La periodista Sonia Valiente presenta su libro 'Veintitrés fotografías': "Hablo de frustración, sexo y buscar tu sitio en el mundo"

Sonia Valiente (Valencia,1975) es periodista de formación y vocación. Licenciada en Publicidad y doctora Cum Laude en Comunicación, ha desarrollado su trayectoria profesional tanto en agencias como en medios de comunicación, siendo columnista de Las Provincias durante una década.

Autora de diferentes libros de marketing y divulgación, “Veintitrés fotografías” es su primera novela con la editorial Plaza & Janes. En su novela aúna el amor y la intriga con un mensaje: la búsqueda de la verdad.

-La búsqueda de la verdad es la búsqueda de una misma. ¿Es esta una novela autobiográfica?

- En la novela hay muchas cosas de mí, como autora. Está mi mirada sobre la vida, mi modo de entender las relaciones… Incluso le he prestado a Sol Bonet mi profesión de publicista, pero no va sobre mí, qué va, es una novela muy coral y urbana. Que habla de muchas cosas: de la frustración, de sexo, de buscar nuestro lugar en el mundo, en este caso, a través de la resolución de un misterio que encierran veintitrés fotografías en una cámara olvidada.

-¿Qué tiene la protagonista de usted o usted de la protagonista?

- Pues tengo la misma curiosidad de Sol hacia la vida, la misma sensibilidad que Deo hacia el arte y unas amigas increíbles como las que aguantan a Sol Bonet. Una mujer buena y solar, pero un desastre en muchos aspectos de su vida. Sol me está dando muchas alegrías porque es un personaje que creo que está muy bien perfilado. Tiene muchas cargas de profundidad a pesar de su aparente frivolidad. Es insegura, pero fuerte. Toma sus propias decisiones y la mayoría de las veces se equivoca. A veces son decisiones terribles, como acabar en la cama con hombres que no le convienen, pero es un personaje real, creíble y libre. Y eso la hace muy humana, muy de verdad.

-El relato de la novela transcurre entre Madrid y Valencia, ¿casualidad o eligió estas ciudades para el desarrollo de la novela por algún motivo?

- Desde niña he sido muy lectora y todo pasaba en otros lugares: en París, Manhattan, Maine… Y me apetecía mucho que la ciudad de Valencia apareciera en una trama de una novela. No como un simple decorado, sino como un protagonista más. Madrid era mi coartada. He viajado mucho a Madrid por trabajo, y he pasado estancias cortas. Es una ciudad que me encanta y me servía para ilustrar la vida dinámica de Sol y la fauna del AVE Valencia Madrid, que ahora, por cierto, para en Chamartín. Pero si te soy sincera no fue una elección consciente, simplemente la protagonista sabía que iba a ser una mujer y que la trama se desarrollaría en Valencia en su mayoría. También hay breves capítulos en Barcelona y Martorell. La vida de Sol como un gran juego de La Oca, porque buscarse a sí misma es muy cansado (risas).

Portada del libro 'Veintitrés fotografías'.

-Sònia, en la portada de su libro aparece una joven con una cámara en un barrio, creo que de Valencia, ¿es usted o es una imagen elegida al azar?

- (Risas). ¡Pues no sabes la de gente que me ha preguntado si soy yo la de la portada! No, no soy yo. Se supone que es la prota del libro que, con cara decidida, está dispuesta a revelar el misterio. La construcción que hay detrás es la torre del Miguelete, un campanario de origen gótico de la Catedral de Valencia. Es un símbolo de la ciudad, como lo es la Cibeles o la Puerta de Alcalá en Madrid.

-Describe muy bien en el libro ciertas localizaciones ¿se ha recorrido las ciudades en busca de estas localizaciones o ya las conocía de antemano?

- Gracias por decirlo. Me alegro de que te hayan gustado. Sí, las he recorrido cientos de veces. Cuando me estaba documentando para la novela hacía fotos a diferentes horas del día y tomaba notas. O me compraba un helado y me sentaba en la Plaza de la Virgen a ver pasar a la gente. Eso es algo que me encanta. Me divierte mucho ver pasar a las personas e imaginar qué vida tendrán. Cuando conozco a determinadas personas que tienen algún rasgo peculiar me anoto sus manías y pienso “Fulanito sería un personaje maravilloso”. Pero volviendo a lo de la documentación, me sentía un poco ridícula entonces, ¿sabes?

-¿En qué sentido?

