Las polémicas de Nancy Reagan: De la repulsa a Rock Hudson a 'temida madrastra'

La figura de la primera dama estadounidense es un cargo que ha ganado notoriedad con el paso de los años, aunque no es un título que se asuma de manera oficial sino un rol que se acepta en el momento en el que el cónyuge se convierte en presidente de Estados Unidos. El interés que ha suscitado su figura se ha plasmado en numerosas portadas de las principales cabeceras de moda como Vogue o Vanity Fair e incluso se ha llevado a las grandes pantallas, como la serie 'The First Lady', estrenada el pasado año, que aborda la trayectoria y los secretos de tres de las primeras damas más influyentes: Michelle Obama, Eleanor Roosevelt y Betty Ford.

Han sido un total de 48 las mujeres las que han ejercido como anfitrionas de la Casa Blanca desde Martha Curtis Washington. Algunas de ellas han tenido que hacer frente, a lo largo de su trayectoria como first ladies, a polémicas o escándalos que han tambaleado su estabilidad matrimonial. Una de ellas ha sido Nancy Reagan, esposa del 40º presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan.

La historia de amor entre Nancy y Roonie, como ella lo llamaba, comenzó en los platós de cine de la década de los cincuenta, una de las épocas más doradas por la que ha pasado Hollywood. Él era un actor reconocido y aclamado y con un divorcio a sus espaldas. Allí conoció a la joven Nancy, que ya había protagonizado once cintas, entre las que figura ‘Hellcats of the Navy’.

La historia de amor culminó el 4 de marzo de 1952 en una boda que llegó a convertirse en el evento del año. La pareja ha tenido dos hijos: Ronald y Patricia Reagan. Su romance llegó a compararse con uno de los argumentos de las cintas que protagonizaban pues acabaron ocupando la Casa Blanca. Él como líder político y ella como primera dama que, además, se convirtió en abanderada de la prevención del cáncer de mama tras sufrir una mastectomía

El día que Nancy Reagan le dio la espalda al SIDA

El nuevo estatus político del matrimonio no fue un impedimento para mantener las amistades que habían forjado durante su etapa como actores de la meca del cine. Una de ellas fue el actor Rock Hudson. Cuando en 1984 el actor estadounidense rodaba la serie televisiva Dinastía, solo unos pocos conocían que sufría la enfermedad del SIDA, entre ellos, el matrimonio Reagan. El intérprete había decidido esconderlo en el set de rodaje para continuar con su trabajo.

Ante la especulación de los medios de comunicación sobre su estado de salud tras sufrir un desmayo en un hotel parisino, Hudson envió un comunicado en el que desvelaba que padecía un cáncer de hígado inoperable. Sin embargo, ante los constantes rumores sobre su salud se vio obligado a confirmar que padecía el virus del VIH.

Su traslado a París no era casual. El intérprete trató de someterse a un tratamiento experimental con la droga HPA-23, pero no fue posible. La culpa, según varios cronistas sociales de la época, la tuvo Nancy Reagan, que no intercedió en nombre de su amigo en el hospital militar de Percy al no disponer de nacionalidad francesa.

Hudson solo recibió un telegrama con el siguiente mensaje: “Acabo de hablar con la señora Reagan sobre el telegrama y me dice que no es un asunto en el que la Casa Blanca deba intervenir”. Aunque finalmente y a espaldas de la Casa Blanca pudo ingresar en el Hospital, la salud del actor se había deteriorado y falleció unos días más tardes. Para la ‘fábrica de sueños’ la postura de la primera dama fue muy criticada pues era una de las mejores amigas del actor.

Temida madrastra

Durante su etapa como ‘matrimonio presidencial’ los Reagan tuvieron tanto seguidores como detractores. No tanto por el líder conservador, quien para muchos era el heredero de John F. Kennedy, sino por su esposa, a quien tildaban de “fría” y “derrochadora”. Entre ellos, se encontraban los hijos del primer matrimonio de Ronald Reagan con la actriz Jane Wyman, la villana más reconocida de la década de los ochenta o más conocida como  Angela Channing.

Maurice, Michael y Christine Reagan declararon que su madrastra nunca les había hecho sentir que el hogar de su padre también era el suyo, y que siempre les había tratado como hijos de segunda. Además, los vástagos del que fuera actor puntualizaron que “Nancy estaba obsesionada con su marido” y que incluso dejaba de lado a su propia descendencia.