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Un plato de chicharrón servido con una rodaja de limón y una salsa en un recipiente negro.
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Los productos típicos de la verbena de La Paloma: De las gallinejas a los entresijos

También es habitual comer durante esta festividad desde callos a la madrileña al clásico bocadillo de calamares

La verbena de La Paloma se celebra todos los años el día 15 de agosto. Es la fiesta de verano más importante de Madrid a nivel gastronómico, pues es la más importante en cuanto a platos que se pueden degustar.

No solo se puede y debe de disfrutar del ambiente animado de estas fiestas, sino también de sus platos más tradicionales. Hay una gran variedad de opciones para disfrutar y experimentar con los sabores de la capital de España. Una celebración que se caracteriza por el ambiente festivo y castizo que se respira en las calles del centro de Madrid, especialmente en la plaza de la Paja, la calle Toledo, la plaza de las Vistillas y los alrededores de la parroquia de la Virgen de la Paloma. Allí se pueden ver a los madrileños vestidos con el traje típico de chulapo y chulapa, bailando el chotis, cantando coplas y degustando las tapas y los dulces tradicionales. En los alrededores hay puestos de comida callejera ofrecen desde tapas tradicionales hasta platos más modernos, satisfaciendo todos los gustos.

Los calamares a la romana, sin duda, uno de los platos estrellas de la gastronomía madrileña. El "bocata calamares" como se dice en Madrid, se convirtió en un clásico de la gastronomía de la capital. Otro plato típico madrileño muy conocido por todos son los callos a la madrileña, generalmente se sirven en invierno, ya que es un plato caliente, no obstante, es uno de los mejores guisos de Madrid. Con un poco de pan y una elaboración con el toque picante es un plato que se come muy bien después de participar en las numerosas actividades que se ofrecen en la capital en honor a esta virgen.

Una multitud de personas participa en una procesión religiosa, llevando una imagen sagrada adornada con flores y rodeada de devotos.
Virgen de La Paloma | Archivo

Los platos estrella de esta fiesta popular son la casquería, las gallinejas y entresijos o lo que es lo mismo, tripas de cordero fritas acompañadas de pan para empapar, son uno de los platos más servidos en los puestos de comida que se reparten alrededor de la plaza de las Vistillas. 

Las Gallinejas, es el plato más tradicional de las Fiestas de la Paloma. Dice el dicho: "No hay comida en Madrid tan rica y castiza y con tan buenos sabores como las Gallinejas Fritas". Un plato que se hace con las tripas del animal fritas, un plato sencillo que se ha convertido en un emblema de Madrid. Se utiliza el intestino delgado del cordero y un trozo de mesenterio, que es la membrana que cubre el intestino.

Los caracoles es un plato que tampoco es para todos los gustos, pero en Madrid se convirtieron en una tapa imprescindible a principios del siglo XX. Tampoco pueden faltar la gilda ibérica, una explosión de sabor y tradición, un pincho clásico se han convertido en uno de los caprichos estrella de la ciudad. Está compuesto de dos piparras y dos tacos de jamón ibérico, mejor si se disfruta con una cerveza bien fresca.

Un clásico que apenas ya se ven en el centro de la capital son los barquillos que tiene un sabor a canela y limón. De origen castizo, estos típicos dulces madrileños son ofrecidos por barquilleros vestidos de chulapos, una de las estampas más castizas de la capital, ofreciendo este rico dulce. En el barrio de Lavapiés se conserva incluso un obrador, Barquilleros de Madrid, regentado por la familia Cañas, la única dedicada a la tradición de elaborar barquillo.

Una de las novedades culinarias y un postre muy típico son los churros con chocolate. El consumo de este plato se realiza de manera simple, se toma un churro y se moja en el chocolate caliente de la taza, se espolvorea antes el azúcar sobre los churros.

Para saciar la sed nada mejor que la “limoná”, una bebida protagonista de estos días de calor y por excelencia de estas fiestas. Esta limonada es más similar a una sangría que a un refresco de limón, es una receta cuidada que sobrevive al tiempo. Además, en la mayor parte de ellas los propios vecinos preparan limonás populares para todo aquel que se acerque a la fiesta, a cambio de la voluntad.

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