11 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

El diestro madrileño que ha visto la muerte cerca en más de 15 ocasiones explica que "los ayuntamientos deben apoyar tradiciones como la Tauromaquia"

Fernando Robleño, director Escuela Taurina José Cubero: "Sabemos quién puede ser torero y hacer grandes cosas"

El Cierre Digital en
/ El matador de toros Fernando Robleño.
El mítico torero Fernando Robleño, actual director de la Escuela Taurina de Madrid José Cubero "YIYO", habla en exclusiva para elcierredigital en una entrevista en la que repasamos su trayectoria como torero, y nos habla sobre la importancia de las escuelas taurinas en la formación de los futuros toreros, además de dar su opinión sobre la situación actual de la Tauromaquia. El diestro además alega que "los ayuntamientos deberían colaborar y ayudar a tradiciones como la taurina"

Desde el día 10 de  agosto de 2023, en sustitución de Jose Pedro Prados 'El Fundi', la Escuela Taurina de Madrid José Cubero “YIYO”, tiene como director a Fernando García Robleño más conocido como Fernando Robleño. Un diestro querido por la afición madrileña porque madrileño es por los cuatro costados, como le demuestra haber nacido el 13 de septiembre de 1979 en Madrid, debutar con picadores 4 de mayo de 1997 en Colmenar de Oreja y que tomar la alternativa el 20 de julio del 2000 en Torrejón de Ardoz, cuando Morante de la Puebla le cedió la muerte del toro "Girasol" de la ganadería de Torrealta, con Julián López "El Juli" como testigo.

Fue alumno de la Escuela Taurina "Marcial Lalanda" y conoce lo que es salir a hombros por la Puerta Grande de la plaza madrileña en dos ocasiones. Alguien dijo, "Se nace torero y se muere torero. Pero entre tanto y por mucho que se lleve en la sangre, al toro hay que aprender a torearlo."

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Fernando Robleño.

- Maestro, ¿está usted de acuerdo?

- Estoy de acuerdo. Es una afirmación muy sensata, uno nace torero y después se hace.

- ¿Qué papel ha jugado en su carrera el hecho de haber estudiado en una Escuela de Tauromaquia? O dicho de otra manera, ¿su carrera habría sido la misma si no hubiera ido a una escuela?

- Un papel decisivo. Y tengo que agradecer a la Escuela Taurina la oportunidad que me dio en mis comienzos como torero porque en mi familia no había ningún antecedente taurino y para mis padres fue “un problema” como te puedes imaginar, el hecho de que te “salga” un hijo torero fuera del ambiente taurino.

- ¿Cómo fueron los primeros pasos como  aprendiz de torero?

- Como te digo, gracias a la escuela conseguí que esos primeros pasos fueran los correctos, de no haber sido así quizá habría tenido una gran desilusión y no habría podido cumplir mi sueño de desarrollar mi afición.

- ¿Cómo alguien que no está dentro del mundo taurino siente que quiere ser torero?

- Mi padre era aficionado y veíamos las corridas de toros por televisión, también me llevaba algún domingo a los toros en Madrid y eso me fue calando muy dentro y llegó a despertar una vocación muy grande en mí. Como curiosidad te cuento que mis padres recuerdan cómo me quedaba “embobado” viendo los toros por televisión y cómo desde niño mi juego era torear.

- ¿Cómo llega a la Escuela Taurina?

- (Sonríe) Recuerdo la gran desilusión que tuve cuando con nueve añitos mi padre me llevó a la Escuela Taurina de Madrid que entonces estaba en El Lago y me dijeron que no podía entrar hasta los 12 y esos tres años se me hicieron eternos. Cuando los cumplí me llevaron allí y comencé mi andadura taurina que me llevado hasta el día de hoy.

- ¿Cómo es una escuela taurina y más concretamente la que usted dirige en Madrid? ¿Cuántos alumnos tiene, quién puede asistir, qué se les enseña…y cómo inician su andadura torera?

- Ahora mismo tendremos cerca de los cien alumnos. A esta escuela de Tauromaquia, pueden venir a partir de los ocho años hasta los veintiuno todos aquellos que tengan el sueño de ser torero. Aquí se le da una formación acorde a su edad y con los conocimientos que tengan, a los más pequeños se les trata con mucha delicadeza y sobre todo con mucha paciencia luego según van creciendo, se les va haciendo ver que se están dedicando a una profesión que quizá sea la más bonita del mundo, pero también muy dura y sacrificada.

