26 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

En 'No le des más whisky a la perrita', Julio Valdeón y Jesús F. Úbeda retratan la trayectoria vital y profesional del escritor y columnista manchego

Los días de prensa y las noches de mujeres de Raúl del Pozo: Una biografía repasa la figura de un periodista clave en España

Raúl del Pozo.
Raúl del Pozo.
Raúl del Pozo (Cuenca, 1936) es uno de esos autores que a fuerza de ser cronista del día a día se ha convertido en una firma obligatoria para conocer el devenir de este país en las últimas décadas. En el libro 'No le des más whisky a la perrita' (La Esfera de los Libros), Julio Valdeón y Jesús F. Úbeda retratan la trayectoria vital y profesional del escritor y periodista manchego desde su infancia hasta la muerte de su esposa Natalia.

No le des más whisky a la perrita (La Esfera de los Libros), aunque alude a un venial episodio de zoofilia entre uno de los autores, Jesús F. Úbeda y la perrita que acompaña sus charlas con Raúl del Pozo, es un retrato de éste último. La voz de Úbeda se alterna con la de la Julio Valdeón para construir el retrato de un periodista y escritor fundamental en las últimas décadas. Un cronista puntual de la España que pasó de las madreñas al e-book casi en un suspiro.

“Me interesaba más el personaje. El escritor y el periodista es más fácil de retratar. Ahí está su obra para ello. Sin embargo, a mí me apetecía indagar en él, en su vida en infancia, sus noches…”, cuanta Úbeda a Elcierredigital.com. En sus visitas a del Pozo, complementadas con otros testimonios, bucea en la verdad detrás de una de las firmas más clásicas y la vez más vivísimas de la prensa nacional. “Él también me interrogaba y eso me gustaba porque en esas charlas se iba construyendo muchas cosas de un país y de una época con escenarios diferentes. La noche de Barcelona, el Madrid del final del franquismo, pero también ves cómo es la vida de una aldea serrana en la posguerra. Son cuadros impresionistas de unos mundos que ya no existen”, añade.

En el libro, como no podía ser menos en un personaje que ha alimentado en parte a su máscara, encontramos un buen ramillete de anécdotas. A lo largo de una biografía heterodoxa, aunque de manera ladina sí que hay una sucesión cronológica, vemos como a del Pozo le confunden en París con miembro del FLN (el grupo que peleaba por la independencia de Argelia), como al joven de la España de la represión sexual le invitan a intervenir a una cama redonda o su berlanguiano viaje en taxi junto a Francisco Umbral para asistir al entierro de César González Ruano.

Raúl del Pozo fue uno de los habitantes más pertinaces de las noches de la capital y a fuerza de protagonizarla también la contó y la transformó a su modo. “Raúl dice que es la ciudad más maravillosa del mundo, junto a París. Él siempre dice que ‘De Madrid al tanatorio porque no existe el cielo’. Los de fuera vemos Madrid desde los ojos de la provincia y lo cierto es una de las ciudades más literarias del mundo”, explica Úbeda.

Ramillete de nombres

Con Raúl encabezando la comitiva desfilan por el libro una serie de nombres que forman parte de la cosmogonía del solar patria desde hace más de medio siglo. Hablamos de personajes como Paco Rabal con el que Raúl vivió el Madrid canalla desde los 60 hasta los 80 y, según la leyenda rosa, compartieron el amor de una blasonada mujer.

También Lola Flores, a la que del Pozo definió como “John Wayne con bata de cola”, y con la Raúl dirigió un programa impagable para Antena 3, Sabor a Lolas junto a su hija Lolita. “Su paso por la televisión es muy desconocido. Su experiencia en este medio fue muy rupturista. El programa con Lola planteaba cosas tan inauditas como que la crema de la intelectualidad se sentaran mano a mano con una de las reinas la copla. Pasaron por ahí Sádaba, Umbral o Sánchez Dragó, eran el inicio de las privadas y estaban experimentando y fue algo culturalmente muy interesante”, cuenta Julio Valdeón.

