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Claves de la muerte de Carmina Ordóñez, 69 años después de su nacimiento.

Tras su fallecimiento, Eva Carreño declaró que encontró a Carmina Ordóñez con compañía poco recomendable.

La socialité Carmen Ordóñez,  que este próximo 2 de mayo habría cumplido 69 años, siempre dijo que nunca llegaría a los 50. Y así fue. El 23 de julio de 2004 la 'reina de las revistas del corazón' fallecía a los 49 años  víctima de un infarto mientras se encontraba en la bañera. Aquella muerte ocupó las portadas de las principales cabeceras de nuestro país, abrió informativos y supuso un duro golpe para una saga que quedaba huérfana.

Pero lo cierto es que veinte años después son muchas las teorías en torno al fallecimiento de la que fue pareja del torero Paquirri. Según declaró a las autoridades Eva Carreño, íntima amiga de la socialité, aquella noche la modelo había estado acompañada en su piso de la madrileña calle Esteban Palacios. "Yo fui a su casa, había quedado con ella, y porque sabía que estaba con compañía poco recomendable", revelaba Carreño. 

Tal y como ha trascendido, días después de la muerte de 'la Divina' un amigo suyo grabó una conversación a una de las personas que la acompañó durante esa noche. Y aunque muchos afirmaron que esta cinta se había perdido, otros sostienen que la cinta sigue siendo propiedad de una de las amigas de Carmen. Pero, ¿qué pasó aquel 23 de julio de 2004?

La muerte de Carmina

Como ya hemos dicho, el 23 de julio de 2004 Carmina Ordóñez irrumpió en la actualidad española por última vez. El reloj marcaba las 8.00 horas de la mañana cuando se certificó la muerte de Carmen Ordoñez. Fue Luisa, su asistenta de hogar, quien encontró el cuerpo en la bañera, en posición de cúbito supino. Luisa decidió llamar a Fabio, el chófer, antes que a la Policía. Un hecho que llamó mucho la atención.

Mujer con cabello largo y oscuro, vistiendo una chaqueta de tweed y una camisa roja, mirando directamente a la cámara.
Carmen Ordóñez. | El Cierre Digital

Posteriormente fue Eva Carreño quien acudió al domicilio de Carmen y halló a su amiga en el baño con un golpe y sumergida en la bañera con el grifo abierto. El televisor estaba encendido, las persianas se encontraban subidas y se hallaron restos de sustancias en el inodoro. Por aquel entonces, los excesos habían vuelto a la vida de Carmina, quien ya había afirmado que muchos de sus amigos le había fallado. 

Esa misma tarde Carreño prestó declaración, de manera voluntaria, ante el grupo 5 de homicidios, quien certificó que no se había tratado de una muerte violenta, confirmando que aquella noche Carmen había estado acompañada. Según su declaración: "Yo fui a su casa, había quedado con ella, y porque sabía que estaba con compañía poco recomendable"

Veinte años después del fallecimiento de 'la divina', ha trascendido que días después del hecho un amigo suyo grabó una conversación a una de las personas que la acompañaba esa noche. Hay quienes afirman que no se procedió a la revisión de las cámaras de seguridad de la residencia de la socialité, que algunas pruebas desaparecieron o que los últimos mensajes que envío Carmina nunca salieron a la luz. Y por eso dicen que no se investigó de manera exhaustiva, sembrando dudas sobre si la muerte de Carmen fue un accidente o no. 

Carmina 'la Divina'

Carmen Cayetana Ordóñez González, nació el 2 de mayo de 1955 en Madrid. No pertenecía a la nobleza, pero sí a algo así como la aristocracia del estoque. En ella confluían los Ordóñez y los Dominguín. Tradición taurina en doble vertiente. Nieta del 'niño de la Palma' e hija de Antonio Ordóñez, apenas tenía dos años cuando el enfrentamiento de su padre con su tío Luis Miguel Dominguín —su madre Carmina González era hermana de este torero—, consiguió interesar al mismísimo Hemingway en su libro Verano sangriento.

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Carmen Dominguín y Antonio Ordóñez junto a sus hijas, Carmina y Belén. | El Cierre Digital

Aunque adoraba a su padre, dicen que heredó la belleza característica de los Dominguín. "Los Dominguín son guapos, los Ordóñez somos buena gente", le dijo Antonio Ordóñez en una ocasión a su otra hija, Belén. Las niñas crecieron con todas las comodidades, aunque con las continuas ausencias de su progenitor a causa de las temporadas que pasaba fuera de casa por las corridas en América. Carmina y Belén, criadas en la calle Serrano, recibieron una educación clásica en el Liceo Francés, donde compartieron pupitre con  su primo Miguel Bosé, e internas en un colegio suizo. 

