La familia de Esperanza Aguirre toma una decisión que les hace perder mucho dinero
La familia de Esperanza Aguirre está dispuesta a vender la casa que tienen en herencia bajándole el precio de nuevo
La historia de la emblemática Casona de la Marquesa de Casa Valdés, situada en el corazón de Asturias, ha tomado un giro inesperado. Este giro ha afectado considerablemente a la familia de Esperanza Aguirre. La villa, que fue el hogar de Beatriz Valdés y Ozores, sigue sin encontrar comprador a pesar de las múltiples reducciones en su precio.
Los herederos pusieron en venta la casa dos años después del fallecimiento de Beatriz Valdés y Ozores
En 2018 fallecía Beatriz Valdés y Ozores, suegra de la expresidenta de la Comunidad de Madrid. A finales de 2020, casi dos años después de su fallecimiento la familia decidió poner en venta la histórica propiedad.
Inicialmente, el precio de salida fue fijado en 980.000 euros, una cantidad que reflejaba el valor histórico y arquitectónico de la villa. Sin embargo, el mercado inmobiliario no respondió como se esperaba, y la Casona de la Marquesa de Casa Valdés permaneció sin comprador.
Desde entonces, los herederos de la marquesa han reducido el precio en varias ocasiones con la esperanza de atraer a un comprador. Entre dichos herederos figura Fernando Ramírez de Haro, esposo de Esperanza Aguirre.
En marzo de este año el precio se había ajustado a 798.000 euros. A pesar de esta significativa reducción, la villa continuó sin despertar el interés esperado en el mercado inmobiliario.
Los herederos vuelven a reducir el precio significativamente
En un nuevo intento por vender la propiedad, la familia ha vuelto a bajar el precio, esta vez a 750.000 euros, es decir, 48.000 euros menos que la última cifra publicada. El anuncio fue actualizado hace apenas 11 días, mostrando la continua determinación de los herederos por encontrar un comprador para la Casona. Este último ajuste representa una disminución total de 230.000 euros desde el precio original de 980.000 euros.
La situación es particularmente delicada para los herederos, quienes aunque tienen un gran valor sentimental por la casa, están dispuestos a deshacerse de ella. La villa no solo es una propiedad imponente desde el punto de vista arquitectónico, sino que también está cargada de recuerdos personales para la familia. Sin embargo, la carga financiera y el mantenimiento de una propiedad de tal envergadura han llevado a la familia a tomar la decisión de venderla.
La decisión de bajar el precio de la villa en 230.000 euros ha significado una pérdida financiera significativa para los herederos de la marquesa. Sin embargo, la determinación de vender la propiedad persiste, y es de esperar que esta nueva reducción de precio atraiga finalmente a un comprador interesado.
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