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La reina Camila con boina verde y expresión seria, junto a un emoji de silencio
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En Buckingham es secreto, pero media Inglaterra sabe lo de la reina Camila: ahora sí

Buckingham no habla, pero Inglaterra entera sabe que el secreto mejor guardado de la reina Camila que finalmente sale

Durante mucho tiempo, los pasillos del Palacio de Buckingham han guardado silencio sobre el rol exacto de la reina Camila en la guerra abierta entre Carlos III y el príncipe Harry. Sin embargo, en las últimas semanas se ha sabido que Camila ha sido otra de las grandes damnificadas en este conflicto familiar. Lo que hasta ahora era una certeza íntima en palacio, se ha confirmado: también ella ha sufrido los ataques del duque de Sussex y ha preferido no responder.

La reina ha permanecido firme al lado de su esposo, en un momento de extrema fragilidad institucional para la monarquía británica. Ha mantenido un perfil bajo, aunque no ha podido evitar convertirse en blanco de los reproches de Harry desde la publicación de Spare. Pese a todo, ha optado por el silencio, incluso cuando fue descrita como “peligrosa” y acusada de manipular a la prensa en su beneficio.

Mujer de cabello rubio y corto con expresión seria vestida de negro frente a un fondo azul y una vela encendida a su lado
Camila, discreta y firme en su papel institucional | Europa Press

Camila ha atravesado una tormenta emocional que ha coincidido con el deterioro progresivo de la relación entre padre e hijo. Fuentes cercanas aseguran que ha hecho esfuerzos sinceros por tender puentes, aunque ha entendido que el perdón no parece estar en los planes del duque. En este ambiente tenso, ha optado por mantenerse prudente, sin dejar de apoyar a Carlos III en sus decisiones.

La reina Camila sostiene su papel en Buckingham Palace mientras afronta las consecuencias del conflicto

Se ha confirmado que la reina ha evitado pronunciarse públicamente sobre Harry, pero no ha dejado de sentirse herida por sus palabras. Camila ha estado presente en cada momento de crisis, incluyendo las entrevistas incendiarias y las revelaciones íntimas de su hijastro. En medio de ese torbellino, ha terminado cargando con el peso de decisiones ajenas, sin haber tenido nunca voz en ellas.

La tensión quedó en evidencia durante el reciente viaje de Estado a Canadá, donde Carlos y Camila representaron a la Corona sin señales de reconciliación con Harry. Él, por su parte, organizó de forma exprés un viaje a Asia para evitar coincidir con su padre. Camila, siempre al lado del monarca, ha entendido que no hay voluntad de reconciliación.

Un grupo de personas elegantemente vestidas posando en una sala decorada con detalles dorados y alfombra colorida.
La distancia entre padre e hijo también ha dejado huella en Camila | Mediaset

El aislamiento de Camila se ha hecho más evidente con el paso de los meses, especialmente tras las memorias del duque. En ellas, Harry no solo la ha acusado de utilizarlo como peón mediático, sino que ha insinuado que su cercanía con ciertos tabloides buscaba limpiar su imagen a costa del escándalo. La reina ha recibido estas palabras con resignación.

Aunque el conflicto ha afectado profundamente al rey, también ha dejado huella en Camila, que ha sido blanco de un desprecio persistente. Su imagen pública, rehabilitada con años de discreción y labor institucional, ha vuelto a ser objeto de debate en los medios británicos. Algunos sectores incluso cuestionan su papel, pese a que ha cumplido con sus deberes de forma ejemplar.

Desde Buckingham Palace, la reina Camila resiste en silencio el peso de una fractura familiar irreversible

Camila ha sido una figura de equilibrio en esta tormenta, pero también una víctima silenciosa de una batalla generacional. Ha escuchado acusaciones que la pintan como una estratega fría, cuando quienes la conocen aseguran que ha sido una mediadora constante. Aun así, su silencio ha sido interpretado como complicidad por algunos y como dignidad por otros.

La realidad es que Camila no ha tenido opción: ha apoyado al rey porque cree en él y en la estabilidad de la Corona. Pero también ha entendido que el daño que Harry ha hecho, especialmente a través de los medios, ha sido profundo e irreparable. Así, la reina ha aceptado su papel secundario, entre dos aguas, intentando mantener el equilibrio.

Foto del Día D en donde aparecen el príncipe Guillermo, el rey Carlos III y la reina Camila de lado, mirando al frente
Camila respalda al rey Carlos III en cada paso de su reinado | Europa Press

En definitiva, se ha confirmado lo que muchos intuían: la reina Camila ha sufrido en silencio los efectos colaterales de este drama familiar. Ha sido atacada sin haber entrado en la contienda, y aunque ha querido mantenerse al margen, ha quedado marcada por un conflicto que se agrava con el paso del tiempo.

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