier otra profesión y hay toreros que no lo son y otros que están encantados de conocerse. El torero gusta de que se le reconozca su labor, pero no como narcisismo sino porque es la consecución de lo que ha querido hacer, el aplauso y el halago es un reconocimiento a una faena bien hecha.

Durante una tarde de toros, el aficionado va cambiando de estados de ánimo, ovaciona y abuchea, se emociona y se indigna… ¿Qué valoración puede tener estos cambios de actitud tan radicales en tan poco espacio de tiempo?

Eso ocurre normalmente con toreros “artistas”, que generan pasiones a veces encontradas, amor y odio, a mí me ha pasado pelearle y discutirle a Morante y a los cinco minutos levantarme a aplaudirle. Ese comportamiento artístico hace que no sepas por donde va a salir en cada momento. A veces un gesto de solo un minuto puede valer más que toda una faena.

En el mundo del toro se tiene en altísima consideración aspectos como liturgia y el respeto, aunque pase el tiempo esto no cambia, ¿Por qué crees que tienen tanto arraigo?

El toreo es un rito y hay que mantenerlo. Hay una serie de normas que no se pueden ni se deben transgredir. Aun así, dentro del toreo hay varias corrientes que defienden que no haya sangre, que pitan en la suerte de varas o algunos que están en contra del indulto del toro, ya que los más integristas no entienden que no se lleve a cabo la suerte suprema.

La “vergüenza torera” se ha convertido en una manera de definir la responsabilidad y el buen hacer, ¿por qué?

El torero es una que está pendiente de la opinión de miles de personas y si  no responde, para el mismo es una situación horrorosa. Este prurito por estar a la altura, por no defraudar al aficionado o, sencillamente, por satisfacerse a sí mismo hace que se desarrolle esa “vergüenza torera” que de alguna manera también define el carácter del torero.

Después de todo lo que hemos ido viendo, dime cual sería a tu juicio el perfil psicológico del torero.

¿Me pides un estereotipo?, pues una persona original, resolutiva, que aprende muy pronto, rápido de mente, ambicioso, que no gusta de tener rivales, de pensamiento holístico, emocionalmente un poco inestable, un tanto asocial, véase a José Tomas, Morante, El Juli, ellos necesitan cierto intimismo para sobrevivir… son personalidades distintas a las “normales” como dijimos.

¿Y del aficionado?

No hay un perfil del aficionado, repito lo que te dije al principio, cada uno es de su padre y de su madre y tan solo comparten una afición común y a veces no se comparte absolutamente nada con el vecino de al lado, eso si todos compartimos el buen toreo, y cada uno lo entiende a su manera... Buscar un pensamiento común es una categorización animalista.

¿Cómo se puede entender que una persona pueda desear la muerte del torero antes que la del toro?

Pues una sociedad absolutamente enferma. La sociedad actual se proyecta sobre la figura del toro y no sobre la del torero, fruto quizá de una humanización desmesurada del animal. Nuestra sociedad no está formada en el cariño y el respeto del animal, está basada en  estereotipos pero no en el conocimiento del animal. Sin embargo. el torero lo conoce, lo respeta y lo quiere y lo demuestra el hecho de que algunos toreros han dado un beso al animal una vez muerto, por ejemplo. Se sublima al animal frente a la persona y pienso que con eso, se le hace un flaco favor.

¿Qué opinas de las corridas de toros americanas sin sangre, con banderillas que se pegan con velcro…? ¿Son síntoma también de una especie de psicología especial que se va adaptando al ritmo de los tiempos?

Hay una corriente de hacer corridas “sin sangre”, se busca eliminar el riesgo, la sangre, el sufrimiento del animal, pero si quitas todo esto, quitas el sentido de la corrida y estoy siendo muy sincera. Se está intentando hacer estudios que digan que el animal no sufre… ¡cómo no va a sufrir...! Pero sí es cierto que en esta mal llamada fiesta, tiene sentido el sufrimiento del animal, porque el torero, no olvidemos que se está jugando la vida. Pero fíjate que el aficionado se queja y protesta cuando el toro está mal toreado o mal picado precisamente porque se está haciendo sufrir al animal innecesariamente y se pone de parte del animal, no del torero.

Carmen es psicóloga, pero sobre todo una gran aficionada taurina que aplica su profesión a un tema que conoce desde pequeña por haberla vivido junto a su padre D. Juan Sáez de Setana, presidente de la Peña Los Cabales, una de las más antiguas de Madrid. No tiene “pelos en la lengua” y no tiene miedo de decir aquello en lo que cree, aunque se pueda considerar como políticamente incorrecto.

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