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Un grupo de personas con mascarillas y herramientas limpian una calle llena de barro después de una inundación.
COLUMNAS

Monumento al voluntariado

Columna de opinión por Máximo González

Nuestro país España, siempre ha sido muy solidario con los demás ante cualquier catástrofe allá  donde se produzca. 

Siempre ha colaborado y enviado ayuda desinteresada en beneficio de los afectados y jamás se  ha solicitado ningún tipo de compensación como es lógico por ello. 

De las últimas catástrofes sufridas, podemos recordar las del Prestige, buque petrolero con  77.000 toneladas de crudo de petróleo, que el 19 de noviembre de 2002 se partió en dos y se  hundió en las costas de Galicia y adonde se desplazó una ingente cantidad de voluntarios y  voluntarias a ayudar en las tareas de limpieza de las playas invadidas por el petróleo derramado  por el barco. 

Personas con trajes protectores limpian una playa afectada por un derrame de petróleo.
Voluntarios ayudando tras la tragedia del Prestige | Europa Press

Cuando este hecho ocurrió, las autoridades no tuvieron claro si acercar el barco a la costa para  controlar los vertidos, o alejarlo de la misma para que no la dañara. 

Finalmente se decidió alejarlo y ocurrió lo no previsto: que con el oleaje, el vertido del barco llegó a las costas, invadiendo las playas e intoxicando de “chapapote” todo lo que pilló en su  camino ante la sorpresa de propios y extraños; entre políticos y vecinos y sin saber qué hacer. 

Fue una catástrofe medioambiental de las más grandes hasta entonces y supuso una crisis del  gobierno de entonces presidido por José María Aznar. 

A los 20 años de ocurrida aquella catástrofe, Greenpeace homenajeó a los voluntarios del Prestige, la verdadera reacción de una sociedad civil que con tanta generosidad se desplazó hasta  allí a colaborar en las labores de extinción del siniestro al que la clase política, como en el caso  de ahora en zona de Valencia y Albacete. 

Tres comunidades autónomas: Valencia, Castilla la Mancha y Andalucía en connivencia con el  gobierno Central y salpicadas por la DANA, han llegado tarde y mal en este momento, pero a lo  que los gobiernos anteriores, estatal y autonómico, tampoco supieron llegar anteriormente a  prever las consecuencias de ahora al no acometer las obras necesarias por pasividad,  irresponsabilidad y/o algún que otro oportunismo político.

Personas limpiando una calle llena de barro después de una inundación.
Voluntarios colaborando en la tragedia | Europa Press

¿Cómo estarían las zonas afectadas todavía sin la presencia de todos esos voluntarios y  voluntarias?, porque la verdad sea dicha, ¿a qué políticos del Congreso y/o Senado se ha visto  por allí dando ejemplo de solidaridad y colaborando con los afectados?.

Si no hubiera sido por ellos y ellas y por las escasas fuerzas estatales que aún hay allí en este  momento, ¿A qué nivel de solución del problema estaríamos ahora?.

Se nos llena la boca de palabras bonitas, pero huecas de contenido y efectividad; paralelamente se puede decir por ello, que los políticos españoles tienen una ciudadanía que no se merecen  por sus comportamientos tan inadecuados, altivos y muy cortos de miras; viven en otro mundo  y como si las desgracias de los demás pudieran esperar eternamente. 

Y pensando precisamente en todos esos voluntarios y voluntarias, es por lo que he decidido escribir este artículo, para solicitar a quien corresponda, no solo un gran homenaje cuando proceda a todos ellos y ellas a nivel nacional, sino la creación de un monumento en su honor en  todas las localidades a las que se han desplazado a ayudar tan generosamente. 

Hay que comprender que todos ellos y ellas, no han tenido ninguna protección en cuanto a  accidentes ni de resarcimiento de los gastos que les han supuesto desplazarse a las zonas  afectadas a ayudar. 

Se han costeado los gastos de desplazamiento, equipamiento y estancia y no han pedido nada a  cambio y pregunto yo: ¿Y si les hubiera ocurrido algo a alguno de ellos y/o ellas? 

Ni que decir tiene a los vehículos y/o maquinaria desplazada de su propiedad para ayudar como  rotura de ruedas, gasto de combustible, mano de obra gratuita, etc.? 

