La sartén le dijo al cazo: ¡Apártate que me tiznas!
Columna de opinión por Máximo González
Predicar con el ejemplo es básico en todos los conceptos de la vida para ser creíble; lo contrario es una “milonga”. Aquella que se quiera vender a los demás para convencimiento propio de una engañosa autoestima que no tardará en estallar en las propias manos de quien no lo practica.
En la política pasa lo mismo. Se cansan y nos cansan con sus mítines y sus “monólogos” camuflados de falsas ruedas de prensa democráticas. Nos venden pieles de osos no cazados previamente. Ya se sabe: “No se puede ni se debe vender la piel del oso antes de cazarle” porque se correrá el riesgo de estrellarse como se estrella el huevo de una gallina cuando se le deja caer a no mucha altura contra el suelo por la ley de la gravedad esparciéndose por todos lados.
“Regeneración democrática”: qué frase tan bonita si fuera cierta. Bien intencionada, imparcial, consensuada, abierta a todos los públicos. Y cómo no: predicada en las propias carnes de quien la propone aplicar a todos los demás menos a sí mismo ni a los de su entorno. Llevamos en España más de 40 años de democracia desde la Transición Española. Y qué casualidad que es ahora cuando se está “soterrando” la democracia conseguida con el esfuerzo, sacrificio y generosidad de todos y todas décadas anteriores.
Ahora, por parte del gobierno actual y cuando más en minoría está (pues no olvidemos que perdió las Elecciones Generales sin ni siquiera felicitar educadamente al ganador todavía, por cierto), es cuando no se negocian los asuntos importantes del país. Con la oposición es con quien se debería negociar, pues suma la mitad de los otros votantes del país. Sin embargo, se mira para otro lado y se buscan “medios días” habiendo “días enteros” para ello.
¡Qué pena no tener en cuenta en este momento la famosa foto del ex ministro de Franco Manuel Fraga y el secretario General del Partido Comunista Santiago Carrillo riéndose juntos en la portada del “Diario 16” del viernes 28 de octubre de 1977! Allí, en el Congreso, se ratificó el pacto económico para salvar la economía y consolidar la democracia” con el titular: “Todos juntos a salvar la crisis”! Su foto además también publicó el diario “El País” y “Mundo Obrero” el mismo día entre otros.
Sería bueno recordar “Los pactos de la Moncloa” firmados el día anterior por Adolfo Suárez, primer presidente de la Democracia y la mayoría del resto de las fuerzas políticas del momento. Saber quiénes lo firmaron y porqué lo firmaron. Qué tuvieron en cuenta y qué valoraron para que fuerzas políticas tan distantes y distintas fueran capaces en un momento dado de aunar fuerzas por el bien común. ¿Dónde quedó aquello?
Los que firmaron los pactos fueron Adolfo Suárez en nombre y representación del gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo por parte de UCD, Felipe González por parte del Partido Socialista Obrero Español, Santiago Carrillo por parte del Partido Comunista de España, Enrique Tierno Galván por parte del Partido Socialista Popular, Josep María Triginer por parte de la Federación Catalana del PSOE, Joan Reventós por parte de Convergencia Socialista de Cataluña, Juan Ajuriaguerra por parte del Partido Nacionalista Vasco y Miquel Roca por parte de Convergencia i Unió. Manuel Fraga por parte de Alianza Popular no suscribió el acuerdo político, pero sí el económico.
Tras esto, ¿quién tiene hoy en día la capacidad mínima necesaria y suficiente como para tener esa visión de futuro para nuestro país? ¿Quién es capaz en nuestro país de obligar a sentarse en una mesa a negociar lo que se necesita resolver? El deterioro de todas las instituciones se va viendo diluir como una pastilla efervescente en medio vaso de agua y sin remedio por intereses personales de algunos desaprensivos maliciosos y/o malintencionados.
El pueblo, la ciudadanía y el sector industrial y empresarial en definitiva, están necesitados de paz, sosiego y estímulos suficientes para la inversión y la creación de empleo capaces de conseguir el progreso como nación. Esto debemos mantenerlo a diario sin atajos y con unas leyes que respalden a los que arriesgan con sus inversiones una estabilidad económica y social que llegue a todas las esferas de la sociedad sin excepción.
Hay que luchar para producir y crecer porque solo eso ayudará al mantenimiento de las obligaciones contraídas. La política de “dame de comer y llámame tonto” buscando votos a cambio en nuestro gran país, España, ya va colando cada día menos. Y esperemos que esto siga así por el bien de todos y todas.
En la época medieval, los reyes luchaban en el campo de batalla como cualquier otro soldado, arriesgando su propia vida contra el adversario. Daban un ejemplo ante los suyos que les infundía ánimos y seguidismo ante todos ellos predicando sin esconderse con su ejemplo ante los demás. Lanzar la piedra y esconder la mano tiene los días contados para quien la lanza porque tarde o temprano casi siempre se descubre la verdad, esa verdad que le pertenece al pueblo y por la que hay que luchar por conservarla como sea día a día.
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