Antes de la tele estuvo la radio con otra voz que aparece en el libro para rememorar parta de la vida de Raúl: Jesús Quintero. Una de las cosas que pidió ‘el loco de la colina’ cuando dio el salto de RNE a la SER fue “encerrarse en un convento con Raúl del Pozo”.

Jesús F. Úbeda, coautor del libro. 

Claro que si hay un secundario importante eternamente vinculado a Raúl del Pozo ése es Francisco Umbral: “Quería romper ese vínculo, sobre todo en lo literario. Cuando muere Umbral, durante 100 días se suceden en el especio de su columna otros tantos nombres, pero la hereda, Raúl y eso hace que sus nombres estén asociados pero lo cierto es que Umbral era más literario en sus columnas y Raúl es informativo. Lo cierto es que yo nunca he soportado ese ejército de imitador de Umbral que surgieron”, explica Jesús. F. Úbeda. “Me ha llegado que a María España [viuda de Umbral] está enfadada con el libro, pero lo cierto es que Raúl en todo momento lo trata con respeto en el libro”, añade.

Sobre esta conexión umbraliana Julio Valdeón “es absolutamente normal que se establezcan paralelismos porque los hay, eran amigos con todo tipo de altibajos, pero amigos al fin y al cabo y sí que hay algún punto de encuentro entre ambos con similitudes estilísticas en la escritura, muy barroca, con mucho oído para la música de la palabra en la calle”.

Las mujeres de Raúl

Uno de los puntos más tópicos cuando se habla de Raúl del Pozo es su éxito con las mujeres. De pocos periodistas se ha hablado tanto en ese sentido. La leyenda popular le vincula con muchos nombres populares. De la Duquesa de Alba a algunas actrices, folklóricas o, más recientemente, alguna escritora con fama de indie.

“No quería hacer un libro rosa, pero tenía que tenerlo, no quería hacer un libro de trapos sucios, pero tampoco que fuera una hagiografía. Nada se oculta. Aparece, por ejemplo, la ludopatía. Incluso con el golf y apuesta porque él no concibe jugar sin apostar”, explica Jesús F. Úbeda. A este coautor se debe una de las mejores anécdotas del libro en materia íntima. Esa en la que Raúl y Jesús Quintero se pelean por Nadiuska, una de las reinas del destape y se citan como dos pistoleros del Far West para acabar muertos de risa.

Julio Valdeón. 

Inevitablemente, la sombra del machismo persigue a la generación de Raúl y lo cierto es que quién más ahonda en ese aspecto es una de sus mejores amigas, Carmen Rigalt. Julio Valdeón resta importancia a esta opinión y cree que cuando la periodista habla así “Lo hace en sentido general, porque el machismo lo impregnaba todo. Todos somos productos de nuestra época, pero jamás de los jamases se le podría calificar así a Raúl”. “Es un hombre progresista y él considera que la revolución de las mujeres y la de los derechos civiles son las más importantes del siglo XX. Siempre ha estado en ese bando”, añade.

Claro que sí hay dos mujeres que marcan la vida de Raúl del Pozo ésas son su madre y su esposa Natalia.  “De su madre pongo ‘la mató el río’ porque no me han aclarado la causa y tampoco creo que sea importante. Ocurre cuando él es un niño y de ahí viene parte de sus inseguridades tal y como refleja Federico Jiménez Losantos”, explica Úbeda. “Respecto a Natalia, ese capítulo es el más duro de todos. Tiré de mi propia memoria, ya que yo la vi dos días antes de morir. Cada vez que se mencionaba a Natalia se turbaba. Por eso esa parte se reconstruye más a través de otros como Marta Robles o José María García. Era el amor de su vida y el libro tenía que terminar así”, remata.

COMPARTIR: