La fortuna de Ibrahim Iskandar, el gran rey de Malasia: Un avión dorado...
El conocido como 'extravagante' sultán de Johor, elegido monarca por rotación cada 5 años, cuenta con un gran patrimonio
El pasado viernes 27 de octubre, tal y como es tradición cada cinco años, las familias reales de Malasia acordaron elegir al sultán Ibrahim Sultan Iskandar como nuevo monarca del país. Ibrahim, del estado meridional de Johor, es una figura que ha sido controversial en muchos sentidos, desde su fortuna, que ronda los 700 millones, hasta su extravagancia.
La elección del nuevo monarca se celebró en el Palacio Nacional (Istana Negara) de Kuala Lumpur con la participación de los nueve sultanes o sus representantes de Malasia, que se rotan en el cargo de monarca cada cinco años, según relataron las autoridades malayas a través de un comunicado oficial.
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El sultán de Johorreemplazará a Tengku Abdullah y se convertirá en el decimoséptimo rey de Malasia el próximo 31 de enero de 2024. El primer ministro, Anwar Ibrahim, con quien guarda buena relación, ya ha sido informado, según el mismo comunicado.
Además de que el sistema establecido para elegir monarca puede llamarnos la atención, se da la circunstancia de que la lista de monarcas malayos ha sido polémica en los últimos años. Así, Tengku Abdullah fue nombrado rey en enero de 2019 tras la inesperada renuncia de su antecesor, Muhammad V, después de dos años en el trono y tras casarse con la miss y modelo rusa de 25 años Oksana Voevodina en Moscú.
De un Mercedes de Hitler a un Boeing 737 dorado
El nuevo monarca Ibrahim Iskandar, el vigésimo quinto sultán de Johor, es uno de los soberanos más ricos del mundo, su patrimonio está valorado en más de 750 millones de dólares, según la revista Forbes, además es uno de los más ostentosos. Entre los caprichos de Ibrahim destacan los coches. La flota actual del nuevo monarca cuenta con más de 300 vehículos. Entre sus coches más valorados destacan marcas como Rolls-Royce, Bentley, Aston Martin o BMW. Además, es bien sabido que el monarca tiene gusto por el tuneo de estos vehículos.
Sin embargo, entre todas sus extravagancias destaca especialmente un Mercedes de 1936 que Hitler regaló a la familia real de Johor. Para que las carrocerías no sufran los rigores del calor y el polvo, el sultán ha hecho construir enormes garajes en los que nunca se apaga el aire acondicionado y todo un ejército de mecánicos se dedica con esmero a abrillantar las culatas a diario.
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El sultán adquirió también el camión más caro del mundo, que se parece a los famosos Transformers, con bordados de oro en los asientos, pantallas planas de televisión, una cama gigantesca y hasta cocina. Paralelamente, compró un avión Boeing 737, valorado en unos 90 millones de euros, a los que hay que añadir la chapa y pintura. El sultán se empeñó en que barnizaran todo el aparato con pintura de oro, según recogieron diversos medios de comunicación internacionales.
En 2018, el Boeing 737 dorado tomó tierra en nuestro país en el aeropuerto de Manises, ya que el propietario del Valencia C.F., el empresario singapurense Peter Lim, mantenía una relación de amistad tanto con el sultán como con su primogénito, el heredero del trono.
Las claves del sistema monárquico malayo
Para entender el sistema rotatorio de la monarquía en Malasia, es necesario comprender que el país es una confederación de 13 estados y tres territorios federales, y que en el país se concentran multitud de etnias y religiones diferentes. Cada nuevo rey es elegido en un cónclave de sultanes electores que guarda muchas similitudes en cuanto a secretismo y misterio como el del colegio de cardenales que designa a cada Papa en el Vaticano.
El próximo 31 de enero, fecha para la que está prevista la subida al trono de Ibrahim Iskandar, la capital del reino, Kuala Lumpur, acogerá las ceremonias de entronización, que incluirán desfile militar, la presencia de las principales autoridades políticas de la nación y la asistencia de decenas de miembros de las familias reales malayas. Predominará, como manda la tradición, el amarillo, color ligado a la realeza en todo el sudeste asiático.
Por su parte, el linaje de los sultanes de Malasia se remonta a los sultanatos malayos del siglo XV. El rey es visto por los musulmanes del país, que representan el 60 % de los alrededor de 31 millones de habitantes, como el patriarca de la etnia malaya, y referente para las minorías chinas, indias y aborígenes.
Aunque su rol es ceremonial, ocupa un papel cada vez más central debido a la tumultuosa escena política de Malasia, con Anwar Ibrahim como el quinto primer ministro en menos de cinco años, tras una crisis política que ha ido devorando cargos oficiales a lo largo de dos años.
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El rey de Malasia, igual que en las monarquías parlamentarias occidentales, cumple un papel fundamentalmente protocolario y representativo. Sin embargo, la monarquía malaya cuenta con ciertas particularidades. En primer lugar, al tratarse de una confederación de estados, el monarca representa la unidad de todo el reino. Pero además, su figura se ha convertido en garante del respeto a las distintas etnias y minorías religiosas de la nación. Esto es algo especialmente importante en una zona del mundo donde los conflictos interétnicos están a la orden del día.
Los reyes de Malasia permanecen en la Jefatura del Estado durante periodos no prorrogables de cinco años. Aunque en fechas recientes se han vivido situaciones de crisis. Como la anteriormente mencionada de 2019, cuando el sultán Mohamed V de Kelantan abdicó, poniendo fin a semanas de especulaciones sobre su futuro en medio de rumores sobre su boda con una ex reina de la belleza rusa. Era la primera vez que un rey de este país de mayoría musulmana abdicaba desde la independencia de Malasia del Reino Unido en 1957.
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