Menú de la Santa Cena de Jesús con sus Apóstoles

Este fue el menú. Mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo de lo que fue y lo que significó aquella “Última Cena” de Jesús con sus apóstoles. Aquella que tan famosa hizo la obra del gran Leonardo Da Vinci. 

Pero pocos o muy pocos han podido reunir los platos que compusieron el menú de aquella comida. Es verdad que sí hay bastante escrito sobre los menús predilectos de los judíos de aquellos tiempos. E incluso escritas están las prohibiciones que marcaba la “Torá”, el “Corán" del judaísmo.

Uniendo cabos y detalles históricos y de ficción yo, al menos, he llegado a la conclusión de que el menú de la “Santa Cena” fue el que reproduzco. 20 cazuelitas de barro con alimentos diferentes de entrada y un único plato fuerte asado y condimentado con especias.

1.     Dos croquetas de jamón

2.     Dos gambas cocidas

3.     Dos mejillones al vapor

4.     Dos rodajas de berenjenas al horno

5.     Dos rodajas de chorizo blanco

6.     Dos taquitos de morcilla de Burgos

7.     Dos tacos de sangre frita

8.     Dos corazones de alcachofas

9.     Dos anchoas de Santander

10.  Dos lonchas de jamón curado

11.  Tres taquitos de ternera al horno

12.  Dos pepinillos

13.  Taquitos de besugo

14.  Dos muslitos de pollo

15.  Pechuguitas y muslos de perdiz

16.  Paté de pimienta

17.  Un huevo cocido en vino blanco

18.  Paté de anchoas

19.  Cazuelita de boquerones en vinagre

20.  Dos pinchos morunos

Claro está, que antes de iniciar la comida Jesús tomó de sus manos un trozo de pan y una copa de vino y les dijo lo siguiente. “Tomad y comed esta es mi carne, tomad y bebed esta es mi sangre”… Como claro está que el segundo plato tenía que ser, y lo fue, cordero. Y en aquella ocasión el cordero, según San Mateo, fue asado con toda clase de especias.

Como curiosidad para el lector también le reproduzco las prohibiciones alimentarias de la “Torá” que fueron las siguientes. Prohíbe comer carne y leche combinadamente, y hasta el acto de cocinarlas juntas. Tampoco la carne de cerdo ni ninguno de sus derivados.

La realidad es que la alimentación “casher” incluye muchas más restricciones. Siendo probablemente el Judaísmo la religión más estricta en este sentido… Y más estrictas son las recomendaciones que hacía para el “Sabbat”, el día de descanso del Judaísmo. No se puede plantar árboles, ni arar, ni cosechar, ni trillar, ni aventar, ni moler, ni pelear, ni amasar, ni hornear (o sea que no se podrá cocinar ni freír).

Tampoco el judío verdadero podrá trasquilar lana, lavar, batir, pintar, hilar o tejer lana, coser, ni matar a un animal, ni curtir pieles, ni construir ni encender fuego.

O sea, que Jesús y sus apóstoles fueron los primeros en saltarse las prohibiciones que venían en la “Torá” o “Antiguo Testamento”. Tal vez, pero eso no lo dice nadie.

Porque a la cena acudieron por invitación. Y cuando los judíos asisten a una comida o cena por invitación, quedan exentos de cumplir las normas que valen para si la comida es en casa y sin invitados.