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El torero Fernando Robleño en el coso.

- ¿Qué valores se trasmiten a los alumnos?

- Sobre todo, sacrificio, entrega, honestidad, valor y la verdad del buen toreo y como no, el respeto a los mayores.

- ¿Qué consideración académica tiene el aprendizaje en estas escuelas?

- No y sí. A efectos legales, digámoslo así, no tiene consideración académica, pero a nivel humano, puedo decir que sí tiene mucha trascendencia para ellos. Puedo afirmar sin menospreciar a nadie, que con los valores que trasmitimos, se puede diferenciar a un alumno de nuestra escuela de otro chico de su misma edad que no se dedique a ello.

- ¿Qué es lo mínimo que se exige a un alumno para entrar en la escuela?

- Lo primero educación, respeto y sobre todo que tenga afición. Luego depende de ellos, el que tiene afición, dedicación viniendo a entrenar y se esfuerza es el que tiene su premio digámoslo así.

- ¿Se enseña a un chaval a vencer el miedo?

- Realmente no, lo importante es conocer a chaval, sus cualidades y sus carencias, de forma que al que veamos que le cuesta un poco mas vencer ese miedo, echarle una manita para que lo vaya consiguiendo superar, trasmitiéndoles sobre todo seguridad.

- ¿Cuándo y cómo nota que tiene entre tus alumnos a una futura figura?

- Aunque se sienta y se perciba, no es fácil de detectar. Con nuestra experiencia podemos intuir cual va a ser torero y hacer grandes cosas, pero ser figura es otra cosa que depende de muchos factores que deberán tener de cara a lo largo de su trayectoria. La escuela lo que pretende es sacar lo mejor de cada uno de los alumnos.

- ¿Cuál es el papel de los ayuntamientos en el fomento de la Tauromaquia?

- Creo que el papel de los ayuntamientos es colaborar y apoyar las tradiciones, además de que unas fiestas populares sin toros no son lo mismo, son una autentica pena. Parece que ahora se están dando cuenta de que esto no se puede quitar y se están recuperando los toros en las fiestas patronales.

- Con las escuelas ha desaparecido la figura del maletilla, maestro, ¿no le parece que de alguna manera se ha perdido ese romanticismo del toreo? Los puristas se quejan de que las escuelas suavizan los comienzos, ¿usted qué cree?

- Creo que no, la sociedad va evolucionando y aquellos fueron momentos muy bonitos pero muy duros, ahora los chavales en sus comienzos, tienen otras oportunidades que van a aliviar esas penurias -que eran muchas-, que pasaban los maletillas. Creo que al final el que podía llegar a figura de maletilla, también lo podrá conseguir aquí te lo aseguro, ahora no te creas que los chicos no se llevan revolcones, van al campo y entrenan con becerras, novillos…que se lo ponen muy difícil y sufren, no lo dudes.

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Fernando Robleño después de cortar un rabo en la plaza de toros.

- Una de las críticas que se hace a las escuelas es la de que salen buenos toreros, pero no figuras.

- No estoy de acuerdo, el que un torero llegue o no a figura no depende de haber ido o no a una escuela. Aunque la escuela intenta sacar todos los valores del torero, hay otros muchos factores que influyen a la hora de llegar a ser figura del toreo.

- ¿Puede ser la causa el hecho de que según dicen, en escuelas se anula de alguna manera la personalidad del aspirante?

- Otra gran mentira, todo lo contrario. Yo te puedo sacar quince chavales y verás que todos son distintos, cada uno tiene su personalidad y aquí no se les anula, todo lo contrario. Ahora bien, después cómo quiera torear es cosa suya.

- Usted es un ejemplo de lucha y sufrimiento, ¿cree que los jóvenes en general tienen su mismo espíritu?

- No te puedo decir, yo se lo que he sufrido, mi sacrificio y entrega a la profesión, ellos lo que deben tener claro es que, sin ese sacrificio y entrega no llegaran a nada.

- ¿Qué le parece que en Las Ventas debuten tantos novilleros? ¿No es una plaza para consagrarse y no para aprender?

- Eso pasa porque a los chicos no les queda más remedio. Antes para venir a Madrid tenías que torear 20 o 30 novilladas, pero es que las había, ahora no, aunque es cierto que está aumentando el número de novilladas picadas.

