
Tajante reacción de Antonio Tejado a la muerte del abogado de María del Monte
Antonio Tejado ha guardado silencio y no ha respondido a ninguna pregunta relacionada con María del Monte
Antonio Tejado ha reaparecido en los juzgados sin decir una sola palabra. El sobrino de María del Monte ha optado por el silencio más contundente tras conocerse el fallecimiento de Francisco Baena Bocanegra, abogado de su tía. Ni una sola declaración, ni un gesto de condolencia, solo un rostro serio, gafas oscuras y paso firme frente a los medios que lo esperaban.
Como cada día 7 desde que quedó en libertad provisional en mayo de 2024, Tejado ha acudido al juzgado para firmar ante el juez. Pero, esta vez, la cita coincidía con una noticia de gran impacto emocional y jurídico para la otra parte del proceso: la pérdida del letrado que encabezaba la acusación particular de María del Monte. Su silencio, más allá de lo habitual en este tipo de comparecencias, ha sido interpretado como una reacción tajante ante una circunstancia delicada.

No respondió a preguntas sobre si el fallecimiento podría alterar el curso del juicio. Tampoco comentó si su propio abogado, Fernando Velo, había previsto algún cambio en la estrategia de defensa ante esta nueva situación. Su actitud fue de absoluta indiferencia, lo que ha generado opiniones encontradas entre quienes siguen de cerca el caso.
La muerte de Francisco Baena Bocanegra, que tuvo lugar el pasado jueves en Sevilla tras una larga enfermedad, ha supuesto un duro golpe para María del Monte y su esposa. Baena no solo era su representante legal, sino también un amigo muy cercano que las acompañó desde el inicio de este complicado proceso judicial. La pareja acudió con visible tristeza al tanatorio para despedirse de él en la más estricta intimidad.
María del Monte también opta por el silencio
Ambas han preferido no hablar por ahora del futuro legal del caso. “No es el momento de pensar en abogados”, declaraban tras abandonar el tanatorio, dejando claro que la prioridad es honrar la memoria de quien fue un pilar fundamental en su defensa. El cambio de estrategia legal, si lo hay, será comunicado más adelante, cuando el dolor por la pérdida haya dado paso a las decisiones prácticas.
Francisco Baena estaba considerado uno de los penalistas más respetados de España. Su trayectoria profesional le valió un enorme prestigio, y su implicación en el caso de María del Monte había sido total desde el primer momento. Ahora, su ausencia deja una incógnita importante en el proceso judicial que aún no tiene fecha de juicio fijada.

Por su parte, Tejado continúa cumpliendo con sus obligaciones judiciales sin emitir opinión alguna. Su perfil público ha sido extremadamente bajo desde su puesta en libertad, y no se ha pronunciado públicamente sobre el caso ni sobre su situación familiar. El silencio parece formar parte de su línea de defensa, con la intención de no añadir más ruido al proceso.
A pesar de su mutismo, su aparición ha sido analizada al detalle. La elección de no mostrar emoción ante la muerte de Baena contrasta con la cercanía emocional que unía al abogado con las víctimas. Esa frialdad ha despertado interpretaciones que oscilan entre la cautela jurídica y el distanciamiento personal absoluto.
La relación entre Tejado y su tía está completamente rota desde que estalló el caso. El robo que sufrió María del Monte en su domicilio marcó un antes y un después en su entorno más cercano. Las investigaciones lo señalan como uno de los ideólogos del asalto, algo que él ha negado, pero que la justicia aún no ha resuelto.
Mientras tanto, María del Monte e Inmaculada Casal siguen volcadas en su vida personal, tratando de mantener cierta normalidad pese a la presión mediática. La pérdida de su abogado se suma a meses de tensión, declaraciones judiciales, y el peso de haber sido víctimas de un crimen violento. Aun así, no han perdido la compostura ni el deseo de seguir adelante.

El proceso judicial continúa su curso, aunque ahora con la necesidad de reorganizar la representación legal de la acusación particular. El nuevo abogado o abogada que se haga cargo del caso tendrá que retomar una causa que ya estaba muy avanzada. La ausencia de Baena Bocanegra se sentirá en las próximas fases del procedimiento, tanto por su experiencia como por su vínculo con las víctimas.
Por el momento, la estrategia de Tejado no parece cambiar. Su defensa sigue apostando por una postura reservada, alejada de polémicas y declaraciones públicas. Sin embargo, la evolución del juicio podría obligar a replantear esta actitud si surgen nuevas pruebas o movimientos por parte de la acusación.
La Justicia deberá resolver pronto varios puntos clave. Además de fijar la fecha de la vista oral, tendrá que valorar si la estructura del proceso se ve afectada por la pérdida de un actor tan relevante como Baena. Las próximas semanas podrían ser determinantes para definir el rumbo definitivo de uno de los casos más mediáticos del año.
En este contexto tenso y emocionalmente cargado, el silencio de Antonio Tejado adquiere una dimensión especial. No solo como una reacción personal, sino como una forma de posicionarse frente a la tormenta judicial y familiar que aún no ha terminado. El tiempo dirá si esa estrategia le resulta favorable o si, por el contrario, el silencio se vuelve en su contra.
Más noticias: