La mediación familiar de Maite Galdeano a Sofía Suescun: Esta es la propuesta

Está de actualidad la propuesta de mediación familiar de Maite Galdeano a su hija, Sofía Suescun. El motivo es la problemática tensión que existe en el seno de la familia. La mediación no suele funcionar ante niveles de tensión elevados, por lo que es previsible que la propuesta de mediación de madre a hija no resuelva la situación.

Los Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos (MASC) nacen para evitar disputas y pleitos. En este caso ya ha transcendido que se han llegado a iniciar denuncias en las que incluso Sofía llega a pedir orden de alejamiento respecto de su madre Maite.

La mediación con niveles elevados de tensión no es eficaz

En este contexto de tensión las posibilidades de que la mediación extrajudicial prospere son mínimas pues se reducen exponencialmente cuanto mayor sea el conflicto entre las partes.

Así, aunque la mediación puede ser de gran ayuda, es mejor hacerlo en las primeras fases del conflicto. Pedir ayuda de terceros para que intenten poner paz, mostrando predisposición al entendimiento  para buscar soluciones y tratar de alcanzar acuerdos tiene sentido.

El entendimiento es algo que las partes siempre podrían conseguir por sí mismas, pero no son capaces por la existencia de algún tipo de dificultad que lo impide. En muchos casos son problemas de comunicación, enemistad, posturas muy opuestas e inconciliables. Pero mediar sin rebajar el clima de tensión no es coherente, ni tiene sentido.

La mediación se inicia por una de las partes que propone a la otra entablarla respecto a un tema concreto. La parte a la que le piden la mediación no está obligada a aceptarla y cualquiera de las partes puede optar por finalizar la mediación libremente en cualquier momento.

En el contexto de una relación en la que una hija está denunciando y pidiendo una orden de alejamiento de su madre no parece previsible que se tenga predisposición a un proceso de mediación.

La dificultad de la mediación como última solución

El  problema actual de esta solución está en la dificultad cuando se utiliza como última opción cuando las personas sienten que no hay otras alternativas. Es recomendable que se utilice como una opción a tiempo, cuando los problemas no han terminado de irse de las manos.Cuando existen dificultades o controversias incipientes es cuando hay que buscar soluciones.

En este caso, ha trascendido que ambas partes hacen manifestaciones muy graves de la otra, por lo que todo apunta a que se llega muy tarde, pues no puede prevenir, sino simplemente regular acuerdos que en ocasiones están demasiado condicionados.

Incluso en ocasiones la mediación aparentemente tiene éxito pues acaba con un punto de entendimiento, pero es tan forzado y antinatural que en la práctica puede ser una imposición injusta que realmente no es del todo libre.

Un intento de mediación sin la actitud adecuada acaba siendo un paripé

Cuando lo que se pide en una mediación es un acercamiento, pero la actitud coetánea y posterior sigue siendo de enfrentamiento, evidentemente lo que se pide y lo que se hace no es acorde. Esta disparidad entre lo que se pretende de la mediación y lo que se sigue haciendo en la práctica  suele ser síntoma de lo que se pretende no es llegar a un entendimiento, sino querer que nos den la razón en nuestras pretensiones.

En un proceso de mediación hay que empezar rebajando los ataques, reproches y actitudes potencialmente ofensivas. De no hacer eso, de poco vale. 

El condicionamiento de una mediación tardía, con tensión y sin la actitud adecuada es muy poco eficaz. Por tanto, de no ir acompañado de propuestas viables y razonables no es más que un intento de conseguir algo a sabiendas de que la otra parte no esta de acuerdo.

A la mediación no hay que ir como un espectador para que nos arreglen los problemas, sino que es una ayuda que tenemos para que nosotros mismos alcancemos los puntos de entendimiento.

Posturas irreconciliables

En todas las familias existen pequeñas o grandes diferencias. Pero en este  caso, Maite Galdeano y Sofía Sescun tienen posturas difícilmente mediables. En ocasiones las partes deberían de buscar ayuda individual, refexionar, tomar conciencia de la situación y tomar decisiones entre las que puede estar la mediación.

La mediación, por tanto, no es una soluciónen sí misma, sino un recurso puntual para solventar situaciones concretas. De superar una dicficultad con mediación sin un cambio de actitudes y posturas, podría ser resolver un síntoma o consecuencia del problema.

Pero lo importante es buscar el origen del problema para que las partes puedan tomar decisiones desde la toma de consciencia, la confianza y la responsabilidad de tomar actitudes que puedan prevenir futuras controversias.

El respeto y no injerencia son pautas básicas para que toda relación funcione de manera saludable. Las relaciones disfuncionales con roles anómalos de familiares tienen problemas de asentamiento y se debe de reforzar y reconstruir para que sean compatibles.

Existe asimetría de poder en todas las relaciones en las que una de las partes siente o quiere algo incompatible a lo que siente o quiere la otra. En la medida en la que esa asimetría de poder sea justa y equilibrada existirá posibilidades de entendimiento.

Cuando una de las partes se siente con el derecho de mantener un tipo de relación y otra no lo acepta, existe un malestar insano. Cuando en vez de tratar ese problema de origen lo que se hace es no hablarlo pero sí crear mayores vínculos, lo que se hace es sobrecargarla.

Esto suele acabar precipitando situaciones límite más abruptas, como ocurre por ejemplo en un edificio con problemas de cimentación en el que se sigue construyendo. Esas grietas que se perciben como los problemas visibles no dejan de ser el reflejo de los problemas de asentamiento.