- Estamos en la escuela taurina de El Batán, ¿lo que pasó con ella fue un ejemplo de lo que puede sobrevenir con ciertas tendencias políticas en los ayuntamientos y comunidades autónomas?   

- Yo espero que no. Confío en que la presión social lo impida.

El lado más personal del diestro Robleño

Vamos a conocer la cara humana de un grande del toreo, el maestro Robleño, un torero completo. Después de conocerle como Director de la Escuela, nos acercamos un poco más para conversar con él y descubrir su parte más personal, Robleño, en confianza podíamos decir.

- Maestro, ¿cuál es su concepto del toreo?

- Intentar torear al animal que tengo delante, de la manera más pura, como yo siento el toreo que es sacar al toro su máxima expresión artística.

- ¿Qué es para usted el valor en un torero?

- Se ve cuando llegan los momentos difíciles, cuando hay que tirar la moneda, el que está dispuesto a tirarla y el que no.

- Se comenta que se está perdiendo el riesgo y con ello una parte de la esencia de toreo en favor de lo artístico, ¿está de acuerdo?

- No estoy de acuerdo, el riesgo se tiene y mucho siempre. Los toreros se pasan el toro muy cerca y le hacen cosas que son auténticas “barbaridades”, otra cosa es que la técnica y el oficio tapen la expresión artística.

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Fernando Robleño y José Ignacio Herce.

- La vida del matador de toros es muy dura, ¿cuántas veces ha estado a punto de dejarlo todo y dedicarse a otra cosa?

- Realmente para tirar la toalla nunca he estado, pero plantearme si merecía la pena tanto sacrificio, sí lo he hecho.

- Desde la óptica actual, ¿le ha compensado el camino que eligió, el más duro?

- En parte sí, no he logrado todavía mi sueño de llegar a lo máximo de mí, pero creo que sí me ha compensado, porque siento que he conseguido lo que para mí es lo más importante, el reconocimiento de la afición.

- También has sido objeto del ataque de anti taurinos, ¿qué siente cuando oye que se pone por encima la vida del toro a la del torero?

- Dolor, tristeza e impotencia porque no se dan cuenta de que los que más amamos y respetamos al toro somos los toreros. No saben lo que significa el toro para todos los que formamos parte de esta profesión.

- Usted se ha movido siempre entre corridas “duras” siendo un referente en ellas, ¿qué le parece que algunas figuras opten por otras ganaderías más “toreables”?

- Pienso que cada uno sabe lo que tiene que hacer. Cada uno tenemos un camino y destino y si tienen que matar un tipo de corridas para triunfar, pues ellos verán. Mi camino ha sido muy duro con este tipo de corridas, pero si estoy donde estoy es gracias a ellas.

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Fernando Robleño en la arena.

- ¿Con qué ganadería se has sentido más a gusto y por qué?

- He tenido varios toros que me han hecho sentirme muy a gusto, otros me lo han hecho pasar muy mal…quizá con el toro de Santa Coloma, de Albaserrada que es el más me ha tocado lidiar.

- Cuando está a punto de salir a la plaza y oye ese susurro que envuelve la plaza, ¿qué se siente?

- Ese es quizá de los momentos más duros, junto con el de estar solo en la habitación vistiéndote de torero, sobre todo cuando estás ante corridas de mucha responsabilidad.

- Usted ha tenido la muerte cerca en 17 o 18 ocasiones, como aquella cogida del Victorino en Zaragoza en 2003 o la última en los sanfermines en julio del pasado año. El tener tan cerca la muerte, ¿hace ver la vida de otra manera?

- Cuando te coge un toro se pasa muy mal, se sufre mucho, aunque reconocemos que es el peaje que tenemos que pagar los toreros. Por otra parte, te hace valorar mucho más el día a día y lo que uno consigue.

- ¿Cuándo tenía más miedo, antes o ahora?

- Antes y ahora (Ríe).

- ¿Cómo ve la fiesta en estos momentos en nuestro país? ¿Y su carrera profesional? Muchos piensan que deberían dársele más “paseíllos”.

- La fiesta la veo en positivo, hay mucha juventud que viene a los toros. En cuanto mí, pues sí es cierto que pienso que debería hacer más paseíllos, por supuesto (Sonríe).

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