Catorce meses después de haber sido secuestrada, encarcelada y acusada de intentar huir de Arabia Saudita, la princesa Basmah bint Saud bin Abdulaziz al-Saud esperaba ser liberada en pleno Ramadán, pero sus súplicas han caído en oídos sordos.

Cada año, el Rey, Salman bin Abdulaziz Al Saud, emite indultos a cientos de prisioneros como un gesto de buena voluntad durante el mes sagrado islámico, que este año se desarrolló del 23 de abril al 23 de mayo.

La semana pasada, las esperanzas de una liberación se agitaron cuando se le dijo al hijo menor de Basmah, Ahmed al-Sharif, que sería liberada, dijo el asociado comercial a Insider. Les habían dicho que la liberarían durante el Ramadán el año pasado, dijo el asociado. “No esperamos que esto suceda”, le dijeron a Insider la semana pasada. Mientras este perdón no llega, un pequeño número de las 13 provincias de Arabia Saudita ya ha anunciado sus indultos. Por ejemplo, en la provincia de Qassim dijo el 12 de mayo que perdonaría a 130 delincuentes y la provincia de Baha dijo el 30 de abril que perdonaría a 96 personas.

Salman bin Abdulaziz al Saud, monarca de Arabia Saudí. 

Sus esperanzas están ahora en manos del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias. El grupo envió una “solicitud urgente” de liberación de Basmah al ministro de Asuntos Exteriores saudí a mediados de abril, según informó al periódico Insider un socio en algunos negocios de la princesa.

Una persona incómoda en Arabia Saudí

Fue el 16 de abril cuando la princesa rompió su silencio después de 13 meses para revelar en Twitter que estaba en la cárcel, y le rogó a su tío, el rey Salman, y a su primo, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, ser liberada.

“Le suplico a mi tío ... y a mi primo ... que revisen mi caso y que me liberen porque no he hecho nada malo. Mi estado de salud actual es MUY crítico”, dijo en Twitter. Esos tweets fueron eliminados poco después, y todas sus comunicaciones desde la prisión fueron cortadas. Su oficina volvió a publicar los tweets el 27 de abril.

Su nombre saltó a la prensa internacional hace un año cuando algunos medios de comunicación alemanes hicieron pública la noticia de que las autoridades de Arabia Saudí impidieron viajar a Basmah hasta Suiza para someterse a un tratamiento médico debido a una enfermedad cardiovascular de carácter crónico que padece la princesa.

Mohamen bin Salman, heredero al trono saudí. 

Según informó a través de la citada red social fue “detenida junto a una de mis hijas sin recibir explicación alguna” y se encuentra en la prisión de alta seguridad de Al Hair, “sin ningún cargo criminal o de otro tipo contra su persona”. La publicación de estos tweets ha escandalizado a nivel internacional sobre todo en Francia, Reino Unido o Alemania donde la noticia ha tenido especial repercusión en los medios de comunicación. No así en España donde, curiosamente, las noticias que pueden dar una mala imagen de la monarquía que rige en el país árabe suelen tener un escaso seguimiento.

a princesa Basmah es la menor de los 115 hijos del anterior rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdulaziz. Ella ha denunciado la injusta distribución de la riqueza en el reino, ha hablado sobre la desigualdad entre mujeres y hombres y se ha mostrado a favor de la reforma constitucional y el avance hacia la democracia, temas sobre los que ha escrito en diferentes medios para viralizar sus ideales como princesa y mujer en un país en el que las mujeres no tienen ni voz ni voto.

Muchos aseguran que el mayor enemigo de Basmah en Arabia Saudía es el príncipe heredero Mohamed bin Salman, quien dirige el país actualmente. Acusado de ordenar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018, Mohamen bin Salman estuvo en el punto de mira de la prensa rosa europea cuando, según algunos medios, vivió una relación con la polémica actriz estadounidense Lindsay Lohan a la que habría colmado de lujosos regalos. Este romance fue publicado por Page Six, que asegura que Mohammad bin Salman había puesto a disposición de Lindsay Lohan viajes privados en sus aeronaves particulares.

Sin embargo, un representante de la actriz reveló que la pareja se vio solo una vez en una carrera del Gran Premio de Fórmula 1, y del mismo modo negó que el príncipe árabe le diera a Lindsay una tarjeta de crédito. Un estilo de vida completamente opuesto al de la princesa Basmah, activista feminista de la que, tras el revuelo de sus tweets, no se vuelve a saber nada.