- Pues en que no sabía ni siquiera si iba a acabar el libro y de publicarlo ya ni hablamos, y allí estaba yo, de noche, haciendo fotos por un barrio un poco regular, porque ahí tenía que vivir uno de los protagonistas. Ahora veo con distancia esas cosas y pienso en la Sònia Valiente 2021 con una mezcla de orgullo y ternura y me dijo: “Qué suerte que no te rindieras y la acabaras”. Porque el cariño de la gente y el feedback tan positivo de los lectores está siendo lo mejor de este viaje.

-La novela nace en el 2016 a raíz de un titular que leyó en un periódico digital y que guardó en una carpeta de su ordenador. ¿Qué le llamo la atención de la noticia?

- Sí, en diciembre de 2016 es cuando leo la noticia, pero no comienzo en serio a escribirla hasta finales de julio del 2021. Lo que me llamó la atención es que aquella noticia, la de un fotógrafo que compra una cámara Balda Baldrix por internet, y en su interior halla una boda de los años 60, es muy universal. Pocos motores hay tan poderosos en la vida como la curiosidad. Sin curiosidad no hay imaginación, no hay innovación, no hay progreso.

-¿Cómo se decide a tirar del hilo y posteriormente escribir la novela?

- Pues sin querer ponerme profunda, me pareció que el fotógrafo de la noticia debía de tener una vida muy vacía para ponerse a perseguir un fantasma. Y eso me llevó a hacerme muchas otras preguntas. ¿Qué ocurriría si eso en lugar de suceder en Europa le ocurriera a una mujer que ronda los cuarenta y que odia su vida en mi ciudad? Y, sin darme cuenta, tuve para otra novela.

-Todos los lugares que se citan en el libro como, por ejemplo, la Pérgola o el café el Frenazo, ¿existen o son fruto de su imaginación?

- Sí, existen todos. Me parece muy interesante que hayas escogido esos dos precisamente. La Pérgola es otro emblema de la ciudad, un templo de la parada del bocadillo, del “esmorzaret”, que sabes que en Valencia hay una afición enorme. A Sol le encanta comer y en la novela se recogen muchísimos establecimientos, entre ellos el del chef Ricard Camarena. Y el Frenazo pues… (ríe) es un bar de batalla muy cerca de la estación del tren que me servía para retratar los contrastes de la ciudad.

Sonia Valiente.

-¿Defina la novela? ¿En qué género literario la podríamos encasillar?

- Buena pregunta. Es una novela coral que aúna thriller con el amor. Woman fiction, supongo, aunque creo que va más allá de la literatura escrita por mujeres y para mujeres. De hecho, los hombres que la han leído se han sentido identificados en muchos pasajes. Creo que la soledad, las crisis existenciales, el cansancio o la infidelidad son situaciones con las que todo el mundo conecta, independientemente de su género. Lo que sí que creo es que las mujeres tenemos una mirada diferente, y eso sorprende, sobre todo a los hombres, acostumbrados como están a haber conquistado la industria cultural y a retratar a cierto tipo de mujeres. El feedback que me llega de los chicos es que les gustan los diálogos, que Sol sea canallita y de barrio. Vamos, que sea de verdad. Y esto me deja un poco perpleja, a estas alturas. Pero, vamos, que si sorprende es que queda aún por hacer mucha pedagogía, aunque ese no fuera el objetivo primordial. El objetivo era pasármelo bien.

-¿Es de las que anota ideas en un cuaderno para luego transfórmalas en capítulos del libro?

- Más que en libretas (porque las pierdo), tomo notas en el móvil, en la App de notas del Iphone, además tengo dos grupos de whatsapp conmigo misma y también utilizo una App que se llama Pocket para guardar links de noticias curiosas. El orden no figura entre mis virtudes.

-Es autora de diferentes libros de marketing y divulgación, Veintitrés fotografías es su primera novela ¿le ha sido complicado de cambiar de registro?

- Para mí escribir es mi forma de vida. Ya sean informes, copies, discursos o artículos (he sido columnista de Vocento 17 años)… Durante muchos años el periodismo ha sido como el muslito de cangrejo de la escritura, mi surimi, el sucedáneo… Hasta que decidí lanzarme porque ya no me llenaba. Solo necesitaba ser más disciplinada, tomarme más en serio, y creerme capaz, porque el cayo ya lo tenía hecho.

-¿Cuál es su próximo proyecto literario?

- Pues estoy trabajando en un thriller basado en una premisa muy chula: la incapacidad que tenemos de olvidarnos de ESA persona. ¿Verdad que te ha venido automáticamente un nombre a la cabeza? Pues esa sensación tan universal da para otra novela.