¿No podría estudiarse para estos casos de colaboración ciudadana crear algún organismo y/o  póliza de seguros a modo del Consorcio de Seguros Estatal que pudiera cubrir estas posibles  necesidades dotando alguna partida en los presupuestos generales del Estado para este fin y/o  similares? 

El Estado Español debe reaccionar ante lo ocurrido: No debería seguir así en cuanto a todo este  tipo de catástrofes y debería definir muy claramente cuáles son las verdaderas competencias de  cada Administración a la hora de acometer eficazmente sus responsabilidades y luchar por el bien común de todos los ciudadanos para que se vea la utilidad del pago de sus impuestos cuando llega la hora de utilizar los recursos acumulados de todos ellos en las arcas del Estado. 

Cuando se creó la actual Constitución Española de 1978, el desarrollo de las Autonomías quedó  en un segundo plano porque lo urgente en ese momento no era eso.

Con el tiempo y con el paso de un gobierno a otro se han ido desarrollando y perfeccionando y  ahora nuestro país, es uno de los más descentralizados del mundo pero eso no quita para que  no se controle lo verdaderamente importante, que es ni más ni menos que salvaguardar la vida  de los ciudadanos a toda costa y sus necesidades. 

Si con el paso del tiempo, se demuestra que las autonomías no disponen de los medios suficientes para acometer grandes desgracias como la presente, el “papá” Estado debe actuar  como un padre en una familia: ayudar a los hijos a crecer y a ayudarles mientras aún no sean autosuficientes. 

Y ni aún siendo autosuficientes son capaces muchas veces de “torear” satisfactoriamente los  problemas que les da la vida a lo largo de su camino en solitario, necesitando en más de una  ocasión, el cobijo de una mano amiga que le ayude a seguir adelante, dándoles confianza en sí  mismos. 

Los padres crían a sus hijos, les ayudan a crecer y les mantienen de mayores cuando las  circunstancias obligan y en este caso concreto, el Estado son los padres y lo demás se  sobreentiende; ¿Qué padre y/o madre abandona a su hijo en caso de necesidad?. 

Un grupo de personas organiza y clasifica ropa y otros artículos en un centro de acopio, rodeados de cajas y bolsas.
Voluntarios ayudando tras la DANA | Europa Press

Cuando hay un incendio en España, vemos en la TV muchas veces cómo un helicóptero o  hidroavión de la comunidad autónoma suelta ráfagas de agua en el aire para que caigan en las  zonas que están ardiendo para intentar contener el avance del fuego, pero, yo me pregunto: ¿Y por qué no van 20, 30 o 200 helicópteros del Estado Español, que es el que verdaderamente dispone de todos los recursos necesarios para apagar dicho incendio si con ello el incendio se reduce a la mitad de los días y se libra la mitad de los montes de ser arrasados?.

Pues en el caso de la Dana, pasa lo mismo: Si en vez de enviar a 7.000 soldados se hubieran  enviado 14.000, las labores de ayuda hubieran reducido también a la mitad el problema de los  afectados. 

En España hay muchos parados y mucha gente cobrando ayudas de toda índole y yo me pregunto: ¿No podrían ir a ayudar también a estos sitios necesarios todos aquellos y aquellas  que no trabajan y cobran del Estado?.

¿No se les podría encomendar la limpieza de bosques, ríos y/o ayudar a labores sociales y a todo  lo que fuera necesario a cambio de lo que están cobrando por no hacer nada?. 

Y lo mismo opino de los presos de las cárceles, de los liberados sindicalistas, etc... de todos aquellos que cobran por no hacer nada; arrimar el hombro en caso de necesidad, es una labor solidaria de toda la sociedad en su conjunto porque las desgracias no tienen miramientos con  nadie ni con ninguna zona en concreto 

Esto no puede seguir así; no debe seguir así y si no se cambian muchas estructuras “bonachonas”  actuales del Estado, habría que crear quizá un Ministerio de “Catástrofes” de toda índole en el  que pudiera haber un mando único capaz de poner en marcha la maquinaria de la solución a  todos los problemas emergentes del país con previsión, responsabilidad, sin demoras y en  tiempo récord. 

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