Tanto Carmen como Belén sentían gran admiración por sus progenitores y en especial, por su madre, cuyo fallecimiento en agosto de 1982,  víctima de uncáncer, descompuso la férrea unión de la saga. Para sus hijas fue un duro golpe y, de hecho, las llevó a someterse a tratamiento médico. Carmina nunca se recuperó de la muerte de su madre.

Sin embargo, las hermanas Ordóñez pronto tendrían que hacer frente a un nuevo varapalo: Antonio Ordóñez pasaría de nuevo por el altar para casarse con  Pilar Lezcano en 1983. Las desavenencias de las hijas del torero con Lezcano fueron habituales, aunque con el paso del tiempo llegaría la conciliación entre ellas. 

Las hermanas Ordóñez provenían de una familia de pensamiento tradicional e ideología vinculada al franquismo. Y, en el caso de Carmen, pronto dejaría ver su rebelde personalidad, alejada de las normas impuestas por sus progenitores. En una corrida en Tarifa conoció a su primer marido (y amor de su vida): Francisco Rivera, Paquirri. Un joven torero de 25 años, criado en una familia humilde originaria de Barbate. Aunque la diferencia de edad era notoria, ella solo tenía 17 años, el romance siguió adelante.

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Carmen Dominguín y Antonio Ordóñez junto a sus hijas, Carmina y Belén. | El Cierre Digital

El enlace celebrado el 16 de febrero de 1973 en la iglesia de San Francisco el Grande se entendió como una vía rápida para escapar de casa. Carmena estaba bellísima con un vestido firmado por Herrera y Ollera. Llegó acompañada de su padre, que ejerció como padrino mostrando gran complicidad con Paquirri, ya que fue su yerno más querido y  al que consideró como el hijo que no llegó a tener. La boda fue uno de los eventos más relevantes de la década y a ella asistieron personalidades como Carmen Martínez Bordiú  junto a  Alfonso de Borbón, Lola Flores, Lolita, el marqués de Cubas  o  Máximo Valverde.

En esos años, en plena adolescencia, Carmina pasó a hacer vida de mujer burguesa casada. Ese era el papel que representaba en las revistas del corazón de la época. En 1975 una publicación estadounidense llegó a elegirla como una de las mujeres más bellas del mundo junto a Carrie Fisher, antes de ser la princesa Leia de Star Wars, y Carolina de Mónaco

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Carmen Dominguín y Antonio Ordóñez junto a sus hijas, Carmina y Belén. | El Cierre Digital

La pareja tuvo dos hijos,  Francisco y Cayetano, ambos populares desde la cuna, que pasaron una infancia bajo el influjo taurino de su padre. El matrimonio pronto haría frente a una grave crisis debido a la confrontación entre la “dolce vita” de Carmen y la disciplina torera de Paco. Se divorciaron en el año 1979 y en septiembre de 1984, la Divina se enfrentó a la muerte del torero y padre de sus hijos en Pozoblanco debido a una grave cogida.

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Carmen Dominguín y Antonio Ordóñez junto a sus hijas, Carmina y Belén. | El Cierre Digital

La modelo volvería a pasar por el altar hasta dos veces más. En 1984 contrajo matrimonio con el cantautor  Julián Contreras en Miami y ambos fueron padres de Julián Contreras Jr. En 1997, y tras vivir una época en Marrakech, le dio el sí quiero al bailarín  Ernesto Neyra. Un matrimonio tormentoso en el que, tras la ruptura, Carmen declaró en televisión que había sufrido malos tratos. 

Más allá de su vida sentimental, otra de las especialidades informativas de Carmina fueron sus diversos pleitos. Se enfrentó con Isabel Pantoja, la viuda de su primer ex, por defender los derechos de sus hijos ante la herencia del malogrado torero. También se enfrentó a la segunda esposa de su padre, Pilar Lezcano.

Un grupo de personas elegantemente vestidas posa para una foto en un evento formal al aire libre, con una novia en el centro usando un vestido blanco y una tiara, acompañada por un hombre con uniforme militar a su izquierda y otro hombre con traje a su derecha, además de dos mujeres con vestidos largos a los extremos.
Imagen de la boda de Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo. | El Cierre Digital

También se enfrentó con su consuegra, la mismísima duquesa de Alba, cuando esta reaccionó a las lágrimas de Carmina en la boda de Fran Rivera y Eugenia de Montoro asegurando que "hay que venir llorada de casa". Cruces con otras dinastías que cotizaban alto en el universo rosa, en el que ella siempre tuvo asiento preferente.

En sus últimos años salieron a la luz sus problemas de adicción y los intentos que hizo por dejar ese mundo, al mismo tiempo que sus noviazgos iban y venían a la velocidad de la luz, pero siempre ocupando portadas. Como también lo hizo hace veinte años, cuando su desaparición se convirtió en el gran tema